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May 15, 2012

Capitulo XXII Fin

por thesecretwriteraboutyou

Capitulo XXII

 

 

Hades Laurence, y comencé mi relato:

 

En la mitología griega, Hades el dios del inframundo, era un hijo de los Titanes Crono y Rea. Tenía tres hermanos, Zeus y Poseidón. Juntos constituían los seis dioses olímpicos originales.

 Zeus, Poseidón y Hades tenían armas Zeus los truenos, Poseidón el tridente y Hades un casco de invisibilidad. La noche anterior a una primera batalla con los Titanes, Hades se puso su casco y, siendo invisible, se infiltró en el campamento de éstos y destruyó sus armas, Hades y sus dos hermanos menores, Poseidón y Zeus, echaron a suertes los reinos a gobernar. Zeus tendiéndole una trampa a Hades, lo engaño con un juego de palos de madera y destrono de lo que le correspondía por ser el primogenito, el universo, asi Zeus se quedó con el cielo, Poseidón con los mares y Hades recibió el inframundo, el reino invisible al que los muertos van tras dejar el mundo, así como todas las cosas bajo tierra.

 Hades obtuvo su consorte definitiva y reina, Perséfone, mediante artimañas.

Hades tenía en realidad un carácter más altruista que perverso. A menudo se lo retrataba más como pasivo que como malvado: su papel era a menudo mantener un relativo equilibrio.

 Hades reinaba sobre los muertos, con la ayuda de otros sobre los que tenía completa autoridad. Prohibió estrictamente a sus súbditos abandonar sus dominios y se enfurecía bastante cuando alguien lo intentaba, o si alguien trataba de robar almas de su reino. Era igualmente terrible para quien intentaba engañar a la muerte o cruzarla.

Aparte de Heracles, las únicas personas vivas que se aventuraron en el Inframundo fueron todos héroes: Odiseo, Eneas, Orfeo y Teseo. Ninguno de ellos estuvo especialmente satisfecho con lo que presenciaron en el reino de los muertos. En particular, el héroe griego Aquiles, a quien Odiseo conjuró con una libación de sangre, dijo: «No me hables con dulzura de la muerte, glorioso Odiseo. Preferiría servir como mercenario a otro antes que ser el señor de los muertos que han perecido.»

–     Para ser Honesto me lo imaginaba el peor de los Dioses ¡Pero válgame Zeus le ha ganado que pillo èste!.- dijo con una pequeñísima sonrisa de villano..- y agregó: Creo que es mas victima, ¡míralo que injuria! ¡Engañado y destronado por su propio hermano!

–     Mon Amour, es èste mundo que convierte al ángel en demonio, y a un asesino en héroe, Laurence.- dije con voz un poco triste sabiendo la desdichada vida pasada de ambos.

–     Una insípida razón tenia tu hermana al compararme con Hades.- dijo y se levantó de la silla, cerrando las cortinas y dejando a la ventana huérfana de miradas, me tendió la mano y me levanté de la silla también.

–     ¿Por qué Laurence?, ¿Por qué lo dices? – le pregunte siguiendo sus pasos en la estancia.

–     Tuve un hermano una vez.- dijo. Buscando entre las paginas en la cama su libreto de Otelo.

–     ¿Y? .- preguntè con atención  mientras mi corazón deseaba que contara mas de su pasado.

–     También me despojo de mis dotes, también me robo lo que me habían dado.-dijo con voz que escondía una ira casi viva.

–     ¿Y por eso los dejaste? ¿Por eso viniste a Marsella?

–     No.- respondió, esta vez tomando asiento sobre la cama con sus hojas ya dispuestas.

–     Él me despojo de mi vida entera, cambió mi destino por completo, dejándome a merced de la burla y el maltrato.

Una breve pausa se apoderó del momento y su gesto, su semblante entero cambió a un taciturno y derrotado Laurence, sus recuerdos lo volvieron Heathcliff, detrás de este artista que es hoy, entonces por primera vez escuché a Heathcliff hablar de si mismo,  el verdadero dueño de esta historia, su realidad.

–     La otra terminó de matar lo que en mi había. Me quito ya lo único que a mí me quedaba, el corazón,  por respeto a ti no contaré nada mas.

–     Por favor continúa, dije.- son palabras que me interesan oír, Petitte, ¿Cómo podría yo aliviar tus penas? Aunque no quieras que te ame, ya solo estamos los dos no hay nadie mas.

–     ¿Cómo puedes amarme estoy que soy?.- dijo mirándome con ojos delirantes.

–     Mereces mas que amor.- le dije.

–     Dankha…dijo. Y luego guardó silencio.

–     Si solo intentaras quererme…

–     ¡Claro que te quiero! .- dijo. Y desvió la mirada a la luz de las velas.

Y tomè de sus manos las hojas y las coloqué lejos, y lo abrace con ternura, fuerte queriendo dejar ese momento eterno, besando sus mejillas, compadeciéndome de el como siempre, mire sus ojos y le dije:

–      No te pedirè nunca mas nada, solo dí que me amas Laurence, solo dilo para mi.

–     En este momento te amo Dankha…

Así pasaron un par de días hasta la mañana de la mordida de Juene. Cuando me desperté de aquella turbación Laurence y Dan me acompañaban en la estancia y la enfermera ya se disponía a hacerme un vendaje, todavía tenia la ropa mojada por la lluvia de aquella mañana, Laurence tenia todavía manchas en las manos y en la camisa  la sangre de Juene, su cabello mojado y su cara de triste culpa y preocupación lo mantenían con pálido semblante.  Nadie se atrevió a escribirle una carta con la noticia a Ms. Pascal a Paris, mas bien con las horas, mi mejoría iba marchando, las cosas un poco mas lentas pero normales, ya Lio se disponía a dejar la taberna, faltaba poco, yo dormía más de las horas normales, debido a los calmantes y remedios, en oportunidades cuando despertaba, vi a Laurence hablar solo como Otelo, tras la cortina y la ventana. Me causo gracia, y recordé sus palabras de hace varios días ¡Claro que te quiero! ..en este momento te amo. Y yo te quiero más. <Dije para mis adentros>.

Otra vez que despertè una noche y estaba a mi lado, solo contemplándome. Y dijo:

–     Come Dankha, has dormido mucho.

–     Si, dije.-

Otra mañana me trajo todas las cartas de mi baúl ruso, como lo habíamos acordado el día anterior, y colocó la silla en la ventana para que me distrajera con el paisaje mientras en su ausencia seguía los  ensayos de Otelo abajo en las tablas. .

Así me fui recuperando, poco a poco ya dormía menos…

Luego llegó la noche que más me duele recordar, la noche que nunca olvidare, la noche de “Hades” y las últimas palabras que escuche de sus hermosos labios:

“Dankha, esta noche seré “Hades”, príncipe del tártaro, estoy buscando alguien como tú, con esta carita, con esta voz, me cantas una canción, Hada?…”

“¿Conoces a álguien que pueda liberarte de mi prisión infinita”

“¡Shuuuuuuu,  Dankha, mejor no digas nada, ya sabes que lo que busco es quién quiera a este “Hades”, ¿que tienes aquí? Ay! No me lo digas, mantente callada… ¡Ah, es un botón!.”

“y éste otro? Ay ¡es otro botón de la camisa de un hada”…

 

De las manos de Ms. Pascal he tomado esta carta que el encontró en su cuaderno de cuero marrón desgastado, nunca se lo llevo, estuvo en el saco negro traído de Liverpool, guardado largo tiempo en el armario, mojado por el mar o por una tormenta, ese mismo saco que repudio con todas mis fuerzas es solo eso el dueño de mis pesadillas. Cuando Ms.Pascal se lo llevo, reviso cada una de las anotaciones que allí habían, obteniendo esta como la prueba de la más fehaciente razón de la triste y desventurada partida de Laurence Heathcliff aquella fatídica noche. Sabemos con esta misiva porque salió de su casa dejando a los suyos, sabemos también porqué se fue del teatro dejando nuestras dos almas en pena.

Ms.Pascal me mira con corazón desgarrado mientras leo estas líneas.

 

Querida Cathy:

Tan solo ayer esa noche negra, la más negras de todas las noches, tras dejar Cumbres Borrascosas, vagué bajo la lluvia por algunas horas o todas las horas, si la eternidad es posible en la tierra, allí estaba precisando mi silencio. Corrí para alejarme del eco de tus palabras que sentenciaban mi carne y me abrumaban por tu amor por Linton, busque los árboles más lejanos, pasé la verja, corrí más lejos y más lejos, cuando recordé que no tenia ya aliento, me deje caer en una zanja de rodillas y ya no quería respirar más. La lluvia caía sobre mi cara y el vaho espectral de mi boca ya no pudo pronunciar tu nombre. ¿Podría el lodo lavar el lodo? Cogí la tierra entre mis manos, la tierra de Cumbres, la apreté con tanta fuerza y se clavaron en mis manos astillas y piedras, sangré entonces Cathy, sangré entonces por mis manos, estas mismas que te han tocado, estas mismas, que ya hoy te pierden. Temblado, empapado por el frio y consumido por el odio, juré que esta seria la última vez que sangrara en Cumbres Borrascosas; la última vez que verían a Heathcliff débil, despreciado, desangrado y traicionado. Esta noche he perdido el juicio Cathalina Earnshaw, soy un lobo Cathy, me has condenado a la oscuridad, a vivir despreciado por mi otra mitad, por mi único ser en común, ya yo sé, que si hoy sangro yo, mañana lo harás tu. Pero ¡Linton!, ¡Linton! maldigo ese nombre y lo que él conlleva, ¿cómo puedes traicionarme? ¿Dejarme por un aspecto Cathy? ¿Y yo? ¿Y lo que yo tengo por dentro? Pagarás con tu vida y ya eso lo sabemos, porque no sabes vivir sin mi Cathy y porque nunca lo has intentado. Esta noche la daga la empuñas tu contra mi pecho, en nombre de tu amor por Linton.

 

Yo no me volveré un sacerdote, seré un demonio, pero voy a volverme rico Cathy, me iré a la guerra y a las luchas, voy aprender a hacerme la honra y cuando mate, mataré pensando en Linton y cuando ame a las mujeres…¡oh no!, Cathy eso no… ya no habrán más mujeres, así hoy tu ya me condenas al abismo de la soledad, ¿es que puede un perro ladrar sin su voz? ¿O puede acaso un oso cazar sin sus garras? Así me has dejado Cathy, huérfano de uñas y de garras, hecho un incendio, desolado, apaleado, pero ¿y tu Cathy? ¿Podrás sobrevivir a esto? Ya no debería importarme, maldita tú que has rechazado mi corazón, ¡oh Cathy, Cathy! ¿porque? Y lloro y sufro al saber que te perdí y lloro y sufriré, al no poder volver a escuchar el sonido del viento y las piedras y tu voz, en Cumbres Borrascosas.

 

Te juro Cathy que volveré a Cumbres a cobrar los precios, a incendiar los árboles, a matar los perros y los gatos y todo aquel que viva y respire en las Cumbres y voy a quemar al mismo diablo y a toda su legión… Pero al matar a Linton, Cathy, voy a enterrar su cuerpo o sus cenizas, ¿quién sabe? Me haré un héroe de guerra y de esta guerra que comenzaste tú contra mi corazón. Habré encontrado hoy el único motivo de levantarme de este hueco inmundo, de este charco de cenizas que hoy es Heathcliff, he encontrado un nuevo y único motivo para respirar Cathy, la sangre de Linton.

 

Adiós mi alma, te dejo esta misiva colgada en esta ventana, en donde fue nuestro hogar en Cumbres Borrascosas, confiando en el diablo para que la borrasca no se la lleve y puedas saber cuanto te ama éste, tu pobre Heathcliff.

 

Cathy, recuérdame…

 

¿Como has renunciado a ti y a mi, tan fácilmente? !oh Cathy, Cathy!, este mi corazón es tuyo, ya yo no me lo llevo, así me cuesta esta vida, quisiera que al despertar mañana todo fuera una pesadilla, pero sabré por mis manos heridas que esto ha sido una suerte de despedida.

 

Eternamente tuyo…. Heathcliff

May 15, 2012

Capitulo XXI Orfeo

por thesecretwriteraboutyou

ventana de Dankha y Laurence

Capitulo XXI

-Ven aquí, no te escaparas tan fácil…-dijo L.H. cuando entré en la estancia la misma mañana que Ms. Pascal se fue a Paris y lo sorprendí sentado en la cama rodeado de libros y hojas y anotaciones, de inmediato dejó su trabajo, y me acorraló con sus besos hasta dejarme sin aliento…

– Me vas a contar ahora la historia de Orfeo Dankha Fiennes…y no te concederé más tiempo…

– Monsieur Laurence me deja sin aliento, atenderé su suplica en un instante.- y reí mirando su rostro curioso.

– Hada maléfica, ahora estamos solos tu y yo, Ms.Pascal no podrá ayudarte ni rescatarte, a esta ahora un su carruaje va rumbo a la iluminada Paris, ¿quien te podra salvar de mi? ¿quien? y réimos los dos de su discurso de locura.

– Voy a quemar tus alas Hada malefica. !Prepárate!

– !Qué insania mental L.H., deberías de visitar a un medico! –dije mientras reía desprevenidamente.

– Bueno, es que esta calidad de Hades que descrito a la perfección tu hermana en  aquella carta que no voy a recordar….! me lleva de los cabellos!…. me seduce la idea de solo pensar que puedo ser tan potente y mordaz como un temible Dios griego.

– Lo eres, -dije y halé las trenzas de su camisa dando un pequeño beso a sus labios.

– Ya me verás, ¿me quieres ver como Hades hada maléfica?

– ¿Me dejaras arder contigo diablo embaucador?.- le dije mientras lo besaba aún mas y acariciaba sus mejillas.

– ¿Arderías en desgracia por mi?.- dijo él sonriendo y provando con suavidad mis labios.

– Ya ardo en profundas llamas Laurence. Tú me has quemado ya hace tiempo.- dije con voz casi inaudible.-

Laurence, tragó saliva y se detuvo en su juego seductor y apartó su rostro de mí lentamente, me regalo una fingida sonrisa y mirando mis ojos trató de ocultar con ojos de actor un pequeño gesto de terror que invadió sus perfectos ojos azules. Abrió su boca y exhalo una vez, se apartó de mí aún con más fervor y soltó poco a poco sus manos de mi espalda, con un pequeño gesto de cortesía beso mi mano dejándome en el sitio, y yo no pude pronunciar palabra.

Se separó de mí en silencio, caminado por la estancia y se sentó en una de las sillas cerca de la ventana, arregló su camisa y recogió una cola de caballo con sus cabellos, me pidió una vez más que le contara la historia de Orfeo. Para la cual accedí a su petición y me senté en la otra silla para contemplar y adivinar las  facciones de mi héroe en cada palabra consecuente  a mi historia, comencé mi relato posando mi vista en la ventana veía sus ojos de vez en cuando, él miraba mis labios y mis ojos con atención desmedida, para el momento la estancia se llenaba de palabras de colores y de brillos celestiales griegos, y comencé mi relato de la siguiente forma:

 

La historia más conocida sobre Orfeo es la que se refiere a su esposa Eurídice. Algunas versiones cuentan que mientras huía de Aristeo fue mordida por una serpiente y murió en la pradera solitaria a  orillas del río Estrimón, Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice. Consternado, Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente, que todas las ninfas y dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo para hacer peticiones al Dios Hades. Camino de las profundidades del inframundo, tuvo que sortear muchos peligros, para los cuales usó su música, e hizo detenerse a los tormentos del inframundo (por primera y única vez). Llegado el momento, con su música ablandó también el corazón de Hades tales sonidos pudieron tocar el corazón del magnifico Dios, dejando asomar una lagrima en su rostro febril y morboso, se ha dicho que éste pudo de alguna forma conocer el profundo significado del amor de Orfeo por Eurídice, permitiéndole a ella retornar con él a la tierra; pero sólo bajo la condición y única promesa de que debía caminar delante de ella, y que no debía mirar hacia atrás y confiar ciegamente en que ella estaría allí detrás de él, que lo seguiría, podría mirar sus ojos solo hasta que ambos hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos de sol bañasen a Eurídice.

A pesar de sus ansias, Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto, incluso cuando pasaban junto a algún peligro o demonio, no se volvía para asegurarse de que Eurídice estuviera bien. Llegaron finalmente a la superficie y, por la desesperación, Orfeo volvió la cabeza para verla; pero ella todavía no había sido completamente bañada por el sol, todavía tenía un pie en el camino al inframundo: Eurídice se desvaneció en el aire, y esta vez para siempre…cuando murió Orfeo después de muchos años el alma de Orfeo rencontró a Eurídice en el inframundo y desde ese momento son inseparables… Otros contaban que cuando Orfeo había viajado al inframundo en busca de Eurídice se volvió para ver si ella le seguía pero no había nadie y se suicidó por pena. Los tracios decían que los ruiseñores que tenían sus nidos encima de la tumba de Orfeo eran mejores cantores que los demás…

Vi como L.H. contuvo la respiración después de este último relato, donde la infame Eurídice no viajaba detrás de su Orfeo, retiró la mirada de mi y perdió su vista en la ventana.

–     ¡Devorada entonces el alma del Dios griego Hades por los suplicios de un solo hombre!- dijo con amargura.

–     Un Dios al fin- dije yo.

–     Un Dios ni bueno ni malo.- dijo él clavando su renuente mirada en mis pálidos ojos.

No dije nada.

–     ¿Cómo interpretarlo? ¿acaso falsas promesas? ¿un engaño de un divino Dios? ¿desconfianza? ¿desesperación? ¿incredulidad?.- dijo volviendo su rostro a la ventana.

–     Traición.-dije por fin.

–     ¿Cómo?

–     Pérdida de Fe.

–     Sortilegios del cruel destino.- dijo.

Un silencio se apodero de la estancia y un rato largo lo observe deliberando en sus propias conclusiones.

–     Háblame de Hades.- dijo finalemnte. Y cerró sus manos entrecruzándolas de manera expectante.

May 15, 2012

Capitulo XX Ayer

por thesecretwriteraboutyou

Capitulo XX

Tuve que preparar el viaje de Ms. Pascal, no me atrevo de hablarle del nueva confesión de Laurence, ama a su pupilo demasiado, pero mi cara delata mi estado de animo sombrío. ¿Seré yo alguna vez sòlo un recuerdo apacible de sus infantiles y egoístas tormentos? ¿De qué sirve el amor si no se ama?…

-¡Aller Pettitte estas aquí! – dijo Ms.Pascal entrando a su salita.

–     M.Pascal esta casi todo listo, partirá ya tan solo en un par de días.-dije con fingida energía.

–     Te veo distinta Dankha, ¿es que haces esfuerzos para hablar Pettitte?

<! Como me conoce este viejo Español! Que artística la vida cuando nos hace con un rostro con semejantes expresiones! > -pensè para mis adentros.-

–     Es solo preocupación- dije. Con la mentira más blanca que pude encontrar.

–     ¿Por mi partida Petitte? ¡Ah no! ¡No petitte de ninguna manera haremos esto así!- dijo con tono firme y resuelto.

–     No, M.Pascal, nada tiene que ver su viaje a Paris con mi animo.

–     ¡Que es Dankha! ¡Dímelo Pettitte!, ¿¡que  atormenta tu rostro apacible!?

–     Es solo remordimiento.- dije y enseguida busqué una silla para sentirme más segura y no estar de pie ante mis cavilaciones inconsistentes e incongruentes.

–     ¡Entonces es Laurence,- dijo este con tono inteligente y firme convicción.

–     Lo miré sin ganas de angustiarlo, pero a estas alturas ya el mal estaba hecho.

–     ¡Que ha pasado Dankha ¿ qué ha hecho mi pupilo infeliz para lograr tu congoja?.- dijo sentándose a mi lado con su cara en perfecta preocupación.

–     Me ha confesado alguno de sus tormentos Monsieur.- dije mirándolo como estatua.

–     ¡Ho sí ¿Dankha?, así nada mas lo dices? Y riò despreocupadamente y sus mejillas se tornaron color rojo, y lo invadió una nostalgia de sus días de juventud desprevenida y ligera.

–     ¡Dankha Cherie! ¡Eres tan dulce Cherie! ¡Tan dulce! Pobre pupilo mio! Ha de andar bajo un manto de siniestra tristeza, ¿un taciturno juicio atormenta tu alma?. Laurence Pettitte mía, es un naufrago de sus propias aguas, deja que el mismo se entienda, no trates tu de entenderle, si yo fuera tú solo dejara que vaciara sus tormentos, quizás si los vacía uno a uno llegará el día de que ya no los padezca mas…y tu tendrás por fin su corazón y su tranquilidad.

–      Eso si no le diré nada, por mí no sabrá que conozco la desventura de su corazón…agrego. Ms.Pascal arqueando una ceja.

Y siguió hablando con su gesto ahora mucho más atinado y calmado:

–     ¿Puedes Dankha confiar en el destino y dejar que los rumbos tomen su curso sin intervenir?

–     Oui Monsieur.- dije tan fríamente como pude.

–     Madurar, sé que esto de alguna forma te hará madurar, mas bien a los dos diría yo. En mi ausencia no tendrás casi tiempo de pensar en esos desfortunios, la ocupación da a la mente pasillos sin muebles. Otelo Pettitte, Otelo. Solo piensa en Otelo hasta que yo regrese.

–     Sin menor atisbo de duda Monsieur.- respondí sonriendo a la figura más cálida que he conocido en mi vida.

–     Me iré entonces siendo fiel a tu buen juicio Pettitte.

Nos levantamos de las sillas y seguimos el trajín del día a esperas de su partida a Paris en breves horas, mas la sorpresa que ya vendría nos dejo caprichosos e infantiles, anduve por los pasillos del teatro sin ver a L.H. que se encontraba en su ensayo cerca de las tablas…

–     ¡Dankha petitte! ¡Apresurate ven! .- dijo la voz de Lio con una exaltación divertida.

–     ¡Monsieur! ¿vas como con premura? ¿A donde?.- dije mirando sus dos ojos que brillaban como perlas de puro gozo.

–     ¡es Juene, es Juene ¡ ¡està teniendo a los perritos! ¡En este preciso momento!

–     ¡De verdad petiit! – dije llena de alegría!- ¿en donde Lio? ¿en donde están?

–     La esta atendiendo Laurence, también esta Dan y los demás, vamos no hay que perder tiempo, -dijo éste llevándome de la mano.

Cuando llegamos los dos, Laurence que estaba agachado como ayudante de Dan, se levanto con mucho sigilo y buscando mi mirada dijo:

–     Bon Jour Madame.

–     Monsieur, fue lo único que salió de mi boca, mas no le regalé ni la mas mínima mirada, el hielo se apodero de mi como castigo a mi magnifico verdugo, a mi otra alma abatida, al emperador de mis sueños.

–     Dankha ya están naciendo los perritos.- dijo él en tono tan dulce y sutil, haciéndome pensar que sus palabras de ayer no hubieran existido nunca. Y una furia inclemente cerró mi boca y mis ojos no se dignaron a posarse en sus cuencas perfectas. Más éste movió todo su cuerpo buscando cercanía al mio y su cara me buscó de una forma brusca, me miró con sus ojos expectantes arqueando sus dos cejas. Y yo solo pude contestarle con una fulmínate mirada.

–     Lo sé, vine a ver a Juene.

Un cerrado gesto al parpadear y volvió a mirarme arqueando una vez más sus cejas, restregándose las manos con un pañuelo. No pronunció palabra, bajo la mirada y pareció que mil flechas cruzaron su corazón desvalido.

Y me agache para ver el maravilloso proceso por el cual todos nos reunimos con ternura, Juene se comportó muy bien, dejó que la entendieran, más sus veterinarios inexpertos hicieron un gran trabajo y así llegaron seis nuevos perritos. Me quedé agachada unos minutos más y Laurence se agacho muy cerca de mí, y pude sentir como su mirada se posaba en mi rostro, desgarrando mi interior, y debilitando mi hielo puro. Me levante de la escena, los dejé a todos allí, y sentí como su mirada me siguió hasta perderme en la puerta del teatro.

Llegué a la sala de teatro donde me encontré sola, leyendo las últimas páginas de Otelo quería prevenir errores en el ultimo guion. Al trabajar todo el día y ocuparme de todos los detalles del teatro, me deje llevar por las tareas de ultima hora, fue hasta que subí a la estancia que lo vi.

–     Bon Soir Madame.- dijo con voz casi neutra.

–     Monsieur.- dije con voz clara rayando en perfecto francés.

–     ¿Te has decidido a ignórame entonces? –dijo con tono amenazador.

Una sonrisa se afloró en mis labios y le dije:

–     Bajo ningún motivo Monsieur.

–     ¿Un poco de compañía no te hará daño Hada maléfica.-dijo con voz apagada.

–     Sin duda mi señor.- contesté fríamente. Y agregué:

–     Debo ajustar algunas de las cuentas de Lio, es cuestión de algunas pocas horas.

–     ¿Esta noche? ¿Qué hay de la historia de Hades y de Orfeo? ¿No me la contaras tampoco hoy?.- dijo mostrándome la cara y sus ojos perfectamente abiertos con una pizca de egoísmo sutil.

–     Quizás luego Monsieur, cuando regrese.- dije .

Caminé unos pasos hasta el ropero, y me siguió como un alma en pena, me tomó por el brazo y tomo mis cabellos delicadamente, me miro fijamente tratando de buscar respuestas a mi fría actitud, me abrazó con fuerza,  y un torrente de palabras en susurro se dejó escuchar desde sus labios…

-Bésame Dankha…no estés fría, que estas matando mi alma…

Tomó mi cara con sus manos y beso mis labios con desesperación, dejando descubierto mis hombros fuera del vestido con sus manos, mordió mi cuello, y besò mis mejillas, y no pude contenerme a su ardiente deseo, lo abracé con todas mis fuerzas y una vez mas mi verdugo bebió mi sangre y succiono mis fuerzas dejándome desvalida ante sus ojos que me miraban tiernamente mientras consumábamos nuestro infierno personal una vez más como noche tras noche.

Al cerrar la puerta y dejar a Laurence acompañado solo por la luz de las velas, caminé por el pasillo, rojo, bellísimo, vacío, seguí dejando atrás cada puerta, bajé las escaleras, atravesé medio teatro, y llegué a la taberna, me senté sin pensamientos no en la barra, si no en una de las mesitas.

Lio llegó, con una curiosidad desmedida.

-Bon Soir Madame, ¿Qué tienes Dankha? ¿Qué te aflige? ¿Dónde has dejado a Laurence?

– Está arriba. Dije-.

– ¿Qué te sucede Cherie?

– Nada,

– Dankhuska no mientas, es tarde para eso, conozco cada gesto de tu rostro.

– suspirè sin darle respuestas.

– ¿Quieres hablarme petitte?

… y solte un torrente de palabras …

– A veces pienso que …-dije- por fin mirándolo a los ojos.

– ya estoy condenada. Agregué.

– Ya vuelvo.-dijo Lio- dejándome en plena cavilación.

Volvió rápido, supongo, yo no contaba el tiempo, trajo dos copas y una botella de vino. Sirvió para nosotros y dispuso a escuchar, hablar y opinar.

–      Él te ama cherie.

–      ¿Cómo puedes saberlo con exactitud?.- dije mirándolo, pero sin sentir el mas mínimo alivio.

–      Lo conozco Dankha.-dijo seriamente, mirándome a los ojos- y agregó.

–      Quizás sea, que no pueda con eso, quizás no lo quiera aceptar, quizás luche contra eso él solo.

–      No te creo-le dije fríamente, tomando un sorbo de vino.

–      Lo conozco. .- dijo- si no te basta con eso…

–      El amor no es así, -le dije…-

–      ¿No? ¿Y entonces como lo es? –dijo él tomando su copa de vino.

–      Es cálido, tranquilo, no es amenazador.

–      ¡Es una hoguera Dankha!, ¡eso es el amor!, ¿no es acaso donde tu estas metida?, ¿no es acaso donde él esta metido? No pienses en amores juveniles, ¡esto es diferente!.

–      ¿Diferente?, ¡esto es un infierno desmedido!, no hay promesas, ni palabras de aliento, esto es una treta de la cual no puedo salir y está devorando mi alma, a pesar de que ahora lo veo cada noche, eso ya no es suficiente. Un sigilo siempre esta allí, su pasado lo atormenta robándomelo hora tras hora y trayéndolo de vuelta arrepentido. Está allí siempre, no puedo batallar con sus demonios, son inmensos.

–      Tu misma no puedes batallar con los tuyos, -dijo él.

Un silencio se apodero de nuestra conversación. Y tome mucho mas vino. Lio, se recostó de la pared no encontrando ya palabras que decirme, solo sentía su mirada traspasar mis ojos, mas absorbió todo mi dolor como un verdadero amigo y confidente, sus palabras “te ama” rondaban mi cabeza una y otra vez. Quise reírme y creerlo, quise creerlo fervientemente, pero la lucha me consumía, el miedo a perderlo, sus palabras dan miedo, yo no tenia ni salida, ni llaves, ni ventanas.

Lio se levantó de su silla, supongo que pasó un buen rato, pues yo me hundí en mis pensamientos. Que cada vez más me envenenaban con llameantes historias vividas y pasadas, con conclusiones que no quería tener, con desilusión amarga de las consecuencias devastadoras que tenían este amor para mi, me pregunté si realmente llegaría él a cortar mis alas de hada y me dejaría desángrame en una habitación oscura como lo quiso alguna vez.

Hundida en mis reflexiones, vi como una mano llegaba hasta apartar la silla de la mesa, mi cabeza recostada a la pared se movió unos milímetros para ver el rostro de Laurence apoderarse del espacio.

Sentado buscaba mi mirada y estiro su brazo hasta tocar la punta de mis dedos con sus manos.

-Perdóname Dankha, dijo-…. ayer…..       y recostó su espalda a la silla y volvio a quedarse en silencio.

No me moví tanto, mas capté su mirada con atención, tampoco abrí los labios, solo posé mis ojos sobre él, esta vez eran oscuros tristes y sombríos.

May 14, 2012

Capitulo XIX Perdidos

por thesecretwriteraboutyou

Capitulo XIX

Mientras reposaba mi corazón a punto de romperse, pude al despertarme en medio de la noche, ver a Laurence alumbrado por la luz de las velas, como escribía cartas, una tras otra y luego las rompía, las hacia añicos y luego las desechaba, tenia una cola de caballo en su hermosa cabellera negra, tenia un camisón blanco desatado, la pluma y el tintero negro y su mirada era pasiva, mas con una profundidad distante, como si resolviera ciertos enigmas privado, había una copa de vino que lo acompañaba en la mesita y la botella abandonada en el suelo. Mi corazón se sintió satisfecho al verlo, al saber que estaba cerca, pero al percibir estado de ánimo senti que una bruma fria se adueñaba de la noche…la preocupaciòn comenzo a latir en mi corazón esperando saber que turbaciones nuevas podrían estar adueñandose del corazón de mi amado.

Mi amor, dije para mis adentros, es tan bello y perfecto, amo la más mínima sonrisa y su más mínimo gesto, quisiera poder haberle aliviado tantos males en su pasado, así de esa manera lo quiero yo tanto, ¿Cómo no pude ser su hada de verdad? !Que infortunio! si yo hubiera llegado antes a él, le hubiera mostrado las puertas del amor,  el amor mas allá de otra condición, pero el secretamente èl me ha dejado saber todo este tiempo que es tarde para èl y tarde también para convencerlo, es tarde para nosotros quizas, ¿es por eso que mi corazón ya esta casi roto?¿ Es por eso, que no puedo entregarme a la dicha?, quizás la venda que tengo puesta me ayuda a seguir adelante, a creer en un cambio bueno, nuevo, pero a la larga se cumplirá mi pesadilla, sé que desaparecerá, es el miedo que todos tenemos al amar a alguien…no podré sobrevivir a esto, me dejará como un alma en pena. Será como vivir sin mi corazón…

Quien ha roto tu corazón ha roto también el mio Laurence, ha matado tus esperanzas y las mías, es una continua cadena de desamor, interminable, incontable…. persigue a los amantes que una vez amaron, condenándolos a la amargura eterna, al ardor y a la desconfianza, a veces será preferible escapar lejos y no vivir en el amor….-pensé para mis adentros mientras lo observaba.-

–     Dankha ¿te he despertado?…-dijo si voltear a verificar mi sueño.

–     Bon soir Monsieur- dije a penas con una voz tenue.

–     Creo que no te sientes bien Pettitte, ¿es acaso algo que tienes y no me has querido decir?.- dejando las cartas y volteando su rostro para verme.

–     No, Laurence. De verdad que nada.

Quedó un silencio en la estancia y nos contemplamos uno al otro por largo rato en esa corta distancia, el me revisaba con una mirada de inquisidor, de inspector, de soldado inspeccionando un saldado de otro bando caido, más pude apreciar un hermoso brillo en sus ojos, parecía un niño con miedo, dejó la pluma y esta vez se levanto de la silla y se acercó hasta mí, sentándose en el suelo y tomándome de la mano, recostó su mejilla en la sabana blanca y besó la punta de mis dedos.

Volvió su mirada a mí y comenzó su delirio:

–     Estoy atormentado Dankha- dijo en voz baja, casi a modo de suplica.

–     Petitte como que… ¿porquè?.- dije en tono de alarma…

–     Shuuuu…por favor no digas nada Dankha, déjame hablar por primera vez.-

No dejó que viera su rostro volvió su mirada al suelo y mantuvo pegada su mejilla a la sabana y a mi mano, acaricié su cabello con la otra mano a modo de consuelo, más mi corazón latía desbocado, y mis pensamientos y temores ardían como un incendio apacible pero vivo.

–     Estoy lleno de dudas Dankha…. Estas  herida de alguna manera, lo sé. Lo pude ver en tu rostro esta tarde después del esayo de Otelo, siento yo que de alguna forma rompo tu corazòn poco a poco y en silencio. Por eso has dormido tanto, para poder recuperarte…

– Laurence….núnca pienses….-dije y en cada latido de mi corazón iba una palabra.

– Dankha escuchame….

A veces pienso que podria matarte de amor, otras veces me doy cuenta que tu misma podrias matarte de amor por mi, ¿y yo que puedo hacer? Me quedarme callado, tratando de no sentir culpa, tratando de dejar que tu misma te des cuenta y te puedas alejar de mi, quizas…. de este vampiro desalmado que soy yo, un lobo un bandido, un ángel negro…

Y es que soy un fantasma Dankha, lo he sido desde siempre, y los serè al contar los días, cosa que yo ya te he dejado ver, pero es tan difícil para los dos aceptarlo, siento que consumo cada espacio de vida como si fuera el ultimo aliento, el hueco que tengo como corazón es tan enorme que me tragaría Francia entera y todavía quedaría con hambre, quizás soy tan perverso que si en algun momento partiría o  moriría yo, te estaré matando también a ti, y lo justifico haciéndome el sordo, el ciego,  pero tu me haces sentir Dankha  que te hundo cada día  mas y mas en mi penumbra, quizás lo hago con la intención futura de castigarte por ser y sentir lo que ya yo no tengo, quizás en mis mas oscuras fantasías contemplo con orgullo como te consumes por mí, y eso mismo es lo que me mantiene vivo, y me da fuerzas para vivir….pero a la larga tu quedaras perfectamente como una replica de mí mismo, seca, muerta en vida, un diablo disfrazado de Ángel Dankha, cuando te arranque el corazón de un pedazo, por consecuencia no sentirás más el brillo de la mañana cuando yo me vaya, quizás no querrás amar a mas nadie, y ese serà mi triunfo secreto, tu te hundirás en tus cavilaciones, en un pesimismo negro como un abismo, en una furia desmedida, de esa manera te habré arrancado el amor y te habré arrancado la capacidad de vivir de la manera más sencilla posible. Serás tan exigente y tan altanera que compañía alguna no querrás, has de volverte una envoltura de paja, sin vida, una cara sin corazón, un cuadro pintado en la pared, una belleza fria, un ventanal sin salida, con sonrisa falsa y tus pensamientos solo serán febriles divagaciones de nuestros recuerdos en nuestros días felices,  ni confiar ni creer podras y la emoción más fuerte ahora, la percibirás sin colores, pálida, gris. ¿es eso lo que podria yo dejar en ti Dankha?…detalles decolorados y un martir ennegrecido.

–     Es tarde para eso Laurence…dije a penas con una voz que acariciaba el silencio. Si al condernarte tú a tu mismo destino, me condenas a mí al sufrimiento.

–     Soy como soy, no me lo puedo negar a mi mismo. Dijo- y ésta vez levantó su mirada y pude ver sus ojos de sinceridad y juicio infernal de miles de tormentas, una lucha interna e infinita.

–     Tú podrías cambiar el curso de nuestras vidas, piensalo.  ¿porque no dejas tus oscuras pesadillas atrás? ¿y vives un tiempo conmigo cálido?, nadie tiene que ir a ninguna parte Laurence, ni morir por esto.

–     No puedo tener una vida apacible Dankha, los fantasmas queremos devorar y consumir lo que más podamos antes del amanecer, antes del destierro final.

Le solté la mano y giré mi cuerpo para evitar sus ojos, estaba quizás tan aturdida y espantada como él con sus palabras, coloqué mi cabeza en la almohada, dejando verter todas las lagrimas que salieron de mi alma….

–     Llora lo que puedas Dankha,. -Dijo  con voz calmada.

–     Espero que no vuelvas a hablar de esa cosas Laurence. No voy a dejarte. Te quiero y ya no hay mas remedio, dèjame tu si eso es lo que quieres.

– Perdoname Dankha, soy un ruin, te hiero si te digo lo que podria suceder, y  te hiero si lo ocultara…pero seria mas ruin aùn.

– No te atormentes por mi.-dije a penas en un susurro.

– Trata de dormir Petitte, estarè aqui cuando despiertes, estarè aqui mañana y tambien despues de mañana.

– Si esta noche es para ti una confesión, la guardarè para ti, mas son palabras que nodejare por sentadas y las dejaré al viento, que se las lleve la fria noche, asi como tus penas, Laurence…

– Tu me salvas Dankha, de mis delirios, pero es tan dificil la entrega….- dijo en voz casi inaudible.

Regresò a la mesita y se sento en la silla hundindo su propia vida en sus tristes pensamientos, en sus febriles miedos, en si mismo….

Pasadas ya las horas sentí como se delizaba por la sabana su cuerpo calido y besándome una mejilla secò las lagrimas que habian quedado en mi rostro testigo de su emboscada oscura…

Reposa mi alma en ti Dankha….-dijo en us susurro.

 

abril 20, 2012

Capitulo XVIII Mírala

por thesecretwriteraboutyou

…Mira la expresión de Dankha! ¡esta como adolorida!… mírala por ti mismo, ¡mira sus ojos!…

–     Dankha Petitte, aquí estas! Por fin te encuentro!.- besándome la mejilla y mostrándose cariñoso.

–     ¡Dan! Bon Soir! .- dije con sorpresa, lo que hizo a Laurence voltear a vernos.

–     ¡Aller Petitte!- y palmeó el hocico de Juene y la dejo ir, ésta apenas movió la cola…

Laurence se levanto del suelo, ya que se encontraba agachado frente a la puerta del teatro, coloco sus dos manos sobre los extremos de sus caderas y se quedo mirando como Jeune se alejaba caminando lento y holgazanamente por la callecita.

–     Te he traído estos caramelos petitte ya ves que mi mejor amigo ha abierto una dulcería muy cerca de aquí, apenas he tenido tiempo de pasar por allí luego del ensayo.

–     ¡Ay! merci Dan! No te hubieras molestado de verdad.

–     Nada cheri, mi placer.

Laurence dio la media vuelta y se acercó a nosotros.

–     Madame.- e hizo un gesto con su cabeza

–     Monsieur.- y extendí mi mano a modo de tenerlo mucho mas cerca, mi cuerpo al verlo recordó el episodio con Stephanie, Otelo, sus besos, y mi corazón colgando a punto de romperse. El extendió su mano para tocarla pero yo la tomé con un poco de mas fuerza para dejarlo conmigo lo mas cerca posible, me sentía morir…lo amaba ya con locura. Me miró extrañado mas no hizo ningún esfuerzo por soltarme solo se quedo allí, y me miro con una seria curiosidad, con un pequeño grado de preocupación.

–     Monsieur.- dijo a Dan con un gesto ladeando su cabeza, pero mis ojos adoloridos lo dejaron desconfiado y sin importar que Dan estuviera allí dijo lo siguiente:

–     ¿Que pasa Dankha? ¿Por qué tienes esa mirada? ¿sucede algo aquí?

–     ¡Nada Petitte! ¡No!.- contesté apenada y asombrada.

–     ¿Qué tienes en la mano?

–     Caramelos Monsieur.- dije levantando la bolsita en señal de que pudiera observarla.

–     Caramelos que le he regalo yo Monsieur, -dijo Dan sonriendo pero de manera apenada.

–     ¿Te ha incomodado eso Dankha?.- dijo LH. Pasando su mirada de Dan a mi, y de mi a Dan.

–     No Monsieur, no, en lo absoluto.

–     Monsieur discúlpeme en todo caso, Dijo Dan absolutamente incomodo.

–     ¡oh no por favor! – dije mirando a Dan, y surgió un ligero enfado y pena por Dan, que se ha portado de manera sumamente amigable al quedarse todo este tiempo en la estancia de  Laurence como aquella vez este le pidió.

–     Laurence no quise yo incomodarlos..- dijo Dan ya dispuesto a marcharse.

–     No Dan, de ninguna manera, no tienes por qué retirarte. Y agregó:

–     ¡Pero Mira la expresión de Dankha! ¡esta como adolorida!, tiene un semblante diferente, mírala por ti mismo, ¡mira sus ojos! más si no han reñido ustedes y no la has incomodado, pues no entiendo que pudo haber sucedido.

Laurence tomó del brazo a Dan y lo acerco un poco a modo de que este me inspeccionara.

–     ¡Tiene los ojos opacos, casi sin vida pero! ¿estas cansada Dankha?.- pregunto Dan. Asintiendo con la cabeza a los ojos de su amigo.

–     Los miré a los dos y sentí como mis mejillas se sonrojaron y no pude articular palabras, solo sonreí y ladee mi cabeza y tape mis labios con mis manos y reí como una niña pequeña. Y dije para mis adentros:

< debo verme descompuesta pensarán que estoy enferma>

Laurence se acercó más a mí y tocò mis dos mejillas y me dijo mirándome a los ojos:

–     Te ves descompuesta debes estar enferma.

< ¡Ahora sabe lo que pienso! ¡el lobo puede oírme!¡Dios ten piedad!> dije para mis adentros y mi corazón latía fuertemente, y recordé las palabras que una vez Ms.Pascal dijo: “Veras Dankha en ocasiones estamos tan dentro de las personas y ellas están tan dentro de nosotros que se comparten pensamientos como en telepatía, es una sensación increíble, cuando te suceda con ese alguien, sabrás que están unidos también por hilos invisibles y se pertenecen íntimamente, eso es romance eso es casi un don en dos” …un pequeño mareo llego a mi cabeza  y pude solamente apretar con mas fuerza la mano de Laurence.

< No estoy enferma es Otelo que me ha afectado de tal manera que me descompuso el corazón> pensé para mis adentros mientras lo veía fijamente, sin poderle dar una respuesta.

Laurence enarcando una ceja, y haciéndose un poco hacia atrás de manera simpática dijo:

–     No estas enferma cheri es Otelo que te ha afectado de tal manera que te ha descompuesto el corazón, ¿No es así?

Mis pupilas estallaron en euforia, y me sentí bendecida por tan magnifica respuesta y así supe que él estaba en mi y yo en el.

–     Así es mi señor le dije, y hale un poco su brazo metí los caramelos en su bolsillo, mostre mi mejor sonrisa y lo mantuve muy cerquita de mi, a lo que éste levanto la mano que tenia libre, y haciendo una seña simpática a Dan dijo:

–     ¡Dan amigo mio, …y ese es el ensayo nada mas, ¡Que será cuando ya la hayamos montado!

Dan rió y tapó su boca, y palmeó el hombro de su amigo, yo tomé la mano de Dan, todos nos regalamos sonrisas sinceras y relajadas  y entramos los tres al teatro.

Pasamos esa noche reunidos en la mesita de Ms.Pascal, mirando, los guiones de Otelo, dando sugerencias y charlando de todo un poco.

– Dankha Petitte, ya has visto que tenemos esta invitación para Paris, para inaugurar una escuela de Artes escénicas,  justo en medio de nuestro Otelo,  podremos ir los dos, que piensas petitte? .- dijo este en tono mas bien de interés.

Laurence pasó la mirada de Ms.Pascal a mi y de mi a Ms.Pascal, mas giró su cuerpo y se dirigió lentamente hasta la otra mesita donde estaban mas papeles, diría yo un poco para escapar de la conversación y no ejercer ningún tipo de peso a ninguno. No quería ser ni una mosca, pues.

–     No podremos ir los dos Monsieur, pero como es una fiesta ¿No se le da usted mejor lo de las fiestas?.- dije yo tratando de aparentar un tono neutro.

–     Es tu oportunidad de ir a Paris Dankha así nos relacionaríamos con el medio mucho mas. París es hermosa, brillará tu hermosura allí mucho más.

–     Ay! Monsieur que bellas palabras.

–     Es así Dankha .- dijo este con afirmación.

–     Si Otelo no estaría en su curso vendría también Laurence con nosotros.

A lo que Laurence a penas pasó sus miradas por nuestros rostros y sonrió con resignación. Ms.Pascal le sonrió y guiño un ojo y le dijo,:

–     Iremos al terminar Otelo, Monsieur así también habrás de apreciar desde ya París.

Laurence asintió con la cabeza con un gesto amable y volvió a sus papeles, pero pude notar que realmente  no los miraba, no a modo de lectura, puesto que no movía sus ojos al avanzar con las palabras, solo había un detenimiento, su mirada atravesaba las hojas y parecía disimuladamente atento a mi respuesta.

Yo no podía ir a Paris esta vez, sin él ¡no!, sé que Paris me va a esperar, pero esta vez sin él no puedo, no quiero alejarme si no escasos centímetros de él, cualquier intento de separación en este momento con mi corazón tan desvalido y a punto de romperse, seria fatal para mis nervios, prefiero reponerme en tan solo unos pocos días, amo Paris pero en este momento amo mas a Heathcliff, sin el no podría ver la luz alli…

–     Dankha cheri, ¿te has quedado muda?. Nos vamos entonces, esta decido, ¡Alégrate petitte! Eso si iremos ida por vuelta quizás tres o cuatro días nada más, con Otelo en la puerta más días afuera serian un exceso.

–     Dirigí mi mirada a Ms.Pascal con la velocidad de la luz, mas enarque una ceja, y volví a mirar a una estatua que era LH., más sus labios se separaron mínimamente y pude mirar como separó sus labios y respiraba esta vez por la boca, y pestaño varias veces, fue esa la reacción a mi partida, las palabras de mi inesperada partida tocaron los sentimientos de mi diablo embaucador. Quien poco a poco fue subiendo su rostro mirando la pared de la salita de Ms.Pascal, tocó su bolsillo y metió su mano en el y sacó los caramelos, se dispuso suavemente a abrir la bolsita rosada con lacito de tela color marfil, destapó un caramelo y se lo llevo a la boca.

–     Monsieur, es imposible para la fecha acompañarle, Ms. imposible en realidad.

–     ¿Porque Dankha? ¡Imposible es que no vayas tú! ¿Hay algún contratiempo? ¿es por la obra?.- dijo Ms.Pascal poniendo sus dos bellos ojos como plato.

Laurence metió en su otro bolsillo el pequeño envoltorio dorado del caramelo, y sacó otro sin haber engullido el primero en su totalidad.

–     Oui Monsieur.- dije acaloradamente. Me dediqué a pensar rápidamente una buena y creíble excusa para postergar ciegamente Paris esta vez.

–      ¡Es imposible esta vez! Debo dar al taquígrafo el formato de las entradas ahora es muy temprano pero la verdad esta en mis planes justo para esa semana<buena esa> pensé para mis adentros.

–     Adicionalmente Monsieur, no deberíamos salir los dos, alguien tiene que quedarse en el teatro Ms., tenemos que disponerlo todo, son pocos días lo sè, Monsieur  pero si algo apremia ¿que seria de los demás?, ya no podremos pensar en esto. ¡Me aterra dejar a todos así!, ¡se me hace imposible que los dos salgamos Ms. imposible!

Laurence repitió instantáneamente y comió el tercer caramelo en menos de 2 minutos.

–     ¡Dankha cheri! Me preocupas, me siento ahora como un desinteresado.

–     ¡oh no Ms.Pascal no es eso…, dije para arreglar el torrente salido por mi boca mostrando mis propios locos pensamientos.- y agregué:

–     ¡soy yo la que sobrepone los acontecimientos aquí!, por mas que sea, nosotras las mujeres llevamos todos los detalles, las mujeres tenemos otra visión y nos esmeramos sin medida cuando queremos llevar impecablemente alguna labor, me siento tan obligada con el teatro y con todos nosotros que me hace perder la cabeza el mero acto de pensar que bajo alguna situación pudiera no verme en la capacidad de arreglarla, para este momento me siento demasiada arraigada con todos y cada uno de los detalles y que escape alguno de  Otelo en mi ausencia me crispa los nervios < mas no miento>.-dije para mis adentros.

Ms. Pascal sacó su pañuelo y secó su sudor, yo lo miré con gesto donde no cabía discusión, y LH. Guardo el último envoltorio de su último caramelo. Y empezó ahora si la lectura de los papeles dispuestos en la alta mesita los cuales disimulaba leer desde hace ya un buen rato.

 

abril 18, 2012

Capitulo XVII Casi Roto

por thesecretwriteraboutyou

Capitulo XVII

–     Dankha Petitte acércate.-Dijo Ms.Pascal.

Desde una de las butacas más cercanas a las tablas del escenario, de vez en cuando entraba a estos nuevos ensayos de Otelo ya que Laurence lo había asimilado como mero deber de mi parte debido a cualquier detalle en el libreto y a las exigencias esta vez de Ms.Pascal. Me levanté desde la lejana butaca y me acerque hasta él, palmeó mi mano y nos dispusimos a mirar callados el ensayo.

Laurence estaba con el libreto en la mano al cual no le echaba ya ni miradas, puesto que en las noches anteriores lo había leído ya tantas veces en nuestra estancia que hasta yo sabia las palabras que venían. Desde aquel suceso de la ventana rota hemos estado juntos y la tranquilidad se ha convertido una de nuestras alianzas más significativas, cuando me he dado cuenta que su necesidad de silencio y soledad apremia, me he recluido en la salita de Ms.Pascal, para pasar un rato y hacerle compañía, a quien también quiero en demasía, a  Ms.Pascal le gusta contar cosas de su juventud y dar consejos, es un adorable poeta, no sé que haría sin el, sin el teatro, si esta maravillosa vida que me ha refugiado y que me llena de una calma y tranquilidad a medida que pasan los días. Hoy he recibido otra carta de Ivanova la cual me dejo una idea fantástica, guardé la carta aquí  en mi bolsillo mas he leído solo una pequeña parte a Laurence quien secundo la idea del pequeño guion y rió desajustadamente al saber lo que pensaba mi hermana de él y de nosotros. Más agregó con una cierta ironía:

–     ¡Ya hablaremos de que cosas se le han metido a tu hermana en la cabeza! ¿Hades? ¡Hades Dankha!, es una línea muy fina la que entonces llevamos el Dios griego y yo,…! Es mejor que me recuredes esa historia de Orfeo…! Mas no me distraigas ahora estoy con Otelo. ¡Mírame! ¡ahora me la debes!..me debes esa historia…

“…y yo te diría a ti Dankuskha que juntaras todas nuestras cartas y podrías hacer un corto libreto y contar cosas de la Mamuskha, de tu vida y la mía y presentarlo en el teatro, esto se me ha ocurrido, ya que podre ir a visitarte y así conocer a ese galán sombrío que tanto has hablado en tus cartas  durante todo este tiempo , aunque ya te lo he dicho antes, esos nuevos dotes liberales de ustedes dos sin compromisos andando como dos amigos y durmiendo uno con el otro, me parece una tentación tan escandalosa que podrían los dos ir directamente al infierno, Ay! Dankuskha para mi él podría ser mas bien una representación de “Hades”, si por lo que me has descrito es un poco oscuro, hermoso y de carácter sombrío…

 Mas lo de actor es una arte maravilloso, tanto dinero podrá tener que en su caso regalará monedas para pagar al barquero, podrá tener las suyas propias  y navegar por Aqueronte a placer y gusto.

 No quisiera yo apagar tus ilusiones tan juveniles y avivadas pero no me gustaría verte sufrir de nuevo por un mal trecho egoísta que quiera vivir la soltería como regalo de Dios, bueno…Como regalo de un Dios griego, ya te dije así dicen algunas comidillas de la mitología : “Hades”, es un espectro cruel que se da el lujo de soplar cenizas en nuestra cara, y eso solo por ser un Dios griego. Mas no te dejo del todo abatida, recuerda que su corazón se conmovió con la delicada música de Orfeo, ¿tu eres Orfeo? ¡No!, Para mi tu serias el divino Aquiles en todo caso, pero cuidado en mostrar el talón, Ay! Ríete Dankuskha capaz de que las dos más bien recibamos una sorpresa, he recibido la foto de Ms.Pascal. !Es bello!.  Esta mañana han llamado a la puerta y…”

 

 

–     Stephanie cheri, mira con más asombro Laurence, tienes que estar entre despierta y dormida vuelvan a repetir la escena…! No me gusta! ¡Están muy separados! – Laurence Monsieur, acércate un poco más a ella.- dijo Ms.Pascal batiendo delicadamente sus manos en dirección a las tablas…

Gracias al cielo que han disimulado un beso corto y fugaz en este ensayo pero en la obra se los darán uno a uno con toda la intensidad, <Pensé para mis adentros> … y una llamarada hizo hervir mi sangre por primera vez en mucho tiempo, veía a LH, cerca de Stephanie tocando su rostro y sus labios y para guinda del postre, esta escena en tan apasionada. ¡Dios confiésame antes de que mi rostro delate la agonía de mis estúpidos e inservibles celos!

–     ¡De nuevo! .-Dijo con un solo aplauso Ms.Pascal, al ver que los actores tomaron una mejor posición y…

Stephanie-Desdémona: -¿Quién? Otelo ¿eres tu?.- dijo Abriendo sus brazos desde una cama del escenario.

Laurence-Otelo: Yo; si, Desdémona.

Stephanie-Desdémona: – ¿Vienes, señor, al lecho?

Y Laurence se arrojó sobre ella, tomando su cara con sus dos manos encendido en pasión y odio y haló su hermosa cabellera negra y colocó su cabeza hacia atrás y se acercó hasta sus labios.

Desde mi butaca exhale y difícilmente pude tragar saliva, mi corazón latía como un potro salvaje dándome aviso de que mi alma gemela estaba en manos de otra damisela, mas el corazón tonto no sabe de actuación y en agónica respuesta para acallarlo, preferí no escucharlo y dejarlo ahogarse en su penitencia y hundirme en el perfecto y pulido performance de Laurence que continuo con su apasionada escena asi:

Laurence-Otelo: ¿Has rezado, Desdémona, esta noche?

Stephanie-Desdémona: si, señor

Laurence-Otelo: Si recuerdas algún crimen que el cielo no te tenga perdonado solicita su gracia en este instante..

Stephanie-Desdémona: ¿Qué implican tus palabras, dueño mio?

Laurence-Otelo: Nada, reza y acaba; mientras tanto yo paseare. Sin preparar no quiero tu espíritu matar, no.

Y acercando sus labios a los de stephanie inhalo su aliento dando una de sus mejores actuaciones, mirando sus ojos y rozando sus pestañas en su mejilla y volviendo a rozar sus labios con los de ella continuo con una voz ronca pero apasionada:

-¡Dios me libre! ¡No te quisiera yo matar el alma!”

Yo desde me butaca sentí como se abría en mi corazón casi el ultimo corte desde que comenzó a abrirse aquella mañana que lo vi en el Veux-Port , pero esta vez ya se abría hasta dejar solo un mínimo espacio sano, ya era lo ultimo que me quedaba de mi roto corazón por Heathcliff. Sentí que quería a arrancar a Stephanie de los brazos de mi diablo embaucador, y partirla en pedazos enteros y tirar sus restos muy lejos del escenario, quería yo en su lugar estar allí y arráncale el aliento a mi Otelo con miles de besos, quería tomarle la mano y llevármelo corriendo hasta mi estancia y esconderlo para que nadie lo pudiera ver, en su sufrido y desgarrador papel de Otelo, estaba hecha una tormenta de amor y celos, el arte en el teatro cobraba en mí altísimos precios para mis nervios.<debo calmarme>.-pesé para mis adentros.

–     Vuelvo enseguida.- dije a Ms.Pascal que estaba absorto en el ensayo y salí casi como un fantasma para no llamar la atención ni distraer a los actores, Ms.Pascal a penas paso los ojos sobre mi rostro y volvió enseguida a mirar en detalle a su pupilo.

Al salir de allí, caminé con paso apurado el largo trayecto hasta la casa vieja y a mi estancia, entre pasé las salitas y me arroje como un saco de paja sobre la ancha cama y cerré los ojos para recuperar fuerzas debido a la emoción y al desajuste experimentado con tanta intensidad. Habré de dormido una hora quizás cuando Berthe tocó la puerta y me desperte para dejarla entrar.

-Madame.- dijo esta con un sobre en la mano.

– Bon soir Berthe.

– He traído esta carta Madame, va a nombre suyo y de Ms.Pascal.

– Merci Berthe.-

Me senté en una de las salitas, allí cerca de la puerta y leí los destinatarios:

Monsieur Pascal Fernández Dupres & Mademoiselle Dankha Fiennes

<Deberia decir Dankha Fiennes Heathcliff> dije para mis adentros y sonreí.

Abrí el sobre rompiéndolo con delicadeza y leí:

Nuestras más cordiales invitaciones se extienden a tan distinguidos

Representante del Teatro Nacional

A quienes pedimos que nos honren con su magnifica presencia

Para celebrar

Una noche de Gala dedicada al  Arte de las Amadísimas Tablas

*Baile, Cena de Gala y Representaciones*

Para la Grandiosa apertura de nuestra Escuela de Arte

“Royal Paris Academy”

Lugar: “Roya Paris Academy” Rue 3456

Semana de Pascua

Vaya! Monsieur Pascal tendrá que ir solo…dije. Para mi misma, disponiéndome a bajar para buscarlos en el teatro.

Encontré a Ms.Pascal que venia subiendo la escaleras y al verme sorprendido dijo:

– ¡Cheri! ¿No te ecuentras bien verdad?.-

A lo que tuve que decirle una mentira piadosa para esconder mis propios celos descontralados por Laurence y dije:

–     No Monsieur, me ha dado jaqueca, dispénseme usted por haberlo dejado así.

–     ¡Mon Dieu Petitte! De ninguna manera, ¡Quedate mas a descansar! ¡ya ves que estas muy flaca! ¿hacia dónde te diriges asi?

–     Berthe me ha dado esto Monsieur.- y entregue la carta besando una de sus mejillas, ya estoy mejor- agregé.

–     Buscaré a LH, y hablaremos de esto cuando lo disponga usted Monsieur.

–     Esta afuera con Juene,.- dijo este observándome con supuesto ojo medico-y agregó: está revisandola quiere adivinar cuando es que tendrá los perritos.

–     ¡Au revoir Monsieur!  ¡ya vengo a descansar! y di un pequeño roce a su mano.

–     Llegué hasta la puerta y mire a LH, como acariciaba a la fiera Juene y le hablaba con paciencia.

– Allors Juene, no estas para esta semana pero ya estas pronta!

abril 18, 2012

Capitulo XVI El Mal

por thesecretwriteraboutyou

Laurence Heathcliff`s Room

Capitulo XVI

–     Laurence…dije.- tocando suavemente uno de sus brazos que reposaba en la almohada..

–     Madame.- murmulló éste con los ojos cerrados a punto dormirse…

–     Me siento tan culpable al verte casi rendido por el sueño y yo hablandote pero a ti te sienta tan bien la poca luz…

–     Lo se..dijo sin abrir los ojos casi con un susurro…

–     La oscuridad es un espanto ¿verdad? Si abrieras los ojos solo un poquito verías la estancia tan oscura.- susurré tocando sus hermosos cabellos.

–     Lo se…y sonrió sin despegar los parpados ni ofrecerme miradas…estaba a punto de entregar su sueño a Morfeo…

Besè su mejilla y me dispuse a dejarlo dormir contemplando desde mi corazón, y complacida por tenerlo tan cerca, ciertamente esta noche es un poco extraña, puedo sentir que algo esta en el aire, mas parece que solo yo lo siento, estoy un poco desvelada Juene a comenzado a ladrar como una fiera la puedo escuchar desde las ventanas, más en particular sus ladridos se dejan colar por la ventana cerca de la mesita la cual miro solo de reojo para evitar ver las sombras que aparecen desde la calle.

–     Juene me mata con sus ladridos…dijo L.H. en voz tenue.

<¡No se ha dormido!> pensé para mis adentros…

–     ¿No te dejan dormir los ladridos?.- pregunte en voz baja.

–     ¡She is very noisy! ¡Y esta noche esta alterada!…

–     Quiero asomarme a la ventana a ver el por qué su alteración.- dije moviendo la sabana para descubrirme.

LH. Sacó su mano dentro de la sabana y no dejó que me moviera más, pero todavía con los ojos cerrados y con voz firme dijo:

–     No se cuando tendrá los perritos, quizás por eso está alterada esta noche…no es nada, no te levantes.

…y un estruendo como si el cielo se hubiera caído se oyó dentro de la estancia, la ventana al lado de la mesita se vino a bajo estallando todos los vidrios con ella, que salieron disparados como balas brillantes, se apagaron las velas al entrar el aire por el hueco de la ventana, y un golpe seco se escuchó en el suelo de madera.

Laurence abrió los ojos de inmediato y yo miré la ventana con la velocidad de un rayo y su brazo me empujo hacia atrás pegando mi espalda contra las demás almohadas, y así cubrió mi cuerpo con el suyo quedando los dos aplastados protegiéndonos con nuestras manos del estallido de los vidrios.

Un objeto de tamaño considerable  habia traspasado la ventana…

–     ¡Dios mio! ¡que pasa! ¡que sucedió!.- dije mientras los latidos de mi corazón apresuraban su ritmo y apretaba los brazos de LH…que no se había movido.

–     ¡Merde! ¡Dankha!.- dijo. ¡Por los mil demonios se ha roto la ventana o ha venido un huracán de improvisto!

Separamos nuestros cuerpos unidos por la conmoción para ver mejor lo sucedido, solo quedó una vela encendida la cual tomo L.H para acercarse a los vidrios esparcidos en el suelo.

–     ¡ Dankha cherie! ¡Dankha petitte abre la puerta! !Dankha! ¡Dankha!.. un agitado y alarmado Ms.Pascal echaba la puerta abajo.

Me levante enseguida sin pronunciar palabra y cubrí mi cuerpo con la sabana y en dos zancadas salté por la cama pasé el pasillitol la salita y abrí la puerta a Ms.Pascal quien entro alarmadísimo habiendo escuchado todo desde su estancia.

–     ¡Pero cheri! ¡Que ha sucedido cherie!.- preguntó este tocándose la cabeza con gesto alarmante! Y agregó:

–     ¡Laurence petitt! ¡¿estas aquí?.- viendo como su pelo largo ondeaba con la tenue y fria brisa desde la rota ventana.

–     No se acerque pascal hay vidrios por todos lados.- dijo este con voz de alarma.

Me escabullí hasta el ropero colocándome las primeras telas decentes que encontré. Laurence pidió a Ms.Pascal que fuera por más velas mientras éste se colocaba sus botas. Ms.Pascal llegó con su candelabro haciendo un esfuerzo para que la fría brisa que entraba por el hueco de la ventana no las apagará, pudimos apreciar entonces con detenimiento los brillantes vidrios y el objeto que había rodado por el piso. Una piedra del tamaño de dos manzanas cubiertas con un pedazo de tela blanca y amarrada con cintas rojas permanecía junto a los miles de vidriecitos desparramados…

–     ¿Han roto el vidrio con esa piedra?.- pregunto Ms.Pascal.

–     ¡Pues tal parece que con esa brujería!.- contesto L.H.

–     Dankha petitte, apártate de la escena, pidió Ms.Pascal.

–     ¡Abrígate y siéntate lejos de aquí.- Agregó LH.

Mas yo obedecí de inmediato ya que me temblaba todo el cuerpo y apenas podía respirar a causa de la agitación. LH. Se agacho y sacudió los pequeños vidrios encima de la piedra y la tomó con sus dos manos, la colocó encima de la mesita y desamarró las cintas, Ms.Pascal se acercó y alumbrando más aún el suceso. El aire frio entraba por la ventana y yo no dejaba pestañar tratando de calmar mi corazón y de poner orden a mis nervios. L.H. tomó la tela que envolvía la piedra y pudo leer lo que allí decía:

Rusa invertebrada, lagartija, deberías de

volver por donde viniste, desafortunada avispa

te harè volver, con mis propias manos, pero antes

te volverè polvo y morderè tus labios

¡Rusa del Demonio vuelve por donde viniste!

 

 

Los dos me miraron fijamente con los ojos como platos mas ninguno se atrevió a leer para mí las horribles escrituras que traía la tela, mas por sus miradas supe que en algo yo centraba, puesto a que parecían dos gemelos en los gestos. Me levante de la cama y me dispuse a quitársela de las manos a L.H., mas éste recogió su mano y la quiso guardar para si. A lo que Ms.Pascal con voz firme dijo:

–     ¡No Laurence! Muéstrasela.

L.H se alejó de la mesita ocultando su mirada de nosotros dos, tiró la tela sobre la cama y con voz enérgica dijo:

– Iré a ver a Juene, ¡alguien tiene que ir a revisar!

Corrí hasta la cama y me apoderé de la tela, leí el mensaje y mi cabeza latía dejando sorda, se apoderó de mi un dolor de estómago fulminante y caí sentada en la cama. Ms. Pascal tomó mi mano. Y me abrazo con fuerza, y dijo:

–     No es nada petitte ha de ser algún borracho, racista. No te aflijas, pasa con regularidad a los gitanos, o a los extranjeros, inclusive a cualquier extraño. Algunas personas pueden ser tan cortas de mente por aquí…

Y mis manos seguían temblando pero una pequeña calma se fue instalando en mi agitado corazón al escuchar las palabras de Ms.Pascal, lo miré y tomé su mano firmemente y le dije:

–     Debe ser solo eso.

–     Lo es, afirmo éste con sus ojos más sinceros.

–     Habremos de reparar la ventana mañana.- dijo este palmeando mi mano junto a la de él y besandola.

Nos abrigamos bien y bajamos los dos encontrándonos con LH. a medio camino.

–     No pude ver a nadie, más la agitación de Juene era inigualable, es una perra grande y ruge como una fiera, solo ella ha sido la testigo que vio al infeliz. El muy bandido habrá escapado, mas parece no haber perturbado mas que a la perra, salí y entré por la taberna hasta la puerta del teatro, al volver me quede mirando alguna reacción de alguno dentro de la taberna, mas estaban todos un poco ebrios, no lo han notado siquiera, no hicieron gesto ninguno al verme. Lio estaba jugando cartas y solo me saludo con un gesto de su cabeza, tal parece que el estruendo de los vidrios ha quedado desapercibido en la vacía calle, subamos todos, ya mañana veremos. Hicimos caso a su petición y esa noche, mi estancia quedó vacía, dormí con Laurence quien parecía absolutamente confundido y enfadado. Ms.Pascal nos beso y agradeció a Laurence como un padre que cuida a su hija. Laurence dejó solo por esa noche la luz de dos velas para que yo no sintiera miedo.

–     No quiero que sientas que la oscuridad es un espanto, Cheri.

–     Lo es.- le dije. Lo es desde que mi Mamuska se fue.

–     A penas pongan la ventana me quedare contigo, pediré a Dan que se mude a mi estancia por un tiempo, solo para estar seguro de que nadie se atreva a hurgar en los pasillos de noche.

Sonrió dulcemente, besó mi frente y me abrazo fuertemente contra el. Escuche sus palabras con emoción, apenas podía ordenar mis pensamientos todavía estaba descompuesta, abrí y cerré los ojos tantas veces como pude no quería perderme ni un detalle de su estancia triste y sombría.

…Así abandono su estancia y trajo algunas de sus pertenencia incluyendo su espantoso saco negro y el cuaderno, pasamos incontables noches dentro de mi estancia estre ensayos palabras y besos…

Un poco de cercania forzada revivieron esos corazones maltrechos por el pasado…dejando a Dan como nuestro vecino.

No supimos mas en esos dias de aquel racista y  su piedra infeliz, ya no perturbaban nuestra pequeña dicha fugaz…volveria despues y Laurence no estaria.

abril 17, 2012

Capitulo XV Los Celos

por thesecretwriteraboutyou

Sala de Ms.Pascal

Capitulo XV

–     Si las sillas son de madera pulida Dankuskha, son sesenta Francos más, si son algún tipo bancos sin espaldar es mucho mas barato.- dijo Lio mientras ambos apuntábamos las cuentas en unas hojas con números tachados de sumas y restas.

–     Mejor las sillas de madera pulida, sí, te alcanza, mis cálculos no han fallado.- dije mirándolo seriamente a los ojos.

–     Serán cincuenta sillas, ¿para cincuenta sillas bastará Dankuskha?

–     Sí, cuenta el dinero, ¿lo tienes allí?.- pregunté tomando notas.

–     Sí, en la caja fuerte.

–     Cierra la puerta con los cerrojos para que ningún extraño entre y puedas contar el dinero concentradamente.- y le hice un gesto de ¿Qué esperas? con las cejas.

–     Se movió de su silla y buscó las llaves de la taberna en su bolsillo, caminó hasta la puerta perfectamente pulida y paso los cerrojos y la llave para asegurar nuestra privacidad, volvió hasta la caja fuerte, dejó las llaves encima de ésta y saco el dinero, lo dividió en dos partes y nos dispusimos a contar sus ahorros.

–     Ciento noventa, doscientos…llevaba la cuenta yo…

–     Doscientos veinte, doscientos treinta…contaba Lio.

Toc, Toc. Toc…

–     ¿Lio estas allí? – Dijo la inigualable voz de Laurence detrás de la puerta de vidrio y madera.

–     Sí, estamos aquí, contesto Lio despreocupadamente, perdiendo la cuenta enseguida.

–     ¡Diablos Dankha!..ya me perdí otra vez!.-dijo Lio a modo de susurro.

–     ¡Laurence estamos aquí!, .- dije- y se podía notar mi alegría al saber que él estaba por entrar.

–     ¿Dankha? ¿estas tú también allí?- inquirió éste con voz de sorpresa.-

–     Sí, petitt aquí estoy…

–     ¡¿Y que esperan para abrirme la puerta?! -¡esta con llave!.- dijo éste. Haciendo rechinar el picaporte.

–     ¡Ya voy, ya voy! – dijo Lio, enredado con los billetes, las monedas y mirando a todos lados de la barra de madera buscando las llaves.

–     ¡Lio las llaves! ¿Dónde las dejaste?.- pregunté con leve voz.-

–     No me acuerdo Cheri…y se rasco la cabeza a modo de pensar con más claridad.

Así pasaron varios minutos mientras los dos buscamos las llaves en silencio, afuera se veía solo la imagen de la cara y el cabello de Laurence distorsionados por las figuras que salían en relieve a modo de adorno del vitral transparente.

–     ¿Por qué tardan tanto? .- dijo L.H. con voz casi neutra.

–     ¡No sé donde he dejado las llaves Monsieur! .- dijo Lio en un tono despreocupado.

–     ¡Revisa tus bolsillos le dije!.- sonreída por la estupidez de este.

–     ¡Ya los revisé!.- me dijo.- y me mostró el revés de sus telas azules vacías.

–     ¡Pues revisa adentro y yo reviso en el suelo!- dije a Lio, y me agaché.

Pasaron otros varios minutos más y Laurence esperaba afuera ahora en silencio…busqué cerca de las sillas y luego me levanté, registré los billetes, las pequeñas hojas, deslicé mi mano en el florero redondo…nada no encontré nada.

Tardó un siglo pero al fin llegó Lio con las llaves que había traído del fondo y que había dejado olvidadas sobre la caja fuerte, me las mostro con gesto de alivio. Y dijo : ¡Din! ¡Don!..y sonreímos los dos.

–     ¡Allors Monsieur! ¡He de abrirte al instante! ¡ya encontré las llaves!.- refiriéndose a L.H. quien esperaba ya con bastante ansiedad detrás de la puerta pero extrañamente en silencio.

En dos zancadas se acercó a esta y metió las llaves, las giró y con los dedos abrió los demás cerrojos, los cuales crujieron suavemente.-

El saludo de Laurence para su amigo no fue más que clavarle sus ojos perfectos como dos puñales, enarcar una ceja y colocar sus labios apretados a modo de dudas mostrando un posible enojo en cuanto a su retraso en abrir la puerta, yo lo miraba desde la silla donde me había sentado después de que ya las llaves fueron encontradas.

–     My Lord,- dijo Lio y mostró la palma de su mano a modo de mostrarle el camino de entrada a la taberna que ya tanto éste conocía.

Laurence dejó de mirarlo y pasó su mirada fulmínate directamente a mis ojos, enseguida pude sentir la tensión que se creó en el ambiente.

Lio lo siguió para volver a su puesto y seguir contando el dinero, ahora desparramado por todo la barra de madera.

–     Monsieur good evening.- dije expectante, sonriendo.- y estiré mi mano rápidamente a modo de tomar la suya.

Retiró los ojos de mí y se dirigió a Lio…no antes de estirar su brazo dándome un lento y sutil roce con su mano a penas hasta la punta de mis dedos.

–     ¿Por qué tardaste tanto en abrir Lio?.- Pregunto éste con un tono sumamente serio y afilado.

–     ¿Cómo que porque My Lord? ¡ No encontraba las llaves..¿Que pregunta es esa?.- dijo este con una pequeña sonrisa en los labios, volviendo sus ojos a mí dijo:

–     ¿Cuánto dio tu cuenta Dankuskha? Y volvió a reunir sus billetes.

L.H. retiro los ojos de él y pasó una detallada mirada a toda la barra de madera observando también el dinero, las sillas, las hojitas, el florero, el piso, y detenidamente observó la ropa de Lio, yo me quedé sentada y muda más no podía dejar de verlo, mi corazón comenzó a latir de los nervios me sentía incomoda y tensa, L.H. se comportaba como nunca antes lo había visto, podría jurar que estaba furioso.

Lio que se disponía a contar el dinero nuevamente,  no escuchó respuesta de mis labios más miró a L.H y no dejó de irritarle la desconfianza mostrada por él y agrego a modo de aclarar dudas:

–     Estamos contando el dinero para pagar algunos últimos detalles de mi nueva taberna…

L.H. no le contestó nada más, insistió en su mirada a él en forma fría, inspeccionando si existía algún gesto equivoco tras sus palabras.

–   ¿ Desconfías de mí Monsieur ?.- dijo Lio y pasó su mirada asombrada hacia mi. Y le dijo: ¿ Estas celoso?. ¿Eso es lo que le aturde Monsieur? …

Yo seguía sin pronunciar palabra, más pasaba mis ojos de Lio a Laurence y de Laurence a Lio con escasos segundos de diferencia…

–     ¡Han tardado bastante en abrir la puerta Monsieur! .- dijo este con voz firme.

–     ¿Qué podríamos haber estado haciendo Laurence? .- por fin pude pronunciar palabras.

–     ¡Que molesto te has vuelto! .- dijo Lio, ¡Esto es inadmisible Monsieur inadmisible!

Lio estaba hecho polvo por las sospechas de su amigo, mas yo sentía un abanico de sensaciones absolutamente confusas.

Laurence nos volvió a echar una última mirada un poco menos fría, se disculpó escasamente con su amigo, y me dejó saber que me esperaba en la salita de Ms. Pascal para arreglar unos detalles de un libreto. ..

–     Otelo.- me dijo.- Pascal quiere montar Otelo. Apartó el cabello de mi hombro con suavidad y alejándose guiñó un ojo a su amigo, así traspasó la puerta dejándola bien abierta al estirar una de sus manos.

-¡Esta loco el infeliz! .- dijo Lio, asombrado y enfurecido, dejándome ver como le habían afectado las palabras de su amigo, mas él era una mezcla de sumisión y ladridos que yo no entendía, ese era el efecto que L.H. provocaba en él.

– ¡Increíble!- Le dije mostrando verdadero asombro.

-¡Veo que te quiere en realidad!- dijo este con tono casi de burla.

-¿Qué? ¿Es lo que piensas tú?- y mi corazón latía fuertemente otra vez como un segundero desajustado. -y agregue: -Esa palabra jamas a salido de su boca.

– ¿Pues si eso no es amor?.- dijo y ladeo su cara.

– ¡You must be kidding me seriously! .- dije sonriendo y casi estallando en jubilo.

– ! Para que él reaccione así por una distinguida dama! ¡En mis narices! ¡Y sumándole una desconfianza a nuestra pulcra hermandad! ¡Pufff! ¡Imagínese Madame!.- dijo éste- arqueando las dos cejas, asimilando así la nueva posición de su amigo.

No pude pronunciar palabra… mas miles de mariposas revolotearon en mi estómago y subieron hasta mi cabeza, dejándome sumergida en unas llamaradas color rosa…pero llamaradas al fin que queman…

–     Bon Soir Monsieur.- dije.-saludando a Ms.Pascal, cuando llegué a la salita después de haber terminado mi labor con Lio.

–     Monsieur , y moví mi cabeza saludando a Laurence.

–     Madame.- dijeron al mismo tiempo los dos.

Se levantaron de sus asientos y LH pidió a Ms.Pascal que se sentara, cediendo su parte del sillón para mí, a Ms.Pascal siempre le gustaba  sentarse  a mi lado . Me acerqué hasta ellos y besé cada una de sus mejillas. Tomé el asiento cedido y Laurence se colocó justo detrás de éste, para escuchar la conversación, colocando sus codos y juntando sus manos en el espaldar de la sillón.

–     Dankha cheri, hay que comenzar a preparar Otelo me gustaría presentarla, la temporada se ha hecho interesante y me gustaría arreglarlo para Laurence.

La puerta de salita se abrió y entrò Berthe con el Té.

–     Berthe Cheri, estamos aquí, que delicia muero de sed.

–     Monsieur,.- dijo esta y se dispuso a preparar la mesita.

–     Bueno me parece maravilloso Monsieur,.- dije sonreída y ansiosa por tomar el Té.

–     Me gusta tanto Otelo, dijo Laurence acercándose a la mesita del Té que está dispuesta lejos de las tres sillones y al frente de la ventana, sonrió a Berthe, quien lo miro y pareció que se le derretían sus pestañas de puro gusto.

–     ¡Más grande que Otelo Laurence! ¡Que pasión! ¡Que ira! ¡Que desajuste Monsieur! .- dijo Ms.Pascal en perfecta emoción.

–      Uno de mis favoritos sin duda.- agregó L.H.

–     Y el mio.- dije alegremente.

–     ¡Recita pupilo mio! danos ese deleite, ¡por caridad pupilo, por caridad!

–     No hay nada que me plazca mas que complacerlo.-dijo éste- mas me guiñó un ojo y dijo:

–     Claro que debe entender que ahora esta Dankha y me apremia complacerla también.

–     ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Que encantadoras palabras Monsieur! ¡Los amo a los dos! ¡los amo! dijo Ms. Pascal sacando un pañuelo de su gabardina y secándose la frente y pasándolo luego por su cara ya que el motivo de su alegría lo había puesto colorado.

Me mojé los labios y exhalé escuchando mi corazón debatirse entre la vida y la muerte tras las palpitaciones irregulares. Así dirigí a él la mas amorosa mirada posible.

Berthe se puso palida y Ms.Pascal lo notó y le dijo:

–     Sientate Berthe, no te vayas a caer petite…escucha también que recita…

Y expectante guardó su pañuelo junto sus manos y dio pie para el comienzo:

Laurence soltó sus dedos de la taza caminó lentamente hasta la ventana y recostó su cuerpo allí…

Traspasaron sus ojos los vidrios que dejaban ver algunas diminutas ramas de un paisaje a lo lejos y su mirada se perdió allí, levantó su rostro con elegancia y dejo caer el brazo que no le apoyaba hasta uno los botones de su gabardina, soltó aire de sus pulmones y  tocó con su dedo índice el pulgar de su misma mano y los frotó con suavidad, abrió sus perfectos labios lentamente y nos dejó escuchar los siguiente:

…Me quiso bien su padre.

Con frecuencia me invitaba, y la historia de mi vida

me hacia relatar, año por año:

las batallas, los sitios, los encuentros

que presencie, desde mi tierna infancia

hasta el momento aquel en que me oía;

al recorrerla de azares en la mar y en tierra firme,

de inminentes peligros en la brecha,

de caer en poder del enemigo y esclavo ser después,

de mi rescate, de viajes remotos y aventuras,

de oscuros antros y áridos desiertos, precipicios y

rocas y montañas que sus cabezas en el cielo esconden,

tuve que hablar: mis artes fueron esas.

Del feroz antropófago, de horrendos caníbales,

de seres cuyos hombros ocultan sus cabezas:

tales cosas con atención Desdémona escuchaba;

y cuando los domésticos quehaceres la llamaban,

cumplialos al punto, volviendo con famélicos oídos

a devorar ansiosa mi relato.

Advirtiéndolo yo, propicia hora busqué;

Y trazas me di para que ardiente ruego

me dirigiera suplicando le narrará mi

gran peregrinaje, del que partes acaso conocía,

más todo no; y, en ello consintiendo, correr

miré sus lagrimas a veces, al referir un lance desgraciado

de mi niñez. Un mundo de suspiros al terminar

recompensó mi historia; que era extraña, me dijo,

asaz extraña; que era triste, muy triste; que querría

jamás haberla oído, mas quisiera que hombre cual

yo la hubiera Dios  formado.

Me dio las gracias; y, si algún amigo,

me agregó, yo tenia que la amará

que le enseñase a relatar mi historia,

para lograr su amor. Hablé yo entonces.

Me amó por los peligros que he pasado,

Y yo la amé por condolerse de ellos.

Esta ha sido mi sola hechicería.

La dama ved; atestiguarlo puede…

Se cerraron sus labios y retiró su vista de la ventana posando sus perfectos ojos azules en mí, una profundad en su mirada hizo que mis dos pupilas ennegrecieran el resto de la salita y solo pude ver su perfecta cara y sus amabilísimas pupilas deleitándose con mi mirada.

Sonreí conmovida y se rasgó esta vez un poco más el agujero que llevo dentro desde aquella vez en el Veux-Port, lo llevo dentro desde ese día. Mi precioso Heathcliff, mi alma gemela, mi deleite puro, el embajador de mis sueños, mi fantasmal delirio.

Berthe tocó su pecho conmovida, y luego juntó sus manos para aplaudirlo. Ms.Pascal soltó sus acostumbrados suspiros y tapó su rostro con sus manos moviéndolo de lado a lado y rápidamente aplaudió sin medida. Aplaudí también y Laurence mostro su más pulcra y valiente sonrisa.

¡Querido pupilo eres un Ángel! ¡Bendito sea Dios!. Y abrió sus brazos para llamar a su pupilo y poder besarlo. A lo que éste se acercó para recibir tal muestra de afecto, y dijo:

–      ¡Angel negro Pascal! ¡Angel negro!…

Recibió la tasa de Té de las manos de Berthe y se sentó frente a mí en otro cómodo  sillón blanco, a lo que todos nos sumergimos en el Té y en una acogedora, romántica e intima charla.

abril 17, 2012

Capitulo XIV Ausencia

por thesecretwriteraboutyou

Capitulo XIV

…Escuché desde mi poco profundo sueño como alguien soplaba una de las velas dentro de mi ahora solitaria estancia…. «ffuuuuu….»

…y abrí los ojos con preocupación, estaba un poco mas oscuro ahora. Para mi sorpresa pude ver al otro lado  la cara de Laurence que me miraba en silencio sentado junto a la mesita a penas alumbrado con luz de las otras velas.

–     ¿Qué haces allí?- le dije, tratando de contener los latidos mi corazón desbocado.

–     Bon Soir Madame.-¿Qué crees que hago aqui sentado en la oscuridad?.-me pregunto fríamente.

–     A juzgar por tu aspecto en este momento no sé que te ha divertido  más asustarme así o aparecer de la nada y desde el silencio  .- dije sentándome en la cama de manera tosca pero apurada por prestarle mucha atención a sus infames palabras.

–     Días atras  no te molestaba si venia a hurtadillas…

–     Tu ausencia no me habia afectado así antes Monsieur…han pasado días….

–     Estoy al otro lado del pasillo Madame.- dijo en tono neutro.

–     No he querido tampoco yo perturbar tus ensayos, en caso de que ese sea el motivo….

–     Me gusta también estar solo Dankha.- dijo sin moverse de la silla ni un milímetro pero clavaba sus perfectos ojos en mi, parecía mas bien tenso y en confesión. Sus manos se quitaba unos blancos guantes y tocaban sus rodillas con una pose expectante.

–     Entiendo.- dije- y el hueco de mi corazón se rasgó unos milímetros más y pensé fugazmente < debo recordar que se le hace más llevadera la ausencia que a mí >

–  ¿Pues no estoy  aqui ahora sentado queriendo los besos de mi Hada ciertamente? y enarcó una ceja mirandome…

–   Has escogido ciertamente un inusual momento para decirme eso, estoy más bien un poco adormecida…. pero acepto en todo caso tu cortesía.- dije.-tratando de aparentar un poco de frialdad.-

–     Lo siento… la soledad es parte de mi Dankha.

–     Si, lo puedo comprender perfectamente.-contesté aparentando más frialdad aún.

–     Si comprendieras realmente no me recibirias tan friamente….

– Trataré en lo sucesivo de no verme afectada en ello. Ya puedes volver a tu soledad si necesitas, he entendido tus palabras.-le dije-

–     ¿Te ves  afectada si me voy y te ves afectada si me quedo?- dijo con un tosco pero conciliador tono.

De mi boca no salieron palabras más mis ojos lo observaron con una retante mirada, yo tambien ejercia mi pequeño poder sobre él…

–     ¿Quién te entiende Hada?…..!ya habia dejado de pensar que eras maléfica!- dijo y se levanto de la silla para caminar lentamente hasta mi cama y sentarse a corta distancia de mis manos.

Estiró sus dedos tan sutilmente tomando mi mano y nos miramos el uno al otro con más cercanía, ya solo con mirar esos ojos azules lo había perdonado por su corto abandono, y colocando mi otra mano en nuestras manos le dije con toda sinceridad:

–     Ojalá pudieras estar así aquí conmigo siempre.

–     Estoy contigo siempre Dankha pero estoy acostumbrado a estar solo conmigo mismo  y es algo que necesito para continuar viviendo y respirando…

–     Quisiera tanto que fuera siempre así…-dije- tratando de comprender sus palabras.

No contestó nada, pasó sus dedos por mi mejilla y besó suavemente mis labios, se levantó de la cama, caminó unos metros hasta el ropero, lo abrio y la caja del violin guardado dias atras se dejo ver en su brillante cuero negro.. y empezó a colgar en un espacio libre su traje, comenzó guardando los guantes blancos, uno y el otro, los dobló cuidadosamente y los metió en el armario, se quitó su corbatín blanco desenredandolo de su cuello y lo colocó junto a sus guantes, soltó su cola de caballo lentamente y su hermoso cabello brilló en la tenue luz… se movió unos pocos centímetros y colgó su gabardina también y así fue dejando una a una las piezas de telas que componían su traje.

Quedaron así otras de sus pertenencias guardadas en mi estancia…

Devotamente  lo leì como un gesto de una pequeñisima rendición de mi adorado verdugo lo aceptè con la efímera esperanza de una progresiva cercania..

Más siempre es poco para un corazón como el mio cautivado y de pronto valdío, de pronto valdío y cautivado …

Cerró las puertas del armario una primero y otra después, pasó la llave y éstas  quedaron colgando haciendo un breve y agudo sonido. Volvio y al recostarse sobre mí colocó sus dedos en mis labios y dejé que los acariciara suavemente, besé esos mísmos dedos y ví como lentamente los retiró  y se los llevo hasta su boca para así guardar esos besos dentro de su lengua…se  envolvió después en la blanca y suave sabana y allí fueron quedando olvidadas  “mi afectada melancolía y su cómoda soledad”…

abril 17, 2012

Capitulo XIII Angel Negro

por thesecretwriteraboutyou

¡Hada maléfica!-¡Diablo embaucador!

Capitulo XIII

¡Hada Maléfica despierta! …Hada abre los ojos….

 
 
 
Escuché y abrí los ojos, mi corazón pasó de la mas insonora calma a un latir estruendoso en menos de un segundo…

Estaba sola, no había nadie más, era el recuerdo de su voz en mi memoria después de haber salido del túnel y haber vuelto de mi perturbado y lloroso sueño.

Lentamente vinieron a  mi mente varias imagines que se formaron como ladrillos uno a uno como una pared ante mi vista, se llenó de una luz sublime mi estancia y mi traidora memoria revivió para mis ojos su viva imagen aquella cálida mañana…

–     ¡Hada Maléfica despierta..! …Hada abre los ojos..

Abrí un solo ojo y vi a L.H. envuelto en la sabana blanca esperando que le respondiera.

–     Bon Jour, petit le dije…con apenas ánimos para hablar.

–     ¿Estas viva? ¡Yo te veo pálida! ¿no quieres salir a tomar aire a caballo?

Analicé lentísimamente sus palabras, mientras salía del letargo que había dejado nuestra secreta fiesta de vino la noche anterior…..! lo unisual de esta vez fue que, a Dan nos lo encontramos en el camino y nos acompañó….asi que fuimos tres fugitivos cantando, bailando y riendo hasta muy avanzada la madrugada….Yo no dejé que Laurence se fuera y el no hizo mucho esfuerzo en negarse…

–     ¿Quieres montar? Y abrí el otro ojo…y cerré los dos.

–     ¡Si ha pasado tanto tiempo que  no ando a caballo! solo en coche…me han gustado unos guantes y un fuete que he adquirido en estos días.

–     ¡Que bueno que te gusten! – Dije todavía tratando de despertarme completamente.

–     ¡Hada! ¡Hada! -Y movió mi cuerpo cerca de mi estomago, ¡abre los ojos pues!

–     Eso estoy haciendo Laurence…dije con paciencia.

–     Quiero ver unos violines quiero probar por mi mismo la música, ¡vamos!

–     Si quiero- dije. Y tomé su mano a tientas ya que era imposible para mí abrir los ojos…

–     ¡Es increíble que hayas tomado tanto vino! ¿Quién lo diría? ¡Eras una bruja no un Hada!

–     ¡No digas eso, tu me obligaste…dije tendiéndole una trampa.

–     ¡Ay cheri el día que te obligue yo a hacer algo y tu lo hagas, me quedare tieso como una estatúa por castigo divino.

–     ¡Diablo embaucador!

–     ¡Hada maléfica!

Así ese día salimos con esfuerzo de mi parte y ánimos por la suya, montamos los caballos y vistió sus hermosos guantes y fuete. Ese día estaba más que espléndidamente atractivo,  yo me puse un vestido violeta, y salimos los dos a recorrer buena parte de las callecitas.

Bajamos en primer lugar en la tienda de Monsieur Patrice, allí vimos varios instrumentos musicales, Laurence los detalló, uno a uno yo di vueltas dentro de la tienda, para conocerla en detalle.

–     Dankha ¿crees que me será fácil aprenderlo?

–     Pues claro, si te empeñas sí..dije dándole ánimos.

–     No creo que un lobo como yo pueda dar sonidos amables.

–     ¡Ay! ¿Acaso no puede un hombre feroz divertirse como los ángeles?

–     Como Ángeles negros en todo caso madame.- contestó y observó el violín en detalle.

–     Es mejor, Ángel negro que lobo…-dije yo mirando a ambos lobo y violín.-

–     Cuatro cuartos Monsieur, madera más que finísima y hecho en nuestra noble Francia, con sonido estupendo y caja pulidísima – dijo el dueño de la tienda mientras metía sus dedos en los bolsillos.

–     Oh! Si lo llevaré, empáquelo Monsieur, Merci.- dijo Laurence apenas viendo al vendedor.

–     ¿Te has interesado en algún instrumento Dankha? – dijo mostrándome la palma de su mano en forma de señalar la variedad.

–     No realmente, no tengo ese talento.-dije.

Pagó y nos fuimos.

–     Mira Laurence mira ese aparador…

–     Que extraña manera de vestirse, dijo el poniendo sus manos muy cerca del cristal.

–     ¡Es una tentación! No podría vestirme así ¡Me marcaria la sociedad como libertina indomable!

–     ¿Y no lo eres? – pregunto burlonamente.

–     ¡Diablo! ¡desajustado! – dije soltando su mano de un tirón.

–     Te parecerías a mí con ese traje, ¿porque no lo vemos de cerca?.

Entramos en una tiendita, realmente hermosa estaba hecha de madera clarísima, y tenia cuatro vidriecitos como ventanales, toda la tienda era color marfil, una claridad elegante, nos acercamos al Maniquí, y preguntamos a la ama de la tienda.

–     Bon Jour madame!

–     Bon jour pour vous.

–     Madame no encuentro ningún motivo que me diga que este traje esta a la venta.- dije a la ama tocando las mangas del vestido.

–     Mais Oui Madame, ninguna doncella se lo pondría, mas el sastre lo ha traído desde parís, y allí lo hemos dejado en exhibición.

–     Nos lo llevamos Madame- dijo L.H. sin preguntar el costo, la verdad estaba fascinado, parecía que algún pequeño deseo secreto se le había cumplido.

–     ¡Hada Maléfica! – me susurro al oído: -No puedo esperar a verte vestida  con este trajecillo – y rió con un gusto relajado, ¡Es que será mi figura con tu rostro! ¡que ironía!- y soltó otras carcajadas mas.

–     ¡Fascinante!- le dije mientas veía como la ama desmontaba el hermoso vestido de mis sueños y la consumación de nuestras almas en una tela. Mi alma gemela y yo podíamos sentarnos al espejo y contemplarnos por igual.

Tomamos nuestros paquetes y salimos. Como andábamos a caballo L.H. dio algunas monedas a los niños y pidió que dejaran nuestros paquetes en el teatro. Así seguimos nuestro paseo, inesperado y lleno de nuevas vivencias.

Desmontamos en  el Veux-Port e hicimos una caminata bastante familiar, se acercaron a el niños y adultos que lo reconocieron como actor, mas tomó sus manos e intercambio saludos y cortas palabras con ellos. Disfrutamos así de la vista, del olor a mar tan cálido, del sol que apenas mostraba unos rayos abrazadores.

–     Tú eres la bruma del mar Laurence, le dije y miré sus ojos.

–     ¿Oscuro y frio? ¿Es eso la bruma del mar?- dijo devolviéndome la mirada.

–     No. Es mas que eso.-respondí

–     ¿Hay algún Ángel negro en la bruma del mar?

–     No. ¿eres tú uno?

–     Quizás,- dijo y vertió sus dos cuencas bellísimas azules al infinito, como divagando…y continuó:

“Puede ser que los ángeles negros se hayan vuelto malos porque cayeron perdidos en la tierra al perder su rumbo con sus alas, puede ser que quienes los hayan recogido en vez de limpiarlos y ayudarlos a remontar su vuelo, como no los reconocieron reales y envidiaban su diferencia con ellos, no hicieron mas que desplumarlos y envenenarlos con el odio humano, puede ser que por puro sufrimiento se hayan vuelto hermosamente negros y que hayan usado su gracia para convertir su sangre en cenizas y así evitar derramar con cada golpe, tan preciado liquido,  quizás oculten su verdadera identidad con simples ropas para nunca ser descubiertos”

–     ¡Es una tontería verter sangre por algún otro!- dijo éste terminado con sus cavilaciones.

Escuché y grabé en mi memoria cada palabra que dijo, me pareció un cuento fantástico de la realidad humana.

–     ¡Ay Laurence que poetica manera de ver la conducta humana!

–     Cheri, he pisado ese inframundo y peores.

–     I know my Lord.

–     I know you do.

–     Pero.. ¿y la bruma del mar?- dijo con gesto de curiosidad.

–     Es un cuento de mi Mamuska. Petitt, dije arreglando mi guante color violeta que hacia juego con mi vestido.

–     ¡Tu Mamuska entonces! ¡Me gusta que seas rusa te hace tan diferente!

–     Me alegra complacerte.- le dije.

–     ¡Háblame de tu Mamuska pues!- tocando mi mejilla con suavidad.

Escucha atento..hay palabras que son destinadas a algunos, ya que son pocos los que las entienden..

–     I cant wait for it.- dijo- y nos sentamos junto aquella pequeña baranda que nos encontró juntos tanto tiempo atrás.

Un día el mar rompía una y otra vez contra las piedras de día y de noche y el mar al verse agotado por la constante batalla dijo a la arena:

– Arena preciosa: ¿Habrá manera alguna de tener descaso?- pues ¿Es el destino de la marea el choque eterno y los crujidos de las gotas contra las piedras? …Es que es el romper de las olas tan grave consecuencia para mí, que me aturde y quisiera solo reposar un pequeño rato, me agradaría una enormidad…¡Pues ya me ves!… Agotado en la orilla y solitario al dejar de sentir el fondo, quisiera quizás un día poder irme con las gaviotas y volar por los aires, así flotando en silencio. Como tú, tal vez arena. Tus granos por ejemplo, van y vienen con el aire, tú también escapas del sol ardiente y la fría espuma. ¿Ves que desdichado soy? – dijo el mar compungido.

A lo que la arena le contestó, en ese caso ¿Por qué no llevas tu petición al sol, él puede ayudarte, quizás la luna también, en mi caso a mi me ayuda el viento, y le canto muy tenue cuando me levanta, ese es nuestro trato. ¿Por qué no pruebas y hablas con el sol?

A la mañana siguiente, el mar llamó al sol: Sol! Sol! Puedes oírme?

– Si, si, contesto ese fenómeno dorado radiante.

– Me dijo la arena que te propusiera una amistad, y a cambio podría yo tener un poco de libertad, verás tú, estoy cansado de romper mi ola contra las rocas, quisiera descansar y también volar.

– Bien lo comentaré con la Luna y ella nos dirá que hacer.-dijo el astro rey. ¡Encantadísimo de la propuesta!

– Gracias amado sol, y así el mar se retiro a la arena y quedaron los dos conformes y expectantes.

Esa misma noche salió la Luna y dijo al mar:

– Mar, Mar, me escuchas?

– Si, si te escucho, pero habla mas alto que cuando rompo con las piedras ya no puedo oírte.

– Bien presta atención:

El Sol y yo queremos ayudarte para que puedas  descansar y volar…

Escucha atento: durante la mañana el sol ardera y quemará alguna de tus gotas, porque para ser libre Mar, hay que desprenderse con dolor de capas de nuestro propio elemento. Estos rayos te convertirán en vapor que es el otro estado del agua, menos denso aún pero sigue siendo mar, al caer la tarde ya habrán suficientes gotas como para cubrir el mar completo, y al llegar la noche yo te cubriré con mi oscuridad y podrás volar hasta donde tu quieras sin alarmar a los ojos que te puedan mirar, porque la libertad causa alarma a los otros y porque al ser libre la primera vez ya no podrás dejar serlo, iras y vendrás a placer ya no se puede volver atrás, será muy difícil ocultarte para ello. Así que serás una espesa y oscura condensación de agua y sal, liviana y libre con un aroma exquisito serás así una dualidad oculta.

– Luna hermosa, Sol hermoso, Arena bienaventurada. Desde hoy por favor llámenme también Bruma, Bruma del Mar.

-No nos debes nada dijeron el sol y la luna.- ya has pagado suficiente sólo con ser tu mismo.

Fin.

 

–     ¡Vaya! ¡diría que tu Mamuska sabia de historias.- dijo L.H, encantado después de todo.

–     ¡Pues ni te imaginas la cantidad que poseía en sus hermoso labios! Amo a mi Mamuska. Y agregue:

–     Eres tú como la bruma del mar, porque eres libre ahora.- y apreté su mano con sinceridad.

Palmeo mi mano y arregló su corbata blanca con otro gesto me mostro su mano, y nos levantamos en busca de nuestros caballos, a un galope exquisito que él disfrutó mas que yo, nos fuimos hasta el teatro por las callecitas que pintaban  un atardecer rosado…habíamos estado fuera casi todo el día.

Cada día era un nuevo intento de paz y calma, y nuevo intento de aliviar las almas, más yo sabia que en el fondo él era solo  “un león dormido”…

–     ¡No puedo dejar de verte con ese traje Dankha!

–     ¡No puedo dejar de verme con este traje mi señor…

–     Te diré secretamente que me sigue complaciendo nuestra semejanza, claro ésta eres mas débil que yo, es tu condición después de todo.- dijo firmemente mirándome tras el espejo…

–     Esta comenzando a llover…-dije.-  cerrare la ventana.

–     ¿No vas a tocar el violin?

–     No, mañana..-dijo.

Nunca llego ese mañana, el violín quedó olvidado en este armario, creo que, secretamente sabía que su alma atormentada no podría sacar ya notas alegres o acordes distinguidos. Solo abrió la caja del violín y paso sus dedos por éste, miró su pulida figura, su hermoso color, sus pequeñas y delicadas cuerdas, tocó sus bordes, le veía con admiración. Vio que era un instrumento muy delicado y sutil, como para ser manejado por un ladrón de almas.

– Quédate tambien hoy….-le dije.

abril 16, 2012

Capitulo XII El Encuentro

por thesecretwriteraboutyou
"No pudo ver el sol en ti..."

"No pudo ver el sol en ti..."

Capitulo XII

–     Dankha Cherie, aquí te ecuentro en este momento.- dijo Ms. Pascal interrumpiendo mi traducción en su salita…

–     Monsieur, conteste.-

Ms. Pascal se quito su sombrero y lo colgó en el porta ropa, se aflojó el corbatín blanco y se sentó en una sillita, yo no deje de mirarlo.

Paso la mano por sus blanco cabellos y se dispuso a hablar, su semblante era de tristeza y desolación, y comenzó su relato:

–     He estado en el centro Dankha.

–     Oui Monsieur, le dije con atención pero no tenía idea de que iba a decir.

–     Me he encontrado con Lio ya que pasé muy cerca de su taberna, está muy cambiado tu verás…

No contesté nada también yo era culpable al no despedirme de él, <pero tampoco él hizo otro mayor esfuerzo por encontramos, ya que yo merecía aún mas atención, estaba convaleciente por la mordida de Jeune. Tuvo que saber que LH, se había ido y desde allí no ha venido más.>- pensé.

–      Así que tomamos una copa en su taberna, muy arreglada por cierto.

Asentí con la cabeza y lo mire expectante.

–     Yo siento Dankha que aquí ha ocurrido un grave, extraño y desconocido suceso, no se si es que yo soy muy sensible y estoy errado, pero mis experiencias de caballero me dicen que los amigos no se comportan tan desleales como Lio, ya ves no ha venido ni una sola vez a vernos en nuestra desdicha después de la partida de L.H.…

Pestañee y asentí con la mirada, subía la sangre por mi cabeza y me latía en corazón tan fuerte que pensé que se podía escuchar por toda la salita, sabia que había averiguado algo sobre la partida de L.H. tragué saliva, y tome los posa brazos con fuerza con mis ahora sudorosas manos y no pude decir una sola palabra.

–     Él supo siempre que L.H. se fue, antes inclusive que nosotros.

Acto seguido empezó el goteo negro dentro de mi vestido, no se como Ms.Pascal no lo notó. Yo sin embargo sentía la humedad y el dolor no quise mirarme igual ya tenia la certeza de corrían goteros enteros desde mi pecho.

–     El muy ingrato me contó que estuvo la noche antes de su partida con él en la taberna y lo vio dos veces, esta ultima  vestido tan sobrio que dio por regalo de despedida el bastón con cara León a su amigo, ya que iba a tomar el próximo barco a Inglaterra.

–     Vaya! Entonces es un dúo de traidores- dije con apenas una voz audible y disimulando el macabro suceso en mi vestido.

–     El muy mimado me ha dicho que él te había escrito unas letras que te dejaban entender que él lo había visto e inclusive hablado con el, etc.

–     ¿A mi? No, eso nunca sucedió- dije azotando con mi mano un posa brazo. ¡Traidor infame con cara de niño!

–     Calma Dankha- me pidió M.Pascal. tómate un momento para recordar, recuerda que estabas convaleciente con lo de la mordida.

Coloque mi mano en mi mejilla, para pensar mejor, pero no le quite la vista a él. Él se levanto y comenzó a pasearse por la salita a modo de buscar dos vasos con agua.

–     Puede ser que quizás sí-  dije con voz muy seria. – la verdad leí una pequeña nota que ya no puedo recordar, apenas pase mis ojos sobre ella fue al irse a su taberna.

–     ¿La tienes aún Cheri? Y me dijo- Bébe.

Asenté con la cabeza, pues difícilmente podría salir volando sola esa carta de allí. Y no pude beber nada. Me sentía ahogada de la tristeza otra vez volvía y aquel túnel, mi refugio frio, ya venia por mi y le dije para mis adentros <espera>.

–     ¡Busquemos enseguida la bendita misiva!, No hago otra cosa que mirar deshonestidad en todos, ¡! Que bárbaro, ¿que es la amistad entonces? Un juego de palabras, ¿solo un provecho?, y continuo más alterado.

–     ¡Cuatro infames meses y ni una palabra de ninguno de los dos! ¡demonios infrahumanos¡ ¡uno se va como un proyectil envenenado dejándonos en una incomprensión aturdidora y su amigo lo secunda en su acto! ¡Bárbaro acto de los dos!

–     Respiré profundamente, no tenia palabras elocuentes que decirle de consuelo. Ms. Pascal caminó hasta la puerta y me señaló el camino con la palma de su mano y nos dispusimos a buscar aquella “infame y traidora nota”.

–     ¡Desleal duende inculto! -afirmé sin cordura.

–     ¡Desleales traidores Petitte! – dijo él con energía.

Así hicimos el largo trayecto hasta el pasillo rojo de la vieja casa dejando el teatro atrás, más esta vez ardíamos los dos en agónica reacción a lo acontecido ya unos meses atrás.

Busqué enseguida en la mesita, el único lugar donde podía estar, abrí la diminuta gaveta, y allí la muy infame se dejaba ver. La pase sin leerla a Ms. Pascal.

“Dhanka, mon cher, no sé nada de tí, sé que estás arriba y no te he visto bajar, ya hoy es mi último día aquí en la taberna del teatro, en dos días abro mi joya preciada, ya tú sabes “Le Arrete avec Lio” no va a ser fácil volver a vernos tan seguido, no es tan cercana distancia y sé que los horarios del teatro no te permitirán ser mi huésped a menudo, ¿podríamos conversar?, no te he visto desde la mordida del perro, te he estado buscando, tengo vino, acompáñame, en las penas de la despedida sólo me dijo tres cosas:  la primera: Debo ya mismo enfrentar mi vida y enfrentar a mi alma, la segúnda: no es traidor el sendero bien conocido, es más bien una ventaja conocer las rocas una a una , la tercera: es el esperar un delirio y el acometido un alivio.

Déjame saber si te busco para que puedas bajar con facilidad.

¿Te espero Dankhuska?

También me siento como tú,

Lio.

El muy sin vergüenza no te dice que lo vio ni que hablo con el más deja deducir todo:

En las penas de la despedida sólo me dijo tres cosas: la primera: Debo ya mismo enfrentar mi vida y enfrentar a mi alma, la segunda: no es traidor el sendero bien conocido, es más bien una ventaja conocer las rocas una a una, la tercera: es el esperar un delirio y el acometido un alivio….

–     Esas son palabras de Laurence Cheri, Lio se refería a eso… A la despedía de LH. No a su despedida de la taberna del teatro. ¡El muy canalla no hace sino secundar a su amigo! ¡Quien sabe que cosas pasaban por su mente!

–     El mas amigo es traidor así decía mi Mamuska Monseiur.- dije con alteración.

Te narraré los hechos que Lio me contó detalladamente al yo mostrarme más que irrespetado por su largo silencio.

L.H. bajó de tu estancia a la taberna, a eso de la media noche, parece que te quejabas de dolor en tu tobillo dormida y tu vendaje se estaba deshaciendo, anduvo por los pasillos a ver si por milagro de Dios encontraba a Berthe o a la enfermera..

– ¡No entiendo como no tocó mi puerta!- agregó Ms.Pascal desesperadamente y lagrimas comenzaron a salir de mi descocido rostro.

Llegó hasta la taberna buscando a Dan, para que lo acompañara a buscar a la enfermera o algunos vendajes ya fuera del teatro.

Dan no estaba allí.

–     ¡Malo para mí, malo para ti, malo para todos! Dijo secándose el sudor su pañuelo y retomando la narración enseguida.

Lio lo llamo con un gesto y le pregunto ¿que sucedía tan tarde? ¿Si todo andaba bien?. Le ofreció un puesto  y dio una copa. LH no bebió y apartó la copa, explico así que estaba buscado a Dan.

–     Bebe la copa, se la devolvió Lio, ya Dan viene, lo he visto solo cinco minutos antes.

–     Esperaré- le dijo.

Mas estuvo sentado  mirando en dirección a la puerta esperando a Dan.

–     Es el vendaje y la bendita mordida, Dankha, creo no puede dormir bien.- dijo este a Lio.

–     ¡Llévale esta pequeña flor, sé que en algo ayudará, y dio a L.H. una pequeña rosa roja que tomó de un florerito.

–     Bien. Merci.-Dijo.- y la guardo en su bolsillo mas bien con gesto frio.

Entonces un señor bien arreglado que disfrutaba de la taberna dijo:

–     ¡Heathcliff eres tú?

Laurence impactado por semejante momento, observó con detenimiento a el hombre que se acercaba.

–      ¡Eres tu Heathcliff! ¡No lo pueden creer mis ojos! ¡ha de ser una visión!

L.H. se levanto de su asiento y una sombra sobrenatural se poseyó de su cuerpo. Y absolutamente fuera de si dijo:

– ¡Doctor kennet!?

– ¡Si el mismo! ¿ Como es posible, muchacho ingles que te haya yo encontrado aquí!

Aturdido L.H. lo miró fijamente con aire de superioridad adquirida en estos últimos años. Y dijo:

-¡Marsella es muy lejos de casa señor mio!

– ¡Pues sin duda lo es!- contesto este- ¡Pero que refinado y noble te has vuelto! ¡No dejo de salir de mi asombro!

Extendió su mano a modo de saludo a lo que L.H. accedió como por inercia.

–     ¡Visito Marsella por algunos familiares, una visita de placer ciertamente!

–     ¡Vaya! ¡quien imaginaria este encuentro!

–     Pero como ha cambiando la situación de los Earshaw de un tiempo a otro!,- dijo el caballero con aspecto encantado- tú aquí en Francia con distinguidísimo aspecto, Cathy casada y ahora familia de Linton! ¡Es Hindley quien se ha quedo solo y desventurado.

–     ¿Cathy casada con Linton? – ¿Pero es finalmente tuvo la facilidad de hacerlo?

–     Si están muy reciente, pensé que lo sabias ya que siempre ustedes estaban tan unidos.

–     ¡Vaya! ¡Como llega el tiro al mestizo!- dijo él con un desquiciado aspecto fúnebre y tenso.

–     Laurence- -interrumpió Dan–, tocó su hombro y vio en los ojos de su amigo una ira tremenda y fantasmal misterio lo rodeaba como una bruma ennegrecida.

–     ¡Dan amigo mio que tarde has llegado! ¡Ya no hay remedio! No necesito nada.

–     But ¿how is Dankha Monsieur? i know she can’t sleep, probably she feels very ill.

–     No is fine. Dan. Merci.

–     ¿Hay algún enfermo que deba ver “Heathcliff”? – preguntó el hombre extranjero.

–     Dan se quedo expectante viendo a ambos..

–     No hay nadie.- dijo L.H. cerrando sus puños y ocultándolos.

–     En ese caso “Heathcliff” búscame si hay la necesidad, ten mi tarjeta para que lo recuerdes, no habrá problema en atender yo alguno que lo necesite.

–     Thank you. Doctor kennet y guardo la tarjeta en el bolsillo, junto a la pequeña rosa.

Laurence  dio la mano al Dr. Kennet. Y se marcho hasta el fondo de la taberna con algunas zancadas el otro se voleto lentamente  y camino hasta la puerta de la taberna hasta perderse.

Este busco un lugar mas bien apartado y  estuvo en silencio por unos largos minutos hasta que pidió de beber a Lio. Este que había escuchado todo el encuentro y había mandado a Dan a modo de recado le atendió de inmediato.

Cheri me conto con detalle la transformación del semblante de L.H, como se ennegrecieron sus ojos, y sus ceño se frunció hasta dejar huellas profundas. Sus labios cerrados se apretaban con rigidez, y su mirada baldía prendía en llamaradas de fuego y sangre. Un espectro lucia en todo caso en mejor compostura que L.H., bebió y bebió dos o tres copas mas, buscó en su bolsillo la tarjeta del doctor y buscándola se picho los dedos con las espinas de aquella flor y en enfrente de los ojos de Lio, la sacó y la pulverizó con fuerza bruta tallo, petalos y espinas dentro de su puño cerrado. Lio hizo un gento a Dan para que no se acercara. Y este se detuvo y se sentó lejos de ellos.

–     Gimmerton – susurro L.H. al ver la tarjeta.

–     ¡He de irme Maldición! ¡ha llegado la hora de que paguen esos condenados por alta traición y perjurio! ¡Damn you all in wuthering damn you all!

–     Lio- y rió siniestramente-  ¡Debo ya mismo enfrentar a mi vida y enfrentar a mi alma!

Lio coloco sus codos en la barra pulida y se acercó a L.H. sin decir una palabra para no perturbar el estado de su amigo, mas quien sabe si no hablo por mismo miedo mas que por fidelidad.

–     ¡No es traidor el sendero bien conocido, es más bien una ventaja conocer las rocas una a una!.

–     Para el incendio, Lio – y enarcó una ceja al hablar- es mejor saber el camino de salida en caso que me arrepienta de quemarme junto a ellos ¡Frívola ave traidora! ¡¿Cómo pudiste!.. Y manoteo la madera pulida con toda su rabia y congoja.-

Continuó ahora ya en un mínimo volumen de voz y su frente sudaba copiosamente y el fuego de sus ojos pudo haber quemado la taberna entera.

–     ¡He de reír Lio!, yo primero ante las puertas del infierno, el desprecio en una daga eterna que no sale ni se sana nunca, más bien hiere tan profunda e incesantemente en el conteo de los días!

–     ¡Me marcho!.. a llegado el día! ….y riendo con cara de villano palmeo la mano de su amigo y su ultimas palabras fueron: …Es el esperar un delirio y el acometido un alivio….

Se levanto de la silla y subió a la estancia, no debes haberle escuchado por tu enfermedad..

–     ¿Dime Dankha que fue lo que se llevo de esta estancia esa noche?

Entre lágrimas y apenas audibles palabras dije:

–     Un cuaderno de cuero viejo, ha dejado todo inclusive su traje con la tarjeta y la rosa maltrecha, allí están véalo usted mismo en el armario.

Ms.Pascal se levanto de la silla, me extendió su pañuelo perfumado, tocó mi mejilla y abrió y buscó el traje dentro del armario. Lo tomó y lo observo y buscó en los bolsillos para hallar los efectos antes mencionados.

¡Que puedo decir a esto! ¡Que despojo! – tomando lo que quedaba del tallo la rosa marchita y la tarjeta decolorada y manchada con sangre ya sequísima.

Mis lágrimas salían una a una como un interminable torrente, veía el túnel pero no quería entrar aún. Y el color pálido de la cara de Ms.Pascal era inconfundible, estaba muy alterado.- proseguí en voz casi inaudible, allí esta su saco de Inglaterra ése que tenia cuando él era marinero y llego desde Liverpool. Tómelo lléveselo puede que allí encuentre algo mas que eso.

–     ¡Enseguida me lo llevare ¡ ¿Donde esta? -Dijo.

–     Allí en la parte de arriba. – Dije.

Lo tomó con un solo estirón y me dijo,

–      ¿Cómo era ese cuaderno?

–     Desgastado con iniciales C&H en CB. Y miré el techo como buscando no sé que cosa por alivio.

Ha salido de aquí mientras dormías, entonces con su dinero y ese cuaderno… habrá pasado por su antigua estancia para vestirse de noble gala y sombrero de tres puntas. Se ha despedido de Lio, ha tomado el bastón regalado y así se ha marchado más que frio.

Me levanté de la silla y busqué la almohada y retrocedí tanto en el tiempo mentalmente, que podía sentir la mordida fresca aun de Jeune en el tobillo, el vacío interminable de mi pecho volvía a mostrase y la cama se llenaba de cenizas como una nevada negra en San Peter.

Ms.Pascal con el saco de Laurence en la mano me llenó de besos en las mejillas y sacaba mis lágrimas, tratando no derramar las suyas.

Así me dejé llevar en el túnel con mis ojos cerrados, estaba acostada en sus redondas paredes y no hacia frio era cálido por primera vez pero  incomodo y allí me quedé.

Ms. Pascal se quedó conmigo un rato bastante largo hasta que pensó que estaba dormida. Beso mi rostro y dijo muy cercano a mi oído en un ténue susurro: “No pudo ver el sol en ti, ¿Cómo no pudo ver el sol en ti?” …y pude sentir como secaba sus aún sus lagrimas  en silencio.

Se llevo el saco negro, ése que me causa tanta irritación y penurias, lo sacó por fin  de mi estancia. Dejándome sola con velas encendidas en caso que llegara las oscuridad y yo me encontrara adormecida…

abril 15, 2012

Capitulo XI Demencia

por thesecretwriteraboutyou

Capitulo XI

Su carta me ha dejado una facilidad tremeda para entregarme a su locura, pues me ha hecho ya pequeñas confesiones sobre él mismo…. Es mas siniestro de lo que pensè ¿Degollaria el a un Hada de haberla encontrado de verdad? He leído  su carta tan repetidas veces mientras lo espero…

A pesar de que estamos en el mismo pasillo de siempre, no ha venido, no ha venido ha escondidas ni me ha despertado en la noche apagando mi vela … si pudiera pensar que quizas estamos un poco unidos ….pero…

Laurence ….. tampoco escrito una sola nota, han pasado tres días, lo he extrañado tragicamente, si tuviera aquellas alas me las hubiera arrancado y hubiera ido hasta su puerta solo con la excusa de poder mostrarselas y saber de él.  !Cielos estoy perdida! No lo he visto a pesar de salir más de lo que acostumbro al pasillo y las puertas en sus ensallos han permanecido cerradas….

Esta noche  estoy sentada en una butaca al lado de M. Pascal, su mano sudorosa por puro nervio me sostiene o yo lo sostengo al él más bien. Estamos viendo los últimos minutos de Macbeth, representado por Laurence y la compañía, es un deleite verlo es su mejor papel, lo representa a la perfección todo está estupendamente hermoso..

<Perversamente aturdido, supersticioso y delincuente…me río, Laurence es Macbeth, Macbeth es Laurence> – pienso para mi.

M.Pascal esta tan excitado con la puesta en escena, que pasa el pañuelo por su frente con devoción  y se ha desajustado el corbatín ya un par de veces, hemos tomado vino, pero yo mas que él, yo ahogo los nervios y la ausencia de Laurence hacia mi puerta y el baña su delirio romántico y la admiración por su pupilo, Sante! Macbeth, Sante Laurence!

–     Shuuuuu….mente calla <digo para mi misma> – ya viene el final, debo prestar atención,  habla Laurence:

“MACBETH

¡Maldita la lengua que me lo dice, que me arrebata lo mejor que animaba mi ser! Nunca más se crea en esta diabólica mentira que nos engaña con el doble sentido de sus palabras y lleva a nuestros oídos promesas que luego destruyen nuestras esperanzas … No quiero luchar contigo.

MACDUFF

Entonces, ríndete, cobarde, y vive para ser objeto de la curiosidad de los tiempos; te tendremos lo mismo que a los monstruos más extraños, representado en un palo y con este letrero: ¡He aquí el tirano!

MACBETH

¡No me daré por vencido, no quiero besar la Tierra de rodillas ante Malcolm, ni que me acosen las maldiciones del canalla! Aunque el bosque de Birnam suba a Dunsinane y tú no seas nacido de mujer, resistiré hasta lo último. Protejo mi cuerpo con mi escudo; ataca con vehemencia, Macduff, y condenado sea quien diga primero: Detente, basta.

 

Salen batiéndose.

Trompetas y clarines.

Entran con tambores y banderas, Malcolm, Siward, Ross y los demás nobles y soldados.

Muere Macbeth”

¡Ha caído Laurence, que perfecta interpretación! , ¡que escenario tan maravilloso! y hay un silencio sepulcral en el teatro, ¡Dios que no daría yo por ser en realidad Lady Macbeth!, seguro no lo hubiera llevado a la ruina. Hay cambio de escena, Marcel se lo lleva lo han sacado de la escena arrastrándolo, pues ha caído Macbeth, Ms. Pascal esta tan conmovido, me ha soltado la mano para secar sus lágrimas en varios suspiros.

Este acto final, me matará! Me siento perdidamente cautivada por el…¿Qué voy a hacer ahora? ¡Este Macbeth me extirpado el corazón, me rindo!, “soy un juguete de su destino”.

MACDUFF“…Todo eso y cuanto más sea necesario, y nos corresponda, lo haremos, con la gracia de Dios, en la medida, tiempo y lugar adecuados … ¡Gracias a todos y a cada uno, y los invitamos a vernos coronados en Scone!

Trompetas y clarines.

Salen.

Fin del ultimo acto”

El teatro se viene abajo en aplausos, nos hemos levantado todos para aplaudir, han cerrado la cortina roja, y Ms. pascal me mira y mira el escenario, y levanta la mano para saludar a la audiencia, estamos en un balconcito primario, se levanta la cortina y mas aplausos y flores, y siento que mi corazón estalla, y no puedo con esta emoción, Laurence y yo, nos hemos besado, tocado, y mucho mas, y la multitud lo exige, lo aplaude y yo ya lo tenido para mí secretamente, espero no caerme muerta ahora mismo al recordar que existe la posibilidad que su silencio se vuelva mas largo y definitivo.

Ya es tarde, ya no me importa, que sea lo que él y Dios quieran.

¡Salen los actores, uno a uno y flores y aplausos!

¡Que bellos todos, la gente está encantada! ¡que hermosa noche no la olvidare jamás!

-Bravo! Bravo! Bravo! -Gritamos en coro M.Pascal y yo.

¡Ya va a salir a saludar al público que lo aclama! – dice mi compañero.

Salen:

SIWARD : que representa nuestro amigo Pierre-! Bravo! Bravo!  ¡Flores y flores!

El otro:

MACDUFF : es DAN! ¡ Bravo! ¡Aller!  Se escucha fuerte como lo aclama la audiencia!

MALCOLM : es MIKE ¡ Arriba Mike! Bravo! Bravo! Aller! Aller! – dice M.Pascal. y yo aplaudo más.

Finalmente nuestro amado MACBETH ..Laurence. “Mi señor en todo caso hasta hace tres dias”

Aplausos y flores para el! Bravo! Bravo! M. Pascal le muestra su pañuelo desde el balconcito, el saluda y agradece los aplausos se inclina, saluda, y le brillan sus ojos, esas cuencas divinas, ¡Bravo! Bravo! Le hemos tirado flores, ¡Nos ha visto! Nos ha tirado besos y mi corazón estalló como los petalos de las flores! -Vaya que estoy perdida! – dije para mis adentros.

Se han tomado de las manos todos los actores y hacen una hermosa reverencia ¡Bravo! Y no dejan de caer flores y no dejan de escucharse mas aplausos! ¡Maravilloso! Bravo!

Se cierran las cortinas, y M. Pascal me abrazó con tanta emoción:

–     Que alegría Dankha ha sido todo un éxito. ¡Amo el teatro! ¡Amo la vida! Aller! Aller! Cheri ¡ Sante!

–     Its been a wonderful evening ¡ Sante! Salud! Salud! Y más vino y más alegría.

–     Vamos Dankha, vamos a verle ¡Hay que felicitarle a él y todos! –dijo en completo entusiasmo- yo asentí y nos fuimos después de brindar y beber con alegría.

Nos escabullimos por detrás de nuestro balconcito como suelen tener pasadizos estos puestos especiales, llegamos al pasillo con facilidad y luego a las salitas de camerino. ¡Que alboroto había allí!, todos festejaban entre flores, y abrazos, pues nosotros nos unimos a la algarabía, era una noche que brillaba por si sola!

–     ¡Vámonos a la taberna! Dijo Marcel! – abrazado por una moza muy guapa. Entre besos de admiración y abrazos.

–     ¡Vámonos! se escucho un coro de actores y bailarinas y demás amigos del teatro. Mientras M.Pascal era besado y abrazado a su vez por esa pequeña multitud, me dijo al oído:

–      Laurence, busquemos a L.H.,  mientras trataba de repartir todos los besos, posibles.

–     ¡Dankha cheri!, ¡has visto! – dijo y me beso las mejillas Dan,quien me soltó de la mano de M.Pascal, así que lo perdí de vista por unos minutos

– ¡Dan estuviste brillante! ¡Tanto honor mereces! ¡Que espléndida actuación!

Y al abrazarlo mire al otro lado donde Ms.Pascal entraba a el camerino de Laurence, y esperaba en la puerta, algo que no entendí pues unio sus manos para taparse los ojos pensé que bromeaba a L.H.,- más no podía perderme de verle en privado y felicitarle -pensé.

–     Enseguida besé la otra mejilla de Dan y me dispuse a llegar hasta ellos, cuando  llegué a la puerta, tome las manos de M.Pascal en señal de avisar mi presencia y destapar sus ojos y tomé con mi otra mano la puerta la cual abrí aún mas para poder mirar hacia dentro.

Encontré a una bella dama que arreglaba sus ropa y ataba su vestido a la altura de su cuello, Laurence se encontraba sentado en una gran silla con las manos en los posa brazos, observándola, con su cabello despeinado y su corbatín bastante abierto y desarreglado –

¡Lagarto infame! – dije para mis adentros. Esta es la razón que hace que M.Pascal tape sus ojos ¡El muy bandido tenia compañía y esta damisela no esta ni presentable!

M.Pascal al encontrar que me disponía a irme y dejar la felicitación en el aire, me agarró del brazo a modo de que no me fuera y me dijo al oído:

– Espera con calma Dankha. – Y clavo sus ojos en mí con autoridad.

Yo absolutamente fuera de mí, no sabia que pensar de la escena, pues era evidente que “Macbeth” se hallaba disfrutando de placeres que no eran los que yo le daba, ¡que furia tenia!

La dama al vernos en la puerta ordenó las ternzas de su vestido con mucha premura, se colocó su sombrero, caminó hasta la puerta y nos hizo reverencia, mas no hubo entre ellos dos  ningún tipo de saludo mas la mirada fulminante de la dama hacia el.

Entre aplausos de Ms. Pascal entramos…

–     ¡Grandioso espectáculo caballero honrado, déjame besarte y abrazarte! – dijo M.Pascal a Laurence quien se levantaba de la silla para atender a sus eufóricos saludos.

–     No es más que el fruto de la cultura que me ha dejado usted Pascal, complacerlo a usted hace de mí un hombre noble y afortunado.- y se abrazaron y besaron.

Enseguidaél  tomó mi mano y me dijo:

–     Madame, espero que haya disfrutado de la obra.

–     Monsieur, ¡mis reales felicitaciones es un usted un actor y villano consumado! – contesté a punto de degollarlo y correr, o correr sin degollarlo, realmente quería esconder rabia por alegría.

–     Deben disculparme ambos- dijo, levantado sus manos en gesto de incomodidad- tenia una compañía muy poco habitual, una madame se ha metido aquí dentro,  momentos antes de que alguien llegara.- la verdad es que es fascínate el carácter femenino aquí en Francia.

¡Traidor miserable! -Dije para mis adentros.

-Lo se por mi mismo, esto causa al publico la euforia de perder modales- dijo M.Pascal. Sacando una sillita y mostrándomela para que me sentara, y buscando una para él también.

Con todo el cuerpo temblándome me senté, L.H. se apresuró a servir tres vasos de vino. Tocando la mejilla de M.Pascal, dio una copa.

–     Lamento que no sea tu copita de rosas madame, – Y me entregó la copa de vino.

–     ¡Celebremos todos! ¡hemos triunfado! ¡ por Macbeth!

–     Sante! Sante!- ¡por Macbeth!- Dijimos todos, y bebimos.

–     !Sante! dijo M.Pascal y levantó su copa de nuevo y dijo: por  !Laurence un actor pulcro, el cual su unico destino será la actuación ha sido siempre asi! !

–     Sante! Dijimos todos! Y M.Pascal tomó mi mano sonriendo y guiñando un ojo.

Asi tras un ratito de jubilo Ms.Pascal, besó la mejilla de Laurence, le dijo unas palabras las cuales Laurence recibió, con el pecho abierto de jubilo ya que se sentía satisfecho con su actuación.

Detallé intensamente que esa noche él estaba pausado y más interesado en todo comentario y palabras de su tutor y mentor más desviaba la mirada unos segundos buscando la mía y luego volvía a él.

Yo estaba desconcertada. – ¡Alegrísima por su éxito pero y enfurecida por sus besos con otra mujer!

<¡lagarto maltrecho!> –pensé para mis adentros.

–     Aller! Aller! A la taberna!! Iremos a celebrar! –rompió M.Pascal animadísimo, mas denme unos minutos quiero ir a bucar yo mismo a Dan, Mike y Pierre  iremos juntos todos.

–     Oh Please Monsieur, -dijo Laurence tocando su hombro, everybody must  join us.

Cuando M.Pascal estaba abriendo la puerta, me dispuse a irme detrás de él. Me levanté de la sillita y sacudí mi vestido en señal de partir.

M.Pascal se dio cuenta que me marchaba con él mas miro a L.H. y luego me espero para irnos.

– Dankha- dijo. L.H. colocando su copa en la mesita.

– Monsieur- dije. Con serenidad fingida.

– ¿Podrías ayudarme con los interminables botones de este traje, necesito desbotonar todo esto, ¿te importaría?- haciendo señales con sus manos en dirección a su vestido de Macbeth.

M.Pascal, apuró su paso y salió por la puerta sin dejar mas tiempo.

– Mais Oui Monsieur,- Dije seriamente y sin mostrar entusiasmo.

Buscó las tijeras para que yo cortara los hilos de los botones y cuando comencé mi tarea, me abrazo fuertemente y me vi en desventaja en cualquier modo posible.

–     Dankha estoy temblando, he perdido la cordura de la alegría ¡que noche tan magnifica! Y besó mis mejillas. ¡Oh Dankha que bienestar que viene con todo esto!

–     Yo devolví su abrazo, pues la parte que estaba alegrísima por el seguía viva.

–     ¡Ha sido perfecto, impecable! , la gente te adora ¡fue fabuloso!, Has hecho feliz a muchos hoy.- Dije.

–     Cuando estoy en una obra me pierdo yo mismo, y se libera cada parte de mi ser esto es magnifico estoy profundamente metido en la obra y no sucede mas nada.- me dijo con una voz de encanto.

–     Estoy, estoy muy feliz que así sea.

–     Déjame desabotonarte, creo que alguien te espera.

–     ¿Ya tan pronto te cansaste de mis besos y de mis palabras?- me dijo entre una pequeñísima sonrisa retorcida.

–     No soy yo quien tenia compañía- le dije, separando su cuerpo del mio con cuidado y tomando de nuevo las tijeras.

–     ¡Yo no la he llamado, ella ha venido sola!  -Dijo, tomando mi cara con sus dedos.

–     ¿Y tu silencio? Inquirí.- ¿Por tres días?

Me quito las tijeras de las manos, miró el espejo para ver la puerta, ya que estabamos reclinados sobre esa mesa de maquillaje. Se alejó lo suficiente para pasar el cerrojo, así quedamos allí encerrados.

Llegó hasta mi y quedamos cara a cara, me faltaba el aliento ya, sus ojos derribaban mi muro de furia, me besó lentamente los labios, yo moví un poco mi cabeza hacia atrás en señal de que quería aunque sea alguna palabra o un gesto de explicación.

Me sujetó así, mas fuerte contra el, me apretó y nariz con nariz y con voz enérgica me dijo: – ella ya estaba aquí cuando llegué yo, quitándose el vestido y le pedí cortésmente que esperara afuera que tenia que recuperar aún el aliento, me dijo que no quería irse y se me abalanzo encima, llenándome de besos insípidos. No podía hacerle una descortesía quien sabe que lengua tendria que acallar despues, dejé que me besará, cuando se sintió satisfecha, le dije: Madame arréglese el vestido, otras visitas vendrán por mí enseguida y no podría complacerla yo como usted ansia me hundiría  en tan poca satisfacción, la madame río descaradamente y se apresuró a quitarme en corbatín y tomarme del cabello. Quité sus manos de mí con desprecio y  me ubique sentado en una silla a modo de distancia. Y allí llegaron ustedes.

–     ¡Diablo embaucador!..

–     ¡Hada Maléfica!..

–     Te creo sólo porque sé que no acostumbras mentir, ¿y tu ausencia?

Besándome los labios con beso rápido me dijo:

–     No puedo trabajar mientras sé que estas cerca Hada o mientras este mirándote,  pues ya te explique que causas en mi  perturbacion- y prosiguió en voz más tenue- tenia que preparar a Macbeth eso necesita de concentración y tranquilidad fue solo eso.

–      No quiero no poder verte, no puedo ya.

–     No quiero tampoco ignorarte más Dankha empiezo a sentir que esta parte de mi vida me esta llevando a la tranquilidad. Bésame Hada. Solo tú.

Nos besamos apasionadamente, deshizo su corbata y luego desató las trenzas de mi vestido, respire su aroma de bruma del mar, y mi corazón latía con gran satisfacción por sus palabras perfectas y sutiles.

–     Déjame tocarte Hada, tres días de demencia….

Así dejé que rodara mi vestido entre sus dedos hasta el suelo y el pequeño camerino se inundo de calor, cayendo al suelo pequeñas bolsitas de maquillaje y adornitos, se escuchaba la fiesta y la algarabía del pasillo, pero estábamos encerrados, condenando nuestras almas a la pasión infinita que desprendía cada una de ellas.

Pude ver como fueron apareciendo en el aire pequeñas nubes de diminutos polvos  de colores, volviendo el pequeño sitio mas encantador aún, asi flotaron por el aire a  la luz de las velas y éstas los dejaba  ver como una escarcha pequeñisma, que al pasar por el humo de las velas se fundian y quemaban… miré sus ojos  y el tambien los estaba viendo… rió y seguimos beso a beso en nuestro apasionado encuentro, sentí sus manos abrazando mi cuerpo pero los botones de su traje presionaban mi piel, sentía su sudor correr por mi rostro, así estuvimos hasta que se calmo la marea y llegamos a la orilla, entre abrazos y besos tenues.

–     Tu ausencia me desajusta Heathcliff….

–     Mi enemigo devora mi carne y le rindo tributo en este instante, estar así, en este estado es mas de lo puedo Cheri. Pero ya lo sabes tú también. (esa fue la primera vez que me llamó Cheri)…

Comenzó a arreglar mi vestido, amarró mis lazos, sacudió suavemente mis encajes, sopló mi cara y levantamos la mitad de su traje de Macbeth del piso, corté sus botones al fin y fue por otro traje al fondo del camerino, tomé este tiempo para peinarme y volverme presentable ante los demás. Listos los dos nos dispusimos a salir.

–     Madame, dijo en una cortesía.

–     Monsieur, dije tomando su mano y saliendo con él al festejo. Donde nos esperara M.Pascal y los demás iríamos entonces a la taberna con Lio.

Para la celebración en la taberna lo recibieron con aplausos y silbidos y para sorpresa mía, no soltó mi mano, yo cuando encontré la ocasión oportuna lo solté solo para aplaudirle y que viera que festejaba con tanta alegría como todos en tan especial y merecido éxito.

La noche pasó como ninguna otra, todos en una constante alegría, L.H. pasaba de una mano a otra, todos con halagos y cándidas palabras, M.Pascal estaba con él, respaldando a su pupilo con tal orgullo de padre. Yo los veía desde la sillita con Lio, me complacía que después de tanto tiempo se respirara una tranquilidad casi perfecta.

–     Lo quiero, <dije para mis adentros> su don bueno y su don malo, su dualidad es irresistible. Lo quiero, me siento rendida, no sé que precios habrán en adelante. Sé que lo que estoy haciendo es bueno y es malo, bueno para ambos y malo para mí en cualquier caso en que mi corazón se vea destruido por segunda vez. “Rendirse ante el corazón es un arte que solo un noble y valiente puede hacer”

Al comenzar la música con los alegres violines L.H. buscó mi mano y alegremente bailamos, reímos, tomamos vino y hablamos generosamente, las barricadas en este momento habían cedido, el acuerdo de paz estaba establecido, no habría muertos en batallas ni héroes caídos. Solo se encontraban juntos y amorosos la bruma del mar y la negra noche.

abril 13, 2012

Capitulo X Un Duelo

por thesecretwriteraboutyou

Laurence H. y su hada malefica Dankha

L.H:

 

Así que Laurence, te daré un vestigio donde puedas entender que no solo eres el unico dueño del incendio aqui! No solo tu tienes infiernos y demonios que rondan tu vida, yo tengo los míos propios, soy de carne y hueso no lo ves? Y he batallado incansable para no ahogarme a dos metros de la orilla.

Que haria en este caso para remediar tales males que agobian tus pensamientos con mi rostro ? No puedo retarte a un duelo, lamentablemente tendría desventaja. Déjame saber si lo considerarías como algun tipo de remedio…. y fijarias la hora?

Concluyes actos que  solo no han empezado, sino que quizás ni se lleves a cabo.

No puedo atender una guerra mas, no puedo. He lidiado con maldiciones y delirios, locuras y mas maldiciones toda mi vida, esta no puede ser una mas. No lo consentiré.

Veo que hay piedad en tus palabras anoche en la taberna y yo tengo mas piedad para ti inclusive, pero tendrás tu piedad para mi en el trascurrir del tiempo?

Yo no hablo de que entreguemos el corazón, a mi también me robaron y despojaron con todas las maneras posibles,  si es que fue tu caso tambien y sin embargo, sólo esta vez estoy dejando que sean tus palabras que sentencien nuestros encuentros.

Termínalos o muestra gallardía.  No te aproveches de un héroe caído en batalla.

No puedo negar que dejo llevarme por mis instintos y que de alguna manera ¿Quién se encuentra dos veces en Marsella?. Mi querer hacia ti, no significa en este momento que tenga profundos cimientos, no.

 Es solo una gran nostalgia si no estas, y un deseo intenso de verte, poder tener acceso a tus días y saber como luces al rayo de la mañana, porque los reyes en su reino también necesitan alguien en quien confiar.

En nuestro caso, te ofrezco una tregua, de tu vida y la mía, sin preguntas, ni respuestas, ni reproches, solo vivir lo que hay que vivir, la posesión es inevitable pero es cómoda cuando el otro también esta de acuerdo y esta nace a medida que el vinculo es mas fuerte, cuando no es forzada es llevadera.

Si siempre vas a escapar de mí y dejarme sentada sola con remordimientos o con frases a medio decir, entonces no vengas hasta mí. Tendrás que pensar que te hace mejor si encerrarte en tus tormentos y morir día a día, o llamar a mi puerta cada vez para que seas atendido. Sentir y pensar son cosas muy diferentes. “Destino” es muy diferente a “hoy”. ¿ En cual habitas tú?

En este momento no pienso ni mucho menos buscar un matrimonio, es satisfacer una pequeña y nueva necesidad. Si tu guerra es tu destino, entonces pagaras precios que ignoramos, pero cada quien ha de llevar su propia cruz, ¿Por qué nos inclinamos en colgar la soga a nuestro cuello con nuestras propias manos a causa de aquellos infelices que quieren nuestra destrucción? Perdemos un tiempo valioso en derramar  nuestra propia sangre ante sus inmorales acciones.

Te quiero ahora Heathcliff, esta dicho.

Hay cambios que se pueden hacer con solo girar la manija de un reloj, no tienes que mutilarte la cabeza con una respuesta para mi, tomate tú tiempo. Los que se quieren cuando hay distancia se aprecian más, es un espacio para saber que lugar tiene el otro. Y qué se siente entonces en definitivo.

Si vienes a mi, tendrás que venir con bandera blanca. Pacto de no agresión. Hallarás tus fantasmas a tiempo, saldrán a pedirte cuentas pero si te siguen atormentando entonces hoy, solo tengo unas frases para ti como ultimo esfuerzo por conservarte:

“Inglaterra no es Marsella” “si arrastras todavía el grillete de un pasado sentirás el dolor que no te deja moverte, mas el grillete ya no existe” “El pasado no es ahora aunque lo sientas en el corazón y lo veas en la mente, has de saber que son como las estrellas, algunas por ejemplo todavía dan su luz a la tierra pero en realidad ya no existen se extinguieron solo vemos un reflejo de lo que fue.”

Elige siempre,

Tengo mis manos al frente en motivo de desarme, si vienes hasta mi sabrás que no serás ni sentenciado, ni humillado, ni desangrado. Espero en reciproco criterio lo mismo de ti.

 

Dankha Fiennes.

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Hada:

Ya no se si llamarte así después de tan retadoras palabras..

Me has dejado otra vez sin aliento, de un modo diferente…claro! un poco más perverso diría yo. ¡Que deleite! ¡No puedo esperar hasta el duelo!

Veo que despiadadamente rondamos los mismos senderos empinados, enlodados y quebrantados en la vida.

¿He leído bien? Y cito: “No te aproveches de un Heroe caído en Batalla” bueno! Que respuesta podría yo dar a eso, veo que tienes agallas, y el nombre de Hada se desvanece así como la imagen proyectada en mi mente de nuestras apasionadas noches perturbando el sueño de una desvalida doncella, ¡borraré eso de mi mente al instante!,  ya que dentro de tu vestido se encuentran tambien esos pensamientos de plomo y ese temple irresistible. ¡El diablo me ha de llevar en este instante Dankha!, ¡si es que eres todo un dilema, un ensayo y un componente completo!

Ahora entiendo porque eres la mano derecha de Pascal.. ¡Vaya Marsella, si que se ha vuelto el sitio mas encantado, mis labios no se han engañado esta vez, se han posado en un sitio perfecto.

Tienes  razón en cuidarte, yo siempre he sido siniestro, un tanto más que prudente.

Quería esa mañana robarte en el Veux-Port, aquella de la llegada desde Liverpool, desde entonces he progresado un poco más en aquello de la superstición aunque para mí se hace natural,  quería contemplarte yo solo en una habitación oscura y cerrada, no había visto a nadie como tú antes en Inglaterra, eres muy blanca y me pareció que pudiste ser un hada del prado cercano a casa. Pensé que  podía inspeccionarte con el fin de encontrar donde guardabas las alas, pensé que me pudiste haber seguido desde el paramo aquella noche que abandoné a los míos. Esa misma noche volví a recordar tu cara y tus ojos en la taberna con los marínenos, y me reclame a mi mismo por no haber ejecutado mis deseos ese mismo día.

No te asustes, no sabia exactamente porqué, pero no sabia si quería degollarte o quería hundirme dentro de tu vestido, y respirar tu aroma cordial de manzanas y perderme en la petición de un olvido infinito, no es eso lo que hacen las Hadas?

Lo siento.

Un pacto de no agresión pides, y yo solo me dejo arrastrar por el deseo infame de poseerte. De tocar tu vestido y besar tus labios. En este caso pensé que seria más fácil, al principio cuando comenzaste a mirarme, entendí que era lo que te proponías y entonces me comporté como todo un inescrupuloso entendedor, pensé que eras tan distraída y vacía como las que he conocido en la taberna , mujeres quizás sin valía, yo no tenia que hablarles, todas venían a mi ante cualquier descuido. Lo que hacían era envenenar mi alma, sus susurros mediocres y ligerezas alimentan mi ira y mi desprecio. A las mujeres tontas se me da por besarlas y despreciarlas, son para mí un tapón para el desagüe, mas es agua que no corre a ningún lado.  Pero tú, tienes un descarado hechizo, ¡que ha maltrecho mi cordura y ha despertado cierto grado de desesperación!, cordialmente te estoy diciendo que al probar tus labios esa primera noche, cuando te perseguí para pagar la deuda que tu habías provocado hace ya tantos días, no pude evitar sentirme arrodillado ante tus embrujos, he experimentado, una ansiedad nefasta para mi cordura desde esa noche. Es algo diferente ahora que ya se que no eres literalmente un Hada. Tú estas a salvo. No voy a apaliarte en ningún sentido, he de respetar la mas preciada perla, “nuestra semejanza», a la final te pareces a mi, quizás estés tan atormentada como yo, no te aflijas es solo un decir. Has generado en mí de aquí en adelante  tal admiración que será imposible seguir huyendo de otra representación mía, pero en otra versión, femenina para ser preciso. Cuidado con lo de gallardo, no te gustaría andar en aguas rocosas y esperar mi mano en clemencia, es solo un punto que espero que entiendas desde ya. Ningún juego de palabras así ha de existir en adelante.

Date por advertida que, una vez amé y fui traicionado por mi propia carne, esa traición cada vez que la recuerdo me hace escupir el piso y maldecir los siete mares y todas la religiones, han cavado así hondas cuencas en mis propias raíces y estas  fueron arrancadas a carne viva, la vida misma la perdí esa noche al dejar mis senderos, perdí todo Dankha, dignidad, juicio, techo y amigos, todo en una misma noche.

 ¿Me pregunto si el duelo podria ser a muerte? ¿Podré yo levantar un arma contra ti, despues de esto? Interesante propuesta. Pues no me cabe duda que tu si lo harias contra mi. – hada maléfica-

 Laurence

abril 12, 2012

Capitulo IX Confesión

por thesecretwriteraboutyou

Taberna del Teatro

Esa tarde Ms. Pascal y yo camínanos en el Veux-Port, el sostenía mi brazo, y me había puesto un pequeño sombrero con velo, ya que no había tanto sol, mas bien un ocaso caminamos, hablando de todo un poco sin rumbo especifico.

–     Y esa es Dankha la razón por la cual decidí que entregaría mi vida al teatro si mas remedio, nunca tuve hijos, nunca ansié tenerlos pero al pasar los años y volverme viejo como ahora, veo a cada uno de mis pupilos como hijos, eso si, siempre tengo mis preferencias, por ejemplo estas tu, que eres mas que bella y fuerte. Y esta Laurence a quien quiero con el alma, ningún padre pudo tener un hijo más fiel.

–     Sé que Laurence es especial, es una persona, poco común, – conteste a Ms. Pascal. – Pero sé que es digno de afecto, ya que es muy reservado, y no se nada de su pasado. – agregué.

–     Laurence tiene secretos, Dankha, su vida es un misterio, una vez me hablo de su familia y de algunos infiernos que tuvo que pasar por Inglaterra. Sé que les ha abandonado y quedo hecho una pena.- nos detuvimos en la acera y me miró fijamente- es por eso que he querido tener esta charla contigo esta noche Dankha.

Yo contuve el aire, y mi corazón latía con tanta premura que solo pude pronunciar un susurro:

–     He de escucharle

–     Bien, Dankha he visto a Laurence como te mira como interrumpe sus ensayos y se marcha, cosa que no hacia nunca, lo he notado, en esas oportunidades estas justo tú sentada en las butacas de la audiencia, muy cerca del escenario, y no me cabe duda que es por ti. Yo no quiero entrometerme en sus vidas ni en las
cosas del amor si este fuera el caso, de antemano te digo que si tiene buenas intenciones tendrá mi bendición, ya ves soy un viejo y no me atribuyo ser participe de la sociedad, la verdad es que soy más mundano que cristiano, lo único que quiero es que pongas atención, Laurence a sufrido mucho, es muy noble y si le tratas bien y con respeto él te paga de la misma forma, no expresa sus sentimientos con facilidad, mas bien es un poco tosco en eso, como ya sabrás es muy inteligente, y tiene ambición desmedida, cada franco que gana, lo guarda como si debiera construir un castillo con eso, o debiera erguir una estatua para el mismo. Cuidado, no es solo su arte el teatro por el teatro, cada representación he ha hecho lleva una parte de realidad en ella,  a él le consume una llama inextinguible de dolor y amargura que yo no puedo comentarte al respecto, poco a poco se ha aliviado, la rabia y aquel  desconsuelo cuando le conocí y por fortuna se han casi extinguido, pero estaré errado si me doy por vencido, quizás sea como un león dormido. Has de cuidarte tú, y cuidarlo a él, si es el caso en el que él podría entregarte tu corazón. No quiero que mis hijos salgan mal heridos, (por que los veo como mis hijos Dankha), sé que están jóvenes, y el teatro es nuestro hogar y hay muchas libertades y privilegios que ya otros no gozan, este es nuestro gran momento.

–     Prométeme Dankha que serás cuidadosa con el y contigo, el amor es un doble filo, por un lado néctar y por el otro la daga eso es inevitable. Ahh..Petite que viejo y reflexivo me he vuelto. Consejos que ojala yo mismo me hubiera dado, Cheri, pero nada en particular.

Acarició mi mejilla, lo bese con emoción y seguimos caminando. Me sentía aliviada, renovada y liberada ya pascal quizás sabia de nuestros encuentros secretos y estaba complacido, que más podía pedir yo, en cierta parte tenia esa libertad de decidir que hacer con el y nuevas luces de como tratarlo.

-Ms. Pascal, Gracias por sus bellas palabras, estoy tan conmovida, la verdad es que nunca conocí nadie tan educado, valiente y generoso como usted Ms. me siento muy conmovida y bendecida en encontrarme dentro de sus más allegados colaboradores, y recibir ese trato de familia, hasta de hija. –Lo bese en la mejilla por segunda vez- y nos fundimos en cálidos suspiros y disfrutamos de nuestra compañía el resto de la tarde.

*******

Luego a las ocho de la noche, con energías recargadas,  reposada y decidida, bajé a encarar un encuentro con mi nuevo “enamorado”. Llegue a la taberna, con un traje sencillo, y con aspecto relajado.

–     !Mon Dieu Miss Dankha! So all my wishes came true- me dijo Laurence a penas me senté.

–     Monsieur,- le dije cuando me atreví a mirarle.

Tenia su pañoleta blanca de corbatín ligeramente desarreglada, su cabello con una pequeña cola de caballo que casi le recogía un poco o casi nada el cabello, me miró con sorpresa, sus ojos perfectos notaban cierta timidez, quizás por verse un poco desprovisto de mascaras a causa del vino.

–     Así que de paseo por el Veux-Port, bueno es un sitio agradable para los que quieren huir y dejar a  las victimas de su encantamiento- dijo tratando de ocultar el efecto suavizador  y romántico que causa el vino.

–     Monsieur, me halaga al saberme esperada , de ninguna manera podría yo huir de ……- ya no pude continuar delatándome- por lo menos necesitaba tener un vaso de vino que me diera el animo que él se dio antes.

–     Lio, Monsieur.-le llamé.

–     Madame, que belleza de noche, ha llegado usted- dijo Lio que se reincorporaba hacia este lado de la barra-

–      What can i do for you Madame, -preguntó mientras pasaba su mirada de Laurence a mi y viceversa.

Pero no tuve tiempo de hablar, Laurence le hizo un gesto con el dedo, el cual hizo acercarse a Lio con velocidad.

–     ¿Le das a la Madame en su copita de rosas el mismo vino que bebo, Por favor my lord?

Mas sorprendida que nunca, los mire a los dos y dije para cada uno- Merci Monsieur.

–     Me decía Madame, que…¿que cosa me decía usted?

Bebí de un sorbo media copa, por no beberla entera y ser presa de algún mal gesto de cualquiera que pudiera estar mirándome. El me miró y no contuvo la risa, la cual mostró un poco sus filosos y bellos dientes.

– En realidad Laurence, tu has escrito en esas notas cosas que te suceden por mi, pues lo mismo me sucede a mi.- y continué- te quiero en silencio, te he querido en silencio desde el primer día que te vi en el muelle del Veux-Port años atrás, se cual es tu nombre real, se de donde lo obtuviste y ya hace tiempo largo que algo me une a ti pero yo misma no entiendo porqué? ni cómo?.- bebí el fondo de la copa e hice un gesto a Lio, educadamente con la mano, llamándolo por otra ración.

– Es mi nombre entonces lo que conoces ya, quién soy entonces, una parte de la realidad de quien soy la tienes tu en tu memoria desde aquella mañana. -Dijo mirándome con una media sonrisa más bien entre sorpresa y sinceridad, y continuó:

–  Pues te dirè un secreto, en ese caso, yo he dejado mi nombre atrás, no por no quererlo, y no porque me importe usarlo, resonaría tal en otros oídos en Inglaterra que sé que aturdiría a mis enemigos. – Apartando algunos mechones de cabello de su cara- continúo, – es que Dankha, será posible que en el mundo tanto  importen esas cosas, no puedo obtener una visión clara de las personas y las mujeres que estén cuestionando  “Nombres” o codiciando “Nombres de maridos necios o aburridos” ¿es que es todo por un nombre? O ¿en que me equivoco Dankha?, explícame porque yo no lo sé, -sorbió más vino y dijo: – te quiero, has dicho, ¿es una respuesta posible? ¿Es lo que sientes tú, Hada?

Ya llena mi copa por Lio, di otro sorbo, luego sentí como sus palabras quemaban mi corazón y pensaba que aquel sencillo y hermoso caballero se escapaba de mis manos, sus emociones y las mías estaban  años luz de diferencia, a pesar de haber tenido yo una torrencial vida, el parecía llevarme leguas de distancia y miles de infiernos contados y vividos. Llené de aire mis pulmones y respondí:

–     Sí, querer dije, lamento si no se hace oportuno, no es que para mi sea fácil abrigar sentimiento por las personas, la verdad he llevado algunas penurias que no me han dejado tan ciega. Pero sí, no me retracto, “Heatcliff” es así. Y en cuanto a los nombres, a mi no me importan en especial y además no sé que pueda significar eso para ti, veo que eso te importa, cada quien lidia con sus propios infiernos y fantasmas, no se cuales son los tuyos, no me has querido decir nada tuyo, ¿es acaso tu nombre  menos que el de otro? ¿es eso lo que te atormenta?, o ¿es acaso una deshonra tu nombre? ¿una herencia que alguien maldijo?

Tras un silencio entre los dos, dijo:

–     ¡ Heatcliff,!…. Y rió suavemente- que tiempo sin escucharlo y me parece irreal que salga de tus labios Hada…. Me dejaste sin aliento…  Y trató de ocultar su mirada perdida y reflexiva.

–     Yo ….–dije y respiré para ganar fuerzas- yo nunca podría decirte una palabra que hiera tu estado de animo. Yo pudiera ser tambien tu amiga, y no quiero adentrarme en tus tormentos a menos de que tu me dejes de algún modo conocerlos…

Me miró pensativo, enarcó una ceja, miró la puerta, las velas, suspiró, y me dijo:

–     No voy a mentirte, sería la única promesa que podría cumplirte. No podría hacer otra cosa por ti. Mi destino esta jurado, no me aturdas con esas candidas palabras  Dankha..

Estiró su mano hacia mi y sus dedos rosaron los míos, me miró fijamente con petición en sus bellos ojos azules, yo lo contemple y cerré mis dedos con los suyos, y escuché detenidamente sus palabras.

–     Yo nunca quise esto Dankha, te has metido en la batalla del duelo privado que llevo entre mi corazón y mi memoria tú sin saberlo, verte Hada descontrola mis pensamientos, me temo que la mayoria son planes lejanos y sombrios, tu cuerpo es una luz que alumbra mi cueva particular de inundaciones y odio. Te has entrometido sin querer en mis cavilaciones de guerra personal de mis planes contra mis enemigos, y me debato entre tener pensamientos de calma para ti o seguir planeando  incendiar un pueblo entero….que será algun día sin duda.

Sin aliento lo miré fijamente, el latido de mi corazón me aturdía en los oidos, sus ojos me estrangulaban y cavaban cada vez más hondo, estaba hipnotizada  y sus palabras sonaban como campanas en mi cabeza. ¡don! ¡don! ¡don!

–     Quédate- le dije despacio, a penas en murmullo-conmigo….. siempre.

Me miró conmovido, me sonrió con cierta timidez, – se sintió descubierto por los efectos del vino y no le gustó mucho tener que hablarme desde su interior , lo vi celoso de sus secretos ya  compartidos- se levantó de la silla, y lo tomé del brazo y con mi mirada  pregunté porque se iba. Me dijo:

–     Me estoy volviendo loco Dankha en este momento no puedo hablar más, tomó su abrigo, hizó señas a Lio con dos dedos y se marchó.

Esa noche mi corazón estaba mal trecho, sabía que tenia una victoria, pero se veía que el precio que pagaba él era muy alto, lo consumía un cariño que no quería sentir, otra lucha dentro de sus luchas, sentí piedad por el, y mas amor, recordé sus ojos dos dragones que esconden secretos y quizas su dolor era mas profundo que el mar entero, yo no lo sabía, dolor, amor. “Morir, Dormir” –Hamlet.

abril 6, 2012

Capitulo VIII Noticias

por thesecretwriteraboutyou

Dankha trabajando, ahora desde la salita de Ms. Pascal

Capitulo VII

Genova , marzo 178…..

Alexandra:

Te escribo estas líneas, ya ves que mi estado es tal que no recuerdo ni la fecha ni el año ni el día de la semana en que vivo… Ésta procesión que se ha convertido mi vida ha tomando gran parte de mis cabales, me siento como un alma en pena, Makalle me ha traído a Italia, por segunda vez en un año, pero ésta vez aquí me ha dejado.

Al despedirse de Ricardo le ha dado un abrazo usando estas palabras “see you in th next life” y yo digo para mis adentros, la próxima vida ¡sobre mi cadáver me encuentro con semejante cobarde! ¡Indigno! Pues aquí me ha dejado con una promesa tácita de nunca más volver, mas razones no me dio, peleas no existieron jamás, no se quien de los dos es mas alma en pena, me inclino hacia él por no vivir su propia vida y ser un títere sin pensamientos propios, es como un niño Alexandra, que mal he fijado mi vista y mis pensamientos en él! Nefasto día! Para continuar con los cuentos lúgubres a pesar de vivir lado a lado, jamás dirigió una palabra a su abuela, mas bien pienso que era como un  soldado ordenado por un ejercito, y es allí donde empezaron mis penas: su familia al pasar el tiempo  empezaron a mirarme como una extranjera de menor categoría, para los días mas cercanos ha llegado una invitación a un matrimonio la cual traía una hermosa galleta perfectamente pegada a modo de distinguido adorno, ésta estaba dirigida a:

Makalle James & Dankha Fiennes

Nos sumergimos en una inmensa alegría, y casi un festejo interno de alegría, porque su hermana ya bastante pasada en años se casaba. El único gran detalle fue que el lugar de la boda lo guardaron secretamente. Cuando ya se aproximó la fecha, Makalle se puso como loco, porque les perdió la pista a su entera familia, se habían retirado ese fin de semana para celebrar la boda dejándonos fuera del festejo. Rompió en lagrimas de pura congoja y desesperación, yo traté de consolarlo lo mas que pude, pero le costó mucho recomponerse, pues no halló ningún explicación para tal desplante. A la mañana siguiente ha llegado una carta citándolo para una reunión familiar, a petición de su hermana, partió enseguida muy confundido, rencoroso y adolorido a su encuentro.

A su regreso, llego tan cambiado que parecía otro, una alma en pena entró por esa puerta, aquella puerta que una vez me recibió, pude leer en su rostro una mezcla de tantas cosas, culpa, dolor, desprecio, resignación, es tan infame que no pudo disimular, sus ojos que me miraban con desprecio nuevo, recién nacido. Supe que se había vuelto contra mí o lo habían vuelto contra mí, da lo mismo, si es que eso se puede ser una elección, ¿es que hay gente que se traiciona a si misma? Damn all of them, I don’t need a thing from them and now even want it.

Así esa mañana el muy canalla vendió nuestro amor, vencieron su temor y su falta de agallas, con un aspecto infantil y fúnebre me indico que ninguna boda seria posible entre nosotros y que debía yo disponerme a organizar mi regreso a Rusia, el cual rechacé de todo plano y al instante, la verdad es que él nunca supo de todos los tormentos que me rodeaban en San Peter, yo nunca dirigí mis labios a tal fatal narración bajo su techo, mas le dejé claro que mi destino sería Italia, y que ningúna petición suya podría cambiarla, que yo partiría a penas él lo dispusiera, me retiré de su salita y no nos hablamos por varios días.

Así el paso la semana entera ahogando sus penas en el alcohol, y yo tratando de no tomarlo en cuenta, aunque no sentía piedad por el, sentía que a partir de eso mi destino estaría marcado. ¿Puede un rayo del Dios Zeus, acabar con el destino de alguien asi?, ¿ cambiar la dirección de una vida para siempre? Zeus, ¡ha! Él no tiene nada que ver con esa gentuza, Zeus es demasiado divino para tan asqueroso rastreros. De una manera u otra siento que el camino que debería de haber andado para mi vida se ha roto para siempre, temo que mi futuro sea ahora en el limbo.

En cuanto me recupere iré a Marsella, tomaré lo que me han ofrecido, un papel de traductora en un nuevo y muy importante teatro, no me quedó nada, solo la libertad y he de usarla.

Alexandra estoy muy enferma, difícilmente me pasa bocado, palidezco solo con mirar las flores y las cosas que están vivas, un purgatorio seria mas placentero que lo que siento hoy. ¡El muy ingrato me ha besado en los labios al irse! I said now, Jesus have mercy of his soul, coz i can’t have any.

Mi Hermana ha encontrado una casa donde necesitan una Institutriz, estoy cumpliendo esa labor en la semana, la dueña es muy amable, Renza. Así reúno para ir a Marsella.

Te extraño.

D.

******

No se ya cuantos días han pasado que no veo su perfecto rostro, es un goteo ingrato y abrumador, Heathcliff, te he querido desde siempre, no te vayas no me dejes, porque pasa el tiempo…comienzo a llorar sin …

-Madame, disculpe la interrupción.

–     ¿Qué quieres Berthe?-respondí a penas con una voz.

–     Monsieur Pascal c`est ici

Tras un silencio eterno, Ms. Pascal entró en la estancia, viendo en semejante estado, cambio su expresión y se apuró a sentarse sobre la cama para secar mis lágrimas, pasándome su mano por la frente comenzó su relato:

–     Dankha Cheri, tienes que ser fuerte- dijo mirándome a los ojos con expresión compungida.

–     ¿Tiene noticias Ms. Pascal?

–     Por desgracia si tengo Cheri,- a modo de susurro dijo- y comenzaron a salir lagrimas de sus ojos.

Vi correr sus lágrimas y supe que no era nada bueno para mí, el hueco en mi pecho se extendió hasta mi estomago y pude escuchar un crujido al extenderse <crarrrrk> supe que yo misma no podría contener tanta congoja y aún menos unirme a la de él.  Así que el propio Dios me mando un túnel en el cual me recluí para poder escucharle y sobrevivir a lo que veía y en el túnel en mi mente sombrío me senté y me recosté de sus redondas paredes y me apoye para poder respirar.

–     Dankha se ha ido, a dejando Marsella, ha dejado el teatro, su vida aquí, nuestro nuevo Otelo, todo…

Tras una pausa y una larga respiración para recobrar el aliento continuó.

–     Lo han visto embarcase en un barco con dirección a Inglaterra, lo han visto en el Veux- Port. Mas no se dirigió a nadie con honradez, lo han visto sombrío, como un lobo Danhka, se ha comportado como un infeliz, ha dado algunas propinas por hacer lustrar sus botas y a maldecido su nombre y su historia, pidió dos copas de vino finisimo una la tiró al suelo deleitándose al ver la copa romperse en mil pedazos, la otra la bebió  de un solo sorbo, Pidió a una moza que le arreglara su corbatín blanco y  a ésta le dio unas monedas, así embarcó, supongo yo que  al verse con tanto dinero ganao en el teatro no ha provisto ni maletas ni nada, lo han visto salir con sombrero de tres puntas negro y un bastón pulidísimo con la cara de un león, enteramente de gala pues. Se ha ido Dankha se ha ido, así nos ha pagado ese diablo ingrato.

No pude mas que hundirme en la almohada y desde en el túnel negro, cada vez mas y mas lejos escuchaba las palabras de pascal. “se ha ido Dankha..barco..baston de león”…¿perdí la conciencia? Aquí estoy en éste abismo, no siento mi cuerpo me dejo ir….

–     Dankha, Dankha, ¡Ah madre mía se ha desmayado! ¡Berthe, Berthe! Trae agua ¡se nos ha desmayado la madame! Berthe!

****

He retomado mi rutina desde hace ya incontables semanas, mi pie ha sanado casi completamente, lo perritos estan sanos y les hemos encontrado ya nuevos dueños, solo sé que tanto tiempo ha pasado que ya no hablamos, de él, no se habla de él en el teatro.  Para esta fecha estoy comenzando a traducir  más volumen que antes . Paso las horas sentadas ahora en la salita privada de Ms. Pascal, pues tomar las mismas sillas de la audiencia llevan mis pensamientos por el camino santo de la penitencia, en instantes me lleno de recuerdos y ya no puedo concentrarme más, así que con cierta distancia me he recluido aquí, éste es mi nuevo lugar de trabajo, me he visto complacida al tener que lidiar con los recuerdos de mi asesino en vida, voy poniendo poco a poco a mi locura orden, ya no indago mas acerca de su partida, no he abierto el saco negro, no he tocado sus cosas, simplemente las ignoro. Es un rufián ¿Qué mas merece? Últimamente es una regla mía  solo permito para mi misma algunos recuerdos…quizás a manera de saber si de verdad existió o solo es una invención mía, pero los taciturnos silencios de Ms. Pascal, me dejan saber que el le extraña tanto como yo…

¿He contado  de  las notas que en la primera semana de nuestros encuentros nos escribimos?  ¡lagarto! ¡traidor! !asesino!

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Lunes

Dankha :

Estos nuevos encuentros en tu estancia, me han dejado sin aliento, afortunado soy de haber conocido tu virtud aquella la primera noche, cuando me envolviste como un Hada. Hace dos noches en nuestro segundo encuentro, tu aliento de flores borró solo por un instante todos mis pensamientos , como si hubiera sido acurrucado de nuevo un solo instante. Dankha perdóname por esto.

Pero es que soy un vampiro, tomando tu rostro para devorarlo y nutrirme. No me conoces en nada, Dankha, no quiero aplastar tus emociones como a una nuez. no lo mereces.

 ¿Que vamos hacer?

Laurence.

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Lunes

L.H.:

Tus delirios me confunden, no podré soportarlo con inteligencia. Renuncia a todo lo que pasa por tu mente, no voy a reclamarte, si me ves como un Hada, tu secreto esta seguro conmigo. ¿Qué vamos hacer? Pues ni yo misma sé. No quieras por favor dejar viva mi ilusion si tu tampoco la tienes.

No se si esperarte entonces…

D.F.

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Martes

D.F.

Estoy hecho una tormenta, !dime que es lo sucede Dankha es que tienes alguna respuesta!. No me puedo resistir a ti, ¿ que hechizos o conjuros has practicado en mi? es todo lo puedo deducir. Sera esta una aventura de placer si tu lo quieres asi.

L.H.

p.d. no quise anoche entrar como un ladrón a  tu puerta…asi..tan tarde….yo mismo no quise….no lo pude evitar.

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Viernes

L.H.

No vengas, estaré en el Veux-Port, fue cosa de Ms. Pascal.

Lo siento.

Veo que mejor que las palabras en el momento, te sienta la escritura. Ya que desaparezcas sin decir mucho se hace bastante desagradable.

Miss. Feinnes.

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Viernes

D.F.

Bien, ¿entonces no podre verte? Encuéntrame en la taberna si es que puedes, Dankha. No puedo ser tan caballero como crees, soy algo un poco mas oscuro que eso.

¿no quieres verme más? ¿Es por eso que sales?

L.H.

p.d. discúlpame otra vez, mi intensión no fue irme así y causarte otra apariencia, prefiero irme que quedarme en silencio, no es cosa facil para mi estos dias ordenar mis ideas.

Beberè calmara mi agitacion.¿ MISS FIENNES?

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abril 3, 2012

Capitulo VII Sounds Mysterious

por thesecretwriteraboutyou

Nota del Autor:

Este capítulo ésta inspirado en una cancion de Budha Bar :

Rollercone – Daydreaming : aqui se activa la cancion automaticamnte:  http://bit.ly/HLugYi

Este es el link de la cancion en video: http://bit.ly/aeZHLA

Rollercone – Daydreaming

So tell me now about yourself

 Well there’s noting to tell

 That sounds mysterious

I don’t mean to sound that way

 You seem like a man with a lot of experience

 Do I?

 Yes, …

 Somehow i’m very fuckable, deep

 What time is it?

 It’s almost morning

 I’m glad you stayed

 It’s true that you’ve never told a lie?

No I’ve told many lies

Why?

Because I thought it would make things easier

 And it didn’t?

No, they just made things worse

Free now from oppression,  Free me now from oppression

I think it’s very interesting, when people do and when they do something that they love,  because when you do something that you love no matter what it is and you do something that you love, You do it well and…

 ahh when you do something love then you love to finnish just full and do complete and just full, I think ‘cause then you know what there is not too much, no there is not too much its .. pointless…

Por donde va el camino? y es el camino de mi vida y es el camino de mis sueños por donde va el camino? y es el camino de mi vida y es el camino de mis sueños.
Siguiendo lo que siento, siguiendo lo que siento, que la luz me acompañe, por donde va el camino? y el camino de mis sueño,s por donde va el camino?

y es el camino de mi vida y es el camino de mis sueños, siguiendo lo que siento siguiendo lo que siento, que la luz me acompañe…

After a while I’m gonna find All different kinds of trees: eucalyptus, japanese maples, mademoiselles, olive trees..
Instant, space, reservation, survival, evolution, logic, time, method,  beginning, reasons, perception, movement, elements, questions, systems,  approach, poetry, flaws, concrete, life goes on, realization, certitude, traveling, pathways, adaptation, stream..
Expression, revolution, harming, overcoming, response, complete, the  planet on this taurus, faith, oceans, still point, conflict, stones,  gifts, silence..

*********

Capitulo VII

… Cuando abrí los ojos, mi estancia se veía apenas alumbrada con un color violeta tan tenue, pestañeé y miré a mi acompañante con un profundo embelesamiento, <que contraste tan perfecto> fue mi primer pensamiento; cuencas azules me observaban acompañadas de una media sonrisa, le había hecho gracia llevar acabo su cometido. Reposaba  él  junto a mi, en mi cama, boca abajo con brazos entrecruzados para recostar su cabeza y contemplarme.

Inmediatamente mi cuerpo giró e imité la misma posición que él tenia, nos contemplamos por un rato, y alargué solo unos pocos centímetros mi mano hasta él, pero todavía sin tocarlo, no quería invadir cualquier espacio en que se sintiera comodo…

Mojé mis labios y por fin me atreví a hablarle despacio y casi en un susurro:

–     So tell me now about yourself …

-Well there’s nothing to tell – dijo dulcemente casi en murmullo.

-That sounds mysterious- repliqué.

-I don’t mean to sound that way..

-You seem like a man with a lot of experience…

-Do I?

-Yes, …

-Somehow i’m very fuckable, deep..

-¿What time is it? – Pregunté

-It’s almost morning …

-I’m glad you stayed, ¿It’s true that you’ve never told a lie? –pregunté recordando las palabras de Lio “es cruel, no dice mentiras”

-No I’ve told many lies…con casi imperceptible voz.

-Why? Seguí el hilo.

– Because I thought it would make things easier,

-And it didn’t?

-No, they just made things worse…

Y continuó ahora tocando un mechon de mi cabello rojo oscuro, pestañeó lentamente, y un semblante oscuro ocupó su expresión, tomó mi mano besó uno de mis dedos y continuó :

– Espero haber cumplido tus deseos, tu ciertamente sobre pasaste los mios.

Mi corazón dio un vuelco y al segundo conteste:

–     Quisiera darte lo que desees entonces.

Animado me dijo suavemente al oido…

-Free now from oppression.. ..Free me now from oppression,

Tragué saliva, e inquirí de nuevo a mi acompañante, para conocerlo lo más que pudiera en ese instante:

-¿Oppression? !theres no way that you feel such thing! you are kind of king here, you are most than beloved for this people- y el dijo:

-I think it’s very interesting when people do.  And when they do something that they love, because when you do something that you love no matter what it is, and you do something that you love. You do it well.

Enarqué una ceja y lo miré estupefacta por su inteligencia. Y con un gesto de manejar perfectamente la situación continúo con su voz tan tenue:

-And ahh, when you do something love, then you love to finnish just full and do complete and just full; I think ‘cause then you know what, there is not too much, no there is not too much, its .. pointless…

Luego del silencio solia podia pensar en qu queria que se quedara, que dificil son las situaciones, querer es un arma doble es «cielo e infierno » …yo ya no quiero mas infiernos,…

<Por donde va el camino?, y es el camino de mi vida y es el camino de mis sueños ¿por donde va el camino? y es el camino de mi vida y es el camino de mis sueños, siguiendo lo que siento, siguiendo lo que siento que la luz me acompañe, por donde va el camino? y el camino de mis sueños, ¿por donde va el camino?  y es el camino de mi vida y es el camino de mis sueños, siguiendo lo que siento, siguiendo lo que siento que la luz me acompañe.

–     Dankha, dijo – y volví hacia su mirada, dejando colgados mis pensamientos a lo lejos en el techo.

A lo  único que le abro la puerta sin medida , esa  mi pensamiento constante de cobrar los precios en el lugar donde un dia habité….

No es un arreglo inmediato pero  con el tiempo sucederá ….. esta fijado por mi mismo  y una que otra maldicion…

…lo recuerdo a menudo, sombrío, gélido, verde o nevado las estaciones son muy miserables o muy nobles allí, las rocas, los arroyos, el olor de la madera y la vegetación, el camino de tierra, las nubes, el viento, lo veo todo en mi mente una y otra vez..

Tragó saliva, exhaló y en su idioma propio, dijo:

-After a while I’m gonna find all different kinds of trees: eucalyptus, japanese maples, mademoiselles, olive trees..

Tu me agobias ahora, quizas no era la idea ni tuya ni mia pero esto ha provocado que   miles de palabras vengan a  mi mente…..

<Instant, space, reservation, survival, evolution, logic, time, method, beginning, reasons, perception, movement, elements, questions, systems, approach, poetry, flaws, concrete, life goes on, realization, certitude, traveling, pathways, adaptation, stream.. >

… y se han repetido desde que probe tus labios:   <Expression, revolution, harming, overcoming, response, complete, the planet on this taurus, faith, oceans, still point, conflict, stones, gifts, silence..>

abril 2, 2012

Capitulo VI El Pasillo

por thesecretwriteraboutyou

Pasillo hasta las estancias

Capitulo VI

Entré en una de las salitas del teatro, al igual que en los pasillos de la casa contigua, las paredes y el piso están decorados en con el mismo estilo, terciopelo rojo oscuro, lámparas y velas, hacen juego en blanco y dorado, dos personas con vasos de vino en la mano al lado de una mesita, hablan en francés.

–     ¡Bon Jour Madame!, dijo uno de ellos, el pelirojo de cara largucha, de nariz peuqueña, pecoso y de ojos verdes con buen porte y fuerte, estaba  sentado en una silla con espaldar ovalado en rojo con bordes de pulida madera, que voz tan dulce, que ojos más dulces, que persona tan diferente.

–     Bon Jour- contesté con sorpresa y apenada por haber sido la causa de la interrupción.

La otra persona que conversaba con él, estaba parada justo delante de él, era alta de pelo largo negro, espalda cuadrada, llevaba el pelo recogido con un elegante pero discreto lazo negro, propio de la época, vestía camisa blanca, pantalones negros, medias hasta las rodillas, acorde a la moda de la época, se diaria que para nada descuidado pero tan poco con estilo elegantísimo.

Él volteo para mirar a quién se saludaba o quien había interrumpido su conversación. Diría que por las dos.

Su mirada  pareció fría al verme a lo que no dio muestras de mucha simpatía.

Mas para mi sin embargo, fue como si estallaran miles de vidrios por dentro, de pronto sentí desesperadas ganas de reírme, al  ver aquella cara que aún recordaba, un epsisodio inusual sin duda, mas me sentí absolutamente vulnerable y traté de ocultar mi timidez y ahora mi nueva personalidad de siervo herido que me ha quedado desde suiza.

–     Vaya han llovido Hadas esta mañana.- dijo éste- con voz bastante seca y distante.

No pude contestarle nada, mas mi sorpresa fue recordalo como en Veux-Port ahora el era diferente ….

–     Soy Lio.- dijo el otro, levantándose de la silla, y mostrándome con su mano la ventana, en señal de secundar las palabras de su amigo.

–     Ha llovido desde hace un mes….

–     Y  ha llovido a cantaros  desde entonces….- dijo el otro, – ése que ya yo sabia cual era su nombre, puesto que al instante víno a mi memoria otra vez la escena del Viex- Port, el mercadillo, el nenito, y el corte en el corazón que me llegó hasta las pupilas.

Se acerco a la ventana para continuar hablando, yo me comporte absolutamente tímida como si el fuera el dueño de la escena….

–     Has traído un poco de sol contigo- me dijo éste el de Veux-Port-

–       !Ha llovido el mes entero!  a penas hoy fue solo una diminuta llovizna, ¡Vaya que si hemos tenido buena lluvia!  Creo que ha salido un poco sol…quizás sea suerte….

–     El otro, colocó las manos en su cintura y dijo: – ¡Te esperábamos!, tras una pausa- él es Laurence, recuerdame por favor como Lio,

– ¿Como estas? Espero que te guste  lo que has visto, el teatro es muy grande, la verdad.

Me tomó de la mano, con ambas manos y me di cuenta que era una persona sumamente diferente a muchas, especial y absolutamente dulce.

–     Vamos,- continuó, y salimos de salita todos hasta la puerta.

No los vi más, Ms. Pascal entró en la salita, me tomó del brazo, y seguimos recorriendo el teatro.

Esa misma noche aceptando la invitación de todos aquellos protagonistas del teatro, me acerque hasta la elegante taberna de Louis, quien me recibió por segunda vez en el día, tan amorosamente.

–     Dankha! Cheri, y tomó una de mis manos, cerrándola con sus dos manos.

–     Monsieur Lio merci, le contesté derretida por su carisma.

–     ¡Venga un poco de vino para ti!

–     Gracias Lio- tomé en una copa plateada muy adornada con símbolos que parecían rosas.

–     ¡Te ves hermosa Dankha, ¡que bien te sienta Marcella, Petitte! .- dijo con tanta confianza que supe que seria mi eterno confidente, o por lo menos lo seria el tiempo que duraran nuestros destinos entrelazados.

Sin esperar que surgiera cualquier  tema menos importante para mí pregunté apurada por llenar mi vacio interior:

–     ¿Tu amigo, ése Laurance, no es de aquí verdad?

–     ¿Laurance?, él es actor, el mas famoso últimamente.

–     ¡Que suerte tenemos ¡ -entonces le dije-

–     Laurence, -te contaré-

Víno de Inglaterra, para trabajar como marinero, esos que construyen los barcos en el astillero, una tarde cuando estaban terminando de construir el escenario del teatro, se dieron cuenta de que faltaba más madera y los pliegues tenían algunos detalles que no lo embellecían lo suficiente, Ms. Pascal ordenó inmediatamente a los demás que se llegaran al astillero, el que está cerca del Veux-Port y  trajeran la madera y algunos otros carpinteros, ya que se disponía a despachar a estos, puesto que no quería que le prestaran mas servicio al teatro. Así se fueron Pierre y Mike esa mañana. Llegaron los carpinteros pero Ms.Pascal no lo notó, estaba tan atareado o mas que cualquier otro día.

Entonces fue cuando sucedió la riña:

–     ¿Tu que haces allí con esa madera?-dijo uno de los antiguos carpinteros.

–     ¡Pues hacemos lo que nos han pedido, reconstruimos el escenario.

–     Ese es nuestro trabajo, ¡vaya! ¡Que miserable de su parte y de su amigo al quitarnos el pan nuestro!

–     Nadie aquí ha venido a buscar problema, ¡Hable usted con Ms. Pascal, él nos ha llamado aquí, por él hemos venido! -contestó el nuevo carpintero mas su compañero ni se inmutó, no estaba atraído para nada por la situación, siguió  en su corte de la madera.

–     ¡Eso no lo puedo asegurar yo! –dijo mas alterado el despedido carpintero- ¡Mejor lárguense de aquí antes de que yo y mis hombres le mostremos lo que valen nuestros puños y se arme el primer espectáculo de la temporada!

–     Pues no nos iremos, y usted guarde la compostura, no es cosa de hombres pelear por trabajo.

–     ¡Ah pues ha resultado ser usted una damisela! ¡No me lo diga que me da tanta risa! ¿Cómo fue que dijo? “no es cosa de hombres pelear por trabajo”.

–     ¡Damisela por sus cuernos! ¡somos marineros!  ¡Váyase usted al mismísimo diablo! ¡Insolente! ¡Poca cosa!

–     ¡Poca cosa! ¡Maldito Idiota! y arrojó el vaso de vino hacia la madera con un tirón, salpicando al otro nuevo carpintero que ahora si prestó atención, y se levanto de su pose agachado en el piso trabajando los detalles.

Éste se levantó con dos zancadas, retiró el vaso de vino caído con un punta pie, empujó a su amigo detrás suyo, enfrentó a su oponente dándole un empujón y:

-¡Váyase al demonio usted viejo descarado!- Le dijo aproximándose a éste, quien quedó minimizado por tan enardecido y decido oponente, éste vería el demonio en sus perfectos ojos azules, más titubeo pero siguió adelante:

– ¡Lárguense de aquí, éste es nuestro trabajo, o le moleremos a palos!

– ¡A mi nadie me ordena, y de aquí sale su cadáver antes de tocarnos un pelo! ¡Te puedes ir al infierno! ¡Lárguense ustedes! ¡No son mas que borrachos incapaces! Y continúo haciéndose de una barra de madera:

– ¿Qué trabajo estaba a tu cuidado? –¡borracho!- ¿De que vivías? -en fiera voz hostigó al antiguo carpintero.

El otro no contesto de puro asombro.

Abalanzándose sobre el, continúo a punto de empezar una paliza:

–     ¡Llegarás a morir si no dices lo que debes! – Y volvió sus incandescentes ojos azules a su amigo y dijo:

–     ¡El hombre éste está claro que quiere darle largas al asunto! – ¡ya no habla!

¡Edipo! ¡Edipo Rey! ¡Bendita sea Sófocles! ¡Edipo Rey he oído! – Se escucharon unos gritos de histérica alegría, mezclado con admiración y emoción desmedida.

Ms. Pascal había presenciado las amenazas de uno de los carpinteros traídos de Viex-Port unas horas atrás.

La riña se detuvo en el instante.

Ms. Pascal exaltado, deshizo la escena, dirigió su mirada de arriba abajo al hombre que había recitado “tan hermosas y perfectas palabras para sus oídos”

¡Cálmense todos!- Exclamo para terminar la riña- ¡Usted Gerard! cobre lo que le corresponde y le doy gracias por sus servicios!

Tomó del brazo al mozo que la había fascinado y comenzó su nervioso interrogatorio y delirante monologo:

–     ¡Que perfección pura! Monseiur ha recitado perfectamente “Edipo Rey”,! Dios me ha escuchado!

–     ¿Cuál es su nombre? A lo que el otro en congoja por pura sorpresa le respondió:

–     Laurence, Laurence Earnshaw.

-¡Pues sea bienvenido! ¡Laurence Earnshaw! ¿Ha escuchado usted sobre la actuación, joven amigo?- así lo sacó de la escena olvidando el resto, escenario, madera, riña y demás pormenores.

Así fue que Pascal guardó a Laurence como su más preciado tesoro, fueron un tutor y un aprendiz inseparables, padre e hijo, confidente y escucha, amigos de copas y almas comprendidas a partir de ese instante. Pascal se aseguró de pulir su diamante en bruto, así que su primera tarea fue perfeccionar su lectura y dicción, tener a disposición todas las más famosas e importantes literaturas posibles, idiomas, principalmente francés e italiano, poesías, canto, proyección de escena, cultura general, y le aseguró una paga maravillosa, así Laurence se convirtió en todo un actor profesional, Pascal mismo pulió su postura, tono de voz y modales para que fuera el mas perfecto caballero de la actuación, y allí lo ves, ¡Hecho todo un gran exito y aclamado por todos aquí! mas él es una persona misteriosa, increíblemente desconfiada y celosa, sólo se da el gusto de hablarles a unos pocos, es muy reservado, yo diría que es una persona poco común, es a veces tan cruel que no dice mentiras, ¡como ninguna otra persona que conocí cheri!, !esa es la verdad! Pero es mi mejor amigo, eso es irremediable.

¡Vaya imagínate! ¡Que galán sombrío! –dije a Lio-Y reí de manera divertida al saber a que me refería yo misma.

A partir de ese día, decidida y confiada por mi belleza, me propuse robar su atención de cualquier manera, así que escogí las butacas del teatro como mi nuevo sitio de trabajo para traducir las los guiones que Ms. Pascal me asignara, en vista de que era el sitio donde sus ensayos se llevan a cabo diariamente.

Él comenzó intercambiar conmigo miradas cortas desde el escenario, era un movimiento rápido de ojo, a penas perceptible. Pero cada vez se tornaron mas frecuentes y solo con el tiempo se fueron volviendo más y más consistentes, podría decir que era como si nos entretuviéramos en una pausa en el trabajo para buscar la mirada del uno y el otro, sin objeto por su parte supongo, mas yo quería hacerme notar, mi pelo rojo oscuro, mi piel blanca y mis labios carmín, le podían ofrecer a el solitario caballero algún tipo de compañía o quizas compartir una pequeña charla, así era tal el efecto en mi que ya sus cortas miradas me producían.

Mirarnos intensa y secretamente tomó su tiempo, mas yo lo buscaba siempre con mis ojos  hasta que los de él entendieron mi propósito, creo que solo por simple milagro de los santos tomaron matices que recordare uno a uno desde principio a fin.

El cambio lo noté con la primera mirada de un ensayo en la tarde, traducía yo la Ilíada de Homero al francés,  levanté la mirada desprevenida hacia el escenario y busque sus ojos como de costumbre, pero esta vez para sorpresa mía, encontré que me miraban con una profunda CURIOSIDAD, intercambiamos la misma curiosa mirada por unos instantes, cada quien tratando de inspeccionar los pensamiento del otro si eso se pudiere, luego él pestañeo y desvió su mirada hacia compañeros actores y continuó hablandoles a ellos como si nada, volvió a su tarea, dejándome a mí sin mas remedio que retomar la mía con el corazón latiendo y escuchandolo en miles de decibeles.

La segunda mirada que intercambiamos en el trascurrir de los días fue INTERES, encontré sus ojos sentado en el suelo del escenario, tapando su boca con algunos dedos a modo de pensamiento, diría yo, su ceño fruncido y sus ojos expectantes esta vez se filtró desprevenida alguna minúscula intensión o interés, que se volvió reciproca al mostrarle yo los míos. Cada quien miró al otro y nació el mismo gesto, una pequeñísima sonrisa ladeada, como sabiéndonos involucrados en un chiste privado.

Otro día de ensayo y de traducción, nuestra reciproca mirada fue de CORTESIA, reconocimos en cada uno que la faena nos envolvía de la misma manera y que nuestros pequeñísimos encuentros de mirada habían pasado a un plano cotidiano, mas un cambio surgió otra vez, él inclinó su cabeza en señal de saludo y yo inmediatamente contesté su gesto de la misma manera, totalmente cautivada por su iniciativa, y con manos sudorosas volví yo a mis hojas de traducción.

Surgió la secreta y privada mirada de ATRACCION, intercambiamos esta mirada ya si, con mucho más descaro, fuerzas que me había yo dado al saber que respondía eficazmente a mis intenciones, cada uno indagando con detenimiento un posible gesto de nuestras caras, observando cada espacio visible de nuestros cuerpos para guardarlos en nuestra memoria a modo de placer interno. Nos miramos fijamente, pero con una intensidad mayúscula, mas la mira de él luego  se torno fría e inexistente, como si lo hubiera envuelto un raciocinio o simple aburrimiento inmediato, desvió la mirada a su libreto, y esta vez, ya no volvió a mírame mas. Ese día regrese a mi estancia para no salir ni a la cena.

Continuaron pasando los días, así como la intensidad de nuestro silencio, solo era puro deleite de ese código de miradas privadas, para mi alivio, busque su mirada esa mañana con desesperación, quería saber si todavía permanecía nuestro secreto e silencioso código de miradas abrió sus ojos para mi y leí en el la inequivoca mirada de DESEO, fijé mis ojos en él ya mucho mas animada y expectante, nos miramos  el uno al otro y en sus ojos vi un deseo ardiente mezclado en llamaradas, mi corazón al verlos latía desbocado, mordiendo mi labio inferior, sostuve su mirada mostrando por fin la delirante pasión que se había formado en mí al cabo de todos estos días al reconocer esos dos ojos como prendas mias, fui descaradamente evidente al contemplarlos.

Él esquivo mi mirada al cabo de unos  minutos, mojó sus labios, tocó estos con sus dedos como sinetiendo satisfacción, camino a lo largo de las tablas y manoteo con fuerza la cortina roja que quedó basculante en escenario, dejo su libreto en la mesita y  salió del ensayo dejando a todos parados como faroles. Respiré con desespero él se había ido y me había dejado sin la mas mínima idea, perdida en sus ojos y en su gesto.

En fin y al cabo, era tarde para mi ya dependía mi día a día de cualquiera de las miradas que él se dispusiera ofrecerme y yo a responderle.

Al día siguiente, yo desde mi butaca hice el mejor propósito de permanecer serena y reservada, y quizas tomar una pequeña distancia para no incomodarlo más. Pero esta vez  él  me miró fijamente,  agachado desde un punto cerca de la cortina del escenario tenía su libreto en mano, levantó su cara hacia mí,  mostrando al verme, signos de INVITACION, yo, al instante me sentí asfixiada por sus poderosos y perfectos ojos esta vez, respiré y mi boca se entreabrió, enarqué una ceja, exhalé y mis rodillas temblaron separándose la una de la otra, le deje ver al pestañear con descaro mi ardiente y evidente deseo hacia él, él se levantó sin quitarme la vista de encima y se recostó de una columna al costado del escenario, levantó su rodilla y apoyó su pie de la pared, mojándose los labios una y otra vez con desfachatez, arregló su corbatin blanco, desprendiendolo cada vez mas de su cuello, y movió su pantalón con una de sus manos. Al ver todo ésto yo desde la butaca, trague saliva y exhale, no podía apartar la vista de él y de sus gestos ahora tan provocativos. En solo un instante apartó su mirada de mí, arregló su cola de caballo y en unas zancadas traspaso el escenario, dejo su libreto y ya yo no volví esa tarde.

Ya yo en ese tiempo me resigné solo al intercambio de miradas y gestos, era la única conexión que él se había dispuesto a tener conmigo, nunca dirigió una palabra hacia mi en ninguna de las otras ocasiones, fuera de esta rutina solo me ignorába con un silencio sepulcral, era para volverse loca. Para mi ya en ese punto era demasiado tarde, tan solo su presencia me descontrolaba, como un arrollo de primavera, sus perfectos ojos se habían enterrado en mí tan profundamente que los recordaba y una y otra vez en el mismo día, ansiaba la hora de verle en el ensayo, ansiaba saber que mirada y que gesto tendría guardado para mi, su agónico y descarado comportamiento se había ya instalado en mí, debajo de mi piel, mi ansiedad por tenerlo cerca se había hecho más y más fuerte, prácticamente nacía en mi una devoción y si ésta era una tortura, pues fui el mas fiel cordero. Él me había poseído con su mirada como jamás en la vida nadie lo había hecho, jamás experimenté tal cosa y esas particulares sensaciones.

–     No son rosas Lio, son como flores medievales, -dije- cierta noche en la lujosa y alumbrada taberna esta vez parecía mas pulida la madera y mas reluciente sus dorados detalles y candelabros.

–     ¿Te parece Cheri? Yo creo que son como rosas, rosas plateadas, fíjate están hundidas en el medio ¡Por eso siempre te pongo ésta, la misma copa con rosas marcadas y perfectas.

–     ¿Por qué eres tan dulce? ¡pareces sacado de un cuento perfecto!

–     Je ne suis pas celebre! very sad realy!  Cheri, No lo creo! Rosas han de ser.

–     ¡Off course you are! , and roses shall be.

Se abrió la magnifica puerta tallada en madera oscura y vidrios, Laurence entraba en la taberna, miró a los lados a ver que puesto estaba desocupado, encontró una silla con cierta distancia de mi y se sentó, Lio se apresuró a saludarlo.

-¡My Lord! Glad to see you, !Jesus  Christ, Laurence, we are almost in the season!

– My Lord, God evening, – contestó éste.

Luego de haber sido llenada su copa a plenitud, busqué su mirada como de costumbre, esta vez tratando de hacer un nexo fuera del escenario con nuestras constantes y cargadas miradas. Voltee mi cabeza hasta mirarlo, y enarqué una ceja de manera expectante y dirigí mi mirada  hacia él.

Éste retiro un poco su copa de vino con la punta de los dedos hacia Lio y dirigió su mirada perfecta, fría y con cierto desprecio, hacia mí.

Sentí como mi corazón se partía con un estruendo y pude casi mirar mil pedazos caer hasta el fondo de  la taberna, retire mis ojos de inmediato y haciendo un esfuerzo por ocultar mi delirante preocupación, pues no sabia exactamente que me atormentaba más si el miedo o el  dolor. Miedo a la posibilidad que él hubiera perdido el interés en mis miradas  y dolor a verme expuesta ante cualquier herida que pudiera causarme cualquier alma que respirara.

–     Im sorry, i dont want to leave you but i have to go now, – y delvoví mi copa de vino a Lio apartándola con la punta de mis dedos, quien pasó su mirada de Laurence a mi y viceversa, y luego haciendo un gesto de desconsuelo detrás de la barra en madera pulida dijo:

–     Please do not apologize Madame.- y retiró la copa.

–      Monsieur, was a wonderful evening, thanks for your the wine.

Me levanté de la silla y salí en dirección a mi estancia, caminé rápidamente para salir de la elegante taberna cuanto antes, Laurence se levantó y de un solo sacudón tomó su abrigo colgado en el espaldar de la silla, se fue enseguida, apuré mi paso, y volteé un milímetro mi cabeza y pude ver que me seguía, contuve la respiración y seguí caminado tratando de tener orden en mis movimientos, latía mi corazón en demasía, crucé los pasillos del teatro, la salita, el corredor, me adentré aún mucho más, pasé la carpintería, y encaré el pasillo que separa el teatro de la vieja casa, subí las escaleras y pude verificar que me seguía, debido al eco que sus pasos hacían en la escalera.

<Llegará hasta su estancia seguramente> pensé para mis adentros- y me invadió una amarga y desesperada tristeza.

Seguí a lo largo del pasillo aparentando total apatía, como de costumbre reconocí cada puerta y pose mis ojos en ellas.

-Pascal- la primera, continuo hasta el corredor -Laurence- la segunda, allí en ésa no escuché ningún pórtico rechinar, ninguna bisagra crujir, parece que nadie se detuvo allí, <sin duda me siguió hasta mi puerta> – pensé- y mi corazón me ensordecía con sus latidos, – Dankha Fiennes- se leía, allí que me detuve.

Separé mis manos que permanecieron unidas hasta ese momento, exhalé y tomé la llave en mi  bolsillo, abrí la puerta lentamente sin mirar hacia atrás, con dos pasos entré a mi estancia y entonces encare a quien me seguía, contuve la respiración expectante, traté de leer sus ojos en ése segundo, resignación pude distinguir, pasión, y quizás vestigios de una resignación, entrelazó su mano con la mía sin apartar su vista de mis ojos, me hizo soltar el pórtico así, di unos pasos hacia atrás y con un portazo quedo sellada nuestra privacidad en mi estancia, se abalanzó encima de mí, besando y mordiendo mis labios con desesperación, nos fundimos el uno en el otro con sendos besos, y con un abrazo besamos nuestros rostros también, volví a buscar su boca para probar de nuevo el sabor de su lengua, húmeda, dulce, ardiente como el néctar de un dios griego, nos apoyamos en la puerta puesto que no podíamos mantenernos en pie en tal colisión de planetas. Nos dejamos caer hasta llegar al suelo, mi sangre hervía en desmedida pasión, haló con fuerza las trenzas de mi vestido con sus manos y le sonreí complacida, halé su cabello para levantar su cara y buscar sus perfectos ojos azules, vi su mirada expectante y detenida, mis ojos le dijeron que ya no había marcha atrás, así nos volvimos fundir el uno en el otro,  complaciendo nuestros deseos privados por primera vez en muchas vidas.

Así se unieron la noche oscura con la bruma del mar, en un perfecto estado sin tiempo, ni luna, ni sol, no había desperdicio o carencia. Solo perfección pura.

marzo 31, 2012

Capitulo V El Pasado

por thesecretwriteraboutyou

Capitulo V

   San Petersburgo, 10 diciembre 1780
 
Querida Ivanova:
Mi vida se ha vuelto maravillosa y creo que todas mis pesadillas se han terminado, éste cambio del cielo a la tierra ni yo misma lo puedo creer, he conocido al mozo más generoso, gentil y guapo que álguien pudo haber conocido nunca, lo único que se podría que nos podría limitar es que extranjero, no se parece en nada aquel marinero tan extraño y perfecto con quien crucé miradas en Marsella el pasado septiembre y que me robo el corazón en un segundo, ya sabes mejor tú como son estas cosa del amor. Lo he conocido hace una semana en la fiesta de del 11 de éste mes, nos hemos topado por casualidad, en uno de los puestecitos que ofrecían vino, y yo Ivanova prácticamente ví como un faro le iluminaba, pero es que no había ningún faro cerca. Hablamos en ingles, pues resulta que el caballero es  suizo y vino para vacacionar y para las fiestas, no hemos parado de hablar por horas, me ha explicado lo lindo de su pueblo, y me ha dicho que tiene muchas flores, la nieve brilla, y todo es muy tranquilo. ¡Ay! Estoy tan conmovida, Italia y suiza, ¡que cerca son!, ¡ay! Ivanova que cerca  tu estarás de él. Hoy te escribo  yo y ya  a él le quedan tres días de estadía en San Peter, caminamos todas las tardes cerca de la plaza, y todas las mozas lo miran porque él es muy atento conmigo, además de ser el mozo mas guapo que ha venido por aquí y desde tan lejos, ¡ay! Pero que digo si eso ya lo dije, ¡que guapos es! ¡Ay! otra vez!
Me da mucha risa, el amor es tan fácil Ivanova, aprendo que se encuentra a la vuelta de las esquina, que fácil es Ivanova que lo quieran a uno y uno querer al otro, es de lo mas fácil, encontrar su amor verdadero, bueno para mi será el.
Ahora entiendo mas del amor, y garantizo seguro una unión como la tuya con Ricardo, ¡que maravilla!, pues la vida ahora tiene colores para mí y nuevas esperanzas, hemos hablado y él me dice que desde que me vió, supo que yo era la esposa que estaba buscando Ivanova, ¡imagínate semejantes hermosas palabras! De camino a la plaza  le convidé comprar chocolate caliente para que probara la calidad y es sabor en San Peter, llegamos hasta la posada de la señora Poléchka, ¿te acuerdas? quien se apuró al vernos en darnos dos sillas para que nos acomodáramos cerca de la chimenea. Y con las ramitas de las flores que adornaban la mesa me hizo un pequeño anillo y me lo puso en el dedo y me besó la mejilla, yo enseguida me apuré a devolverle el gesto,  así quedamos los dos “prometidos de anillos”.
¡Ay que hermoso es el amor Ivanova! Ya te contaré de la triste despedida del mozo maravilloso, apenas llegue ese momento.
 
Adios Ivanova,
 
Amorosamente,
 
Dankha.
 

******

                                                                           

                                                                                   San Petersburgo, 15 de diciembre 1780
 
Muy extrañada Ivanova,
 Hoy me he podido sentar a escribirte finalmente después de que el mozo se fué, me ha prometido escribir cartas cada dos días, se ha ido muy triste y muy enamorado, también me he quedado muy triste y muy esperanzada de que vuelva, aunque no hablamos de ninguna formalidad, cuando partió su coche ya tenia lagrimas en los ojos, me parece muy sensible de su parte, pero creo que soy yo la insensible porque no me ha caído ni una sola lágrima, mas cuando llegué a la casa, ya he visto todo negro como si el sol y la luna ya no estuvieran mas en el mismo planeta, así he pasado estos días, tratando de componerme de la partida de Makallé, pues ese es su bello nombre, como estoy tan segura de su amor, desde ya he empezado a recoger y ordenar todas mis cosas para cuando la llamada del amor me pida no me coja desprevenida.
Todavía recuerdo el viaje a Marsella, pero siempre menos, todavía me sigo carteando con la compañía de teatro ya casi han terminado su construcción, sé que algún día estaré allí, como una gran artista, yo no lo he comentado con Makallé, no quería que se llevara una mala imagen de mi, ya sabes como piensa la gente de los actores, y todo aquel que se relacione con el teatro ¡banal, banal! he seguido con mis estudios de francés, italiano e ingles para que nada me tome desprevenida cualquier maravilloso evento.
Ya no tengo tanta fuerza para seguir escribiendo, he quedado tan sola, y ya escribiendo estas últimas líneas he comenzado a verter por fin las lágrimas. Pues caigo en cuenta que ya se ha ido. Con la llegada de Marallé mis nervios se han vuelto sumisos, he tenido menos pesadillas, se puede decir que hasta recuperé un poco la memoria, ya no me falta el aire tan a menudo, quizás pueda sobrellevar mi lúgubre vida aún un tiempo mas. Pero prometo escribirte mañana, ¿cuéntame como van tus cosas otra vez? Ya me he perdido en el tiempo de nuevo.
Amorosamente,
Dankha.

*******

                                                                                                                 

                                                                                                              Basel, 5 January 1781
 
My love Dankha:
 
 I miss you so deeply, that my chest can’t find a place for peace, I spend a lot of time remembering your lovely face, your voice and all of you. I still carry our floral ring despite my finger is so green about it. ¿have you carry the same one? Let me know, it just gives peace to my heart.
I know just barely a month have been, but I truly miss you and, I feel that I can’t continue living my life without you, ¿will you make that favor for me with your present? I want to my life back, and you are yet in there. Dear Dankha, im proposing you to come to visit me, and you can stay in with me the time that you wish, I have told to my family that I met you, and I’m in love whit you in this totally out of control form, so they are truly  worry and want to meet you, bit don’t worry the are truly happy for it.
I f you say yes, I will send you the car in order to pick you up in San Peter and brings you to me. Is a long journey but, ¿ It does matter?
I can’t even wait for your response, I can hardly breathe, all my nights so far are disaster, and I guess all my days too, all they have not colors yet.
Oh my love I miss you, I feel truly inside me that you are the one for me, in my last day in San Peter, I remember very well it was raining, the reason for the rain that I totally believe is for “the heaven was crying for let us apart”. That is so simple to understand.
Please write me as soon you can, let me know if you have still the ring, let me know if you still love me, I hope you keep receiving all my letter just as I promise, but in my heart this is the most important letter that I write it to you.
Is so hard to be without you.
I have all this words in my mind that I want to tell you now:
Carry each other, one love.
I was made for loving you darling, and you was made for loving me. So I want a kiss.
 Passionate,
Makalle James.

******

                                                                                                          Basel, 24 de febrero 1781

 

Querida Ivanova: 

He llegado a Suiza  apenas ayer, ni yo misma me lo puedo creer, a Mamuska le hubiera encantado venir aquí, apenas me he acercado a la ciudad pude ver como la lluvia corría tan suavemente que parecía una de esas pinturas que tanto nos gustan, es hermoso aquí y menos frio que San Peter, allí he dejado a mis únicos poquísimos amigos, el que más contento estaba era Androko, se le salían los ojos de la emoción al ver el carruaje que me habían mandado especialmente para el viaje, me ha dado miles de consejos, que he escuchado con paciencia ya que todos eran descabellados supongo que a razón de su repatriación desde su país natal en los andes americanos, Alexandra me ha abrazado todo el tiempo dandome ánimos como para ir a una guerra, ella es polaca y es mi ultima adquisición de personajes bohemios, ya ha viajado tanto, es pintora y la quiero con locura, se parece a nosotras Ivanuska, pues sufre de los mismos tormentos de nuestra infancia, ella estaba mucho mas emocionada que yo, mi amado Yairob, estaba tan malhumorado ése si que no tenía una pizca de alegría, a él como le quiero, me parte el corazón dejarlo, es un “objeto muy raro y preciado” todos nos hemos despedido como si estuviéramos en un cuento de hadas, mas bien estamos todos como impresionados de las cosas éstas que nunca pasan, o ¿siempre pasan?, o no sé que explicación, porque nunca pudimos encontrarle una. Nos hemos quedado todos con el alma en vilo pensando que podria pasaría ahora, pero trastornados de esta felicidad compartida. Así he dejado San Peter para siempre supongo, ahora las cartas te llegaran más rápido porque nos acorta la distancia de nuestros corazones desde “Basel hasta Genova” ¿Quién puede creerlo? ¿Puedes tú creerlo Ivanuska? ¿Puedo yo misma creerlo? No puedo creerlo, debe ser un milagro de Mamuska, donde quiera que esté, ¿Los vivos pueden hacer milagros Ivanuska?. ¡Ah! Que alegría la proximidad ¡el corazón se me sale del pecho al encontrarme tan cerca de ti! Mas déjame contarte lo bello de esto; al ver a mi honrado pretendiente me ha dado un abrazo como para ya nunca mas soltarme, me ha dicho un sinfín de veces que no podía creer que mis ojos lo estuvieran mirando, nos hemos tomado de la mano, y al salir yo del carruaje nos quedamos viéndonos como si estuviera cada uno frente a un espejo, su casa es casi perfecta, blanca, enorme de techos rojos, quién iba a pensar que mi amado caballero es bastante adinerado y vive sólo con su abuela y un sirviente, la razón está en que se ha encargado de un almacén familiar que queda muy cerca de esta calle, y es un comercio de la familia, esta casa es de su abuela y es tan grande que podías perderte, sus padres viven cerca a pesar de mi incredulidad, me ha dicho toda la verdad, no sé que rasgos tendrá su abuela pero todavía no la conozco.

Me ha mostrado una habitación en la que debo instalarme muy cerca de la suya, es toda de madera, hermosa, con cama blanca con detalles de pequeñas flores rosadas y rojas y hojitas verdes, es una costura muy particular, una de  las ventanas tiene vista hacia unas casas vecinas y una montañita muy cerca, a la que pienso ir a penas me reponga del viaje, del otro lado en la otra ventanita hay una vista que da a un valle, precioso pero aún cubierto por nieve, ¡ya he visto una granja muy particular por esta ventana, está perfectamente pintada la madera de rojo, con una montañita de paja bien organizada en forma de cilindro, muy ordenados en una esquina de la granja, ví también algunos hermosos pollos blancos que caminan desprevenidos, hay unos caballos que le hacen juego con en su color oscuro al techo, es como el del maple. ¡Una casa con su granjita, imagínate lo adinerados que son sus vecinos. Hasta ahora veo que las costumbres suizas son un poco más ligeras que en San Peter y quizás en toda Rusia, me siento bien, aunque todavía un poco cansada por el viaje.

Lo único Ivanova para decirte la verdad, es como una confesión pero muy, pero muy en silencio, es que ya a estas horas no he podido ubicar mi mente aquí, he pensado que en cualquier momento puedo irme en silencio y regresar a San Peter, ¿será a causa del viaje mi desestabilidad? ¿O será que uno se acostumbra tanto a estar muerto en vida que ya luego te tardas mucho para volver a recrearte, y por fin creer que algo bueno esta sucediendo? Esperemos que si. No me encuentro bien a pesar de la alegría.

Vuelvo a escribirte ahora si, todos los días.

 

Amorosamente,

Dankha

********

                 

                                                                                                        Génova 20 de marzo 1781
 
Esperadísima Dankuskha:
 
Ricardo y yo hemos ya dispuesto todo para que ansiada vista, ¡Ay dankuskha! ¡No lo puedo creer, vienen por fin a Italia, a mi casita! ¡Pero que maravilla! No paro de ir de aquí para alla, al esperarlos, Dankhuska, ya tenemos el vino, y ya vendrás en buena época porque ya el invierno esta pasando, aquí ya todos te esamos esperando, Maria y los gatos, no me imagino cuando ese caballero tan nordico, se entere de los descabellados nombres de nuestros gatos, “bésame” uno  y mi  “tebeso” el otro, ¿le hará gracia? Es que estos gatos Dankuskha como ya sabes tú, lo único que hacen es abrazarse tan románticamente que no se me cansan los ojos de verlos, ya la leña está cortada, el vino preparado, las tartas y toda la comida, todo esta preparado para tan ansiada visita, ¡Ay! Dankhuska no paro de contarle a María que va vienes en camino, y que vendrás por la tienda cualquier día. Ya iremos al puerto que es tan elegante, podremos caminar por el carrullo, muy cerca del mar e ir a tantos mercadillos que hay por aquí, podremos ver las estrellas que se ven con tanta claridad, y la luna tan diferente a San Peter, estoy tan feliz de que finalmente vas a degustar todos los platillos que cocina la gente por aquí, y que por su puesto yo he aprendido, como ya sé que el buen Mikalle te ha conseguido un excelentísimo profesor para que aprendas a tocar el violín, no te dejaré comprar el que está en la pequeña tienda que vi en el carrullo, pues solo por estar tan segura que ese violín no es para ti! Pronto lo olvidaras como cualquier otra cosa. Ya Ricardo lo espera con ansias ha dicho que desde ya será su buen amigo y confidente, dice que desde ya le tiene tanto cariño, y que lo llegara a recibir como un hermano, hay que alegría, no puedo imaginar la  cara de la vecina cuando te vea llegra de tan esplendida ciudad, no cabe duda que todos por aquí han de mirarte y saber de tan grata visita, ¿Estarás ya hoy de camino Dankhuska? ¡Ya mi corazón rebosa de alegría, al poder tenerte de compañía ¡que cielo tan grande Dankhuska! que ha permitido juntarnos ahora si de por vida.
Ansiosa y amorosamente,
 
Ivanuska.

*****

Sigo leyendo las cartas una tras otra, con sus sobres ya un poco marchitos por el tiempo, tienen ahora el típico olor de las cosas cuando el polvo las cubre y la madera les deja unos sublimes colores a causa del  de moho, mis cartas viejas de cierta vieja vida, había pedido a Laurence que del baúl ruso las sacara para recordar a Ivanova y poder comenzar a escribir un pequeño guion teatral que siempre quise escribir debido a las perfectas incongruencias de la historia de mi vida, tema del que siempre mantuve apartado a Heathcliff de su conocimiento. Él fiel a mi petición, buscó en el baúl todas las cartas que encontró, sé que no se tomó la molestia ni siquiera de abrir uno de los sobres, puesto que cuando se dedicaba a una tarea especifica siempre hacia lo mejor posible por concluirla exactamente de la misma manera que se lo habían pedido, pero muy en el fondo no se si por falta de curiosidad o mas bien a modo de no verse involucrado con cualquier incomoda información de mi pasado. Las ordenó una encima de la otra, creándose así un montóncito, bastante interesante diría yo, buscó una de las mesitas en la salita, y las coloco allí, muy cerca de la cama, para que yo las tuviera a mano en cuanto me dispusiera a comenzar mi tarea de lectura.

Ah!  Ahora sé que es una trágica idea, sin duda trágica. Leer las viejas cartas durante mi nueva congoja no hará mas que abrir la puerta a los fantasmas y dejar que deambulen por mi memoria a placer, pero apesar de eso siento la compañía de Ivanova en cada carta y a cada momento, sé que en cuanto me disponga a escribirle todo mi nuevo suceso me dejará saber su inteligente y acertado punto de vista.

Acaba de irse Monsieur Pascal, jurándome que todas mis más terribles preocupaciones por la misteriosa partida de Laurence, no son mas que fatalidades de un accidente que pudo haber ocurrido o un hecho miserable como un robo, me ha dicho que volverá con noticias o con él, esta seguro de que no puede irse y dejar su a “Otelo en el aire”. Pascal cree que mi alarma es mera ficción y delirio a causa de mi mordida en el pie. Más la verdad es que, siento que ese hilo que anuda un alma a la otra, se ha roto, cuando posees dentro de tu corazón una persona como esa, el complemento de tu ser, se siente que hay un especio que corresponde a la otra persona pero que habita dentro de tu ser, se puede decir que “las dos habitaciones dentro de un cuerpo (y solo existen dos) una la ocupas tú y la otra está vacía, hasta que se encuentra al ocupante perfecto e irrepetible para quien estaba hecha a la medida” “Cuando éste se va, el ruido del portazo es tal, que lo sabes con una exacta, pulcra y demoledora certeza”

<No volverá>.- con lucidez pulcra, dije para mis adentros.

–     Madame Dankha, excuse moi, -Abrió la puerta Berthe, la mucama de la casa.

–     He traído a la enfermera, la ha enviado Monsieur Pascal.

-Bon Jour Berthe, he dicho con automática respuesta.

La enfermera pidió a Berthe ayuda para levantarme y colocarme en la silla más próxima a la cama, la silla junto a la ventana colocada allí por Laurence para que en mi convalecencia pudiera distraerme mirándola. Mirando las hojas caer, los arboles moverse, las nubes cambiar de forma, -“Cualquier modo que la naturaleza escoja para recobrar a un “Hada”- Dijo él tras haber concebido esa idea y tomar la silla de buena gana- ¿Cuando te vas a recuperar?- me preguntó al abrazarme esa misma mañana. ¡Traidor lagarto! pienso hoy, como pensarías en dejarme aquí igual que esta silla, fría e inmóvil.

–     Recuéstese cómoda Madame, veré su tobillo -dijo la enfermera- mientras se disponía a hacerme la cura.

Obedezco a la enfermera en silencio, recuesto mi cabeza al espaldar de la silla y vuelvo y me pierdo mirando fijamente la ventana, pues se ha convertido un portal hacia este nuevo mundo, decido recrearme con algún recuerdo que me mantenga viva esta tarde, colocaré un nombre a cada recuerdo a modo de tener una amplia colección personal, así podre escogerlos con facilidad cuando se me antoje, podré maldecirlos a placer, podré repetirlos una y otra vez a modo de adicción , podre escudriñarlos por milímetros hasta encontrar nuevas respuestas y dar luz al tormento de su partida.

-¡ Ay! Exclame con dolor, y dirigí mi mirada hacia la enfermera.

Ésta me limpia la herida con la experiencia de un buen medico.- no dijo nada-

-¿Es que acaso  la enfermera no lo ve? ¿Cómo puede no notarlo? <Digo para mis adentros>. Juraría que en vez de sangre sale de mi tobillo cenizas.

Mi sangre es ahora ceniza, ya lo he dicho antes, no lo voy a repetir.

Vuelo a la contemplación en cierto modo sádicamente placentera y:

Recuerdo para este minuto: “Dos veces en una vida, dos veces en Marsella”

Cuando dejé Italia, ya mi vida había cambiado por completo, desde que salí de Suiza, el gran aprendizaje fuè “difícilmente se puede dejar todo y seguir a alguien, el precio es extremadamente alto” recuerdo las palabras de Renza, frescas en mi memoria hoy. “Nunca se dá el corazón a nadie” otro día dijo. “Quisiera amar a todos e a nessuno” en vista de mi partida, y evitando, supongo yo, el dolor que le causaba mi despedida.

Ya para mi nueva llegada a Marsella me había vuelto silenciosa, yo había cambiado para siempre, Makalle y Basel me habían quitado la inocencia y la juventud para ya nunca más recuperarla.

Monsieur Pascal, con quien me carteé durante muchos meses, a razón de la construcción de su teatro,  pensó en mi como un gran potencial de talento, me garantizó esta gran oportunidad, en la que me encuentre con fortuna hasta hoy en día.

Llegué al “Marsella Royal House Teather” una asociación de españoles, franceses e ingleses, bohemios todos, empeñados en el dinero, la buena vida, el arte, las buenas fiestas, los amores, la amistad y la navegación.

Desde entonces Pascal se ha convertido en mi tutor y fiel empleador, primeramente mi contrato mediante correspondencia previa, era de traductor de Obras en Escena.

A mi llegada al teatro y al ver mi rostro por primera, tan sorprendido, dijo:

–     Madame: No hay poema que opaque su belleza, ya hablaremos de qué papel hará usted para este noble teatro en lo sucesivo, y palmeando mi mano, dijo:

–     Vamos conocerá el teatro y su estancia. ¡Welcome! Madame, finalmente una flor de Rusia toca el corazón de este humilde, noble y viejo solitario poeta!

Así partimos desde la puerta del teatro hasta la casa contigua que dá alojo a algunos familiares de mi nuevo mentor y protector.

En un espacio tan enorme, pude leer solo algunos pocos nombres de las separadísimas estancias que allí estaban, he de decir que la decoración era todo un deleite para mis ojos. El piso y las paredes están cubiertas de un tapiz de terciopelo color rojo oscuro, mas bien como las alfombras de los teatros, cada ciertos metros los candelabros dorados con tapas de vidrio y sus velas recién puestas dejan ver el cuidado y la afección que tienen aquí por la claridad, colgados también con alguna distancia, se encuentran pinturas de rostros hermosos, caballeros, damas, todos son rostros hermosos, un cuadro para cada rostro.

Leí en la primera puerta terminado la escalera:

<Pascal Fernández Duprés>- y escrito en letras más pequeñas, justo debajo del nombre <Director>, seguimos caminado, hasta la próxima estancia mucho mas lejos, pude leer:

<Laurance H. Earnshaw> <Actor>

Seguimos así hasta llegar a nuestro destino, hermosa estancia en el cual abandonamos mi equipaje, eché una mirada antes de volver a salir, era mi estancia tan hermosa, hacia la entrada, dos salitas de cada lado, perfectamente decoradas en color marfil y dorado, no hay muchos contrastes, es muy iluminada, una puerta al fondo en un pasillo entre las dos salas que conduce a la estancia principal, una cama hermosa un armario enorme, dos mesitas, una ventana, sillas y mesita de té, peinadora de madera, espejo, todo impecable, candelabros dorados en cada pared. Sumamente acogedora.

Al cerrar Monsieur Pascal y yo nos fuimos a recorrer el teatro.

Hablando animadamente transcurrió el tiempo, hasta llegar a la puerta principal del teatro, Ms. Pascal se encontro enseguida, rodeado por actrices, carpinteros, actores, bailarines, llenándolo de un sinfín de preguntas, ante todo me presentó, y me vi envuelta en aquella tertulia, como comencé luego a mirar a todos lados con ánimo, Ms. Pascal, hizo un gesto con su mano, de buena gana, cosa que entendí como que “Ve anda, conoce tu misma el teatro”, me escabullí hacia cada salón, hasta llegar a uno, allí fue que lo vi y “lo encontré por segunda vez en Marsella”.

Ms. Pascal  miró cosas en mí que, solo hasta hoy yo he entendido, las guardo como mi tesoro personal mas preciado, y soy yo misma. Con el tiempo me dio un trabajo que solo poquísimas mujeres en Rusia, Italia o Suiza desarrollan, ahora soy –Quien lleva los guiones del teatro, soy la otra parte que maneja el “Marsella Royal House Teather” he tenido que lidiar con tormentas y tornados, olas enormes y vientos tan fuertes como para romper todas las velas de un barco, cualquiera que quiso hundir este monstruo artístico tuvo que pasar por mis manos” “Mis manos han timoneado contra Poseidón en el “Marsella Royal House Teather” ha sido un trabajo de hombre. ¡Que le vamos a hacer!

marzo 30, 2012

Capitulo IV Juene

por thesecretwriteraboutyou

Dankha`s Room

Capitulo IV

-!Toc! Toc! Toc!.. Mademe Dankha, !Toc, Toc, Toc ! Madame Dankha! Are you here?, ¿Monsieur Laurence are you here?

Al escuchar esa “palabra” desperté de mi letargo como si hubiera escuchado el sonido de un látigo ondeando el aire y vertiéndolo dentro de mi pecho, sabía que no tardaría álguien en venir pero no imaginé que me encontrarían tan desprevenida. En un segúndo miré a mí alrededor, todavía sin contestar, miré las velas que había encendido hacía ya un rato y estaban ya muy consumidas, entónces me percaté que había dormido la noche entera.

-¡Oh oui Monsieur! ¿Qui est ce?

-C` est moi, Monsieur Pascal.

-Yes Ms. Pascal, we are here, . ¡Si estamos aquí!-qué estoy diciendo- ¡pero qué estoy diciendo!, -susurré para mis adentros.

Me dirigí con esfuerzo desde la cama hasta su punta para encontrar  una silla, solté la almohada, me ví a mi mísma recogiéndome la bata frente al espejo, me recogí el pelo con el un adorno que había en la mesita, Seguí caminando apoyada con mi pie sano, y me acerqué hasta el espejo, no contaré lo que ví en mi cara. Así dejé la estancia, pasé por el pasillo, continúe cojeando hasta la otra parte de la casa,  tardé lo suficiente pero yo mísma no esperaba esa agilidad oportuna, finalmente me acerqué hasta el pórtico para darle entrada al visitante.

–     ¡Bon Jour!  Dankha, Cheri y beso mi mano sutilmente.

–     Bon Jour Monseiur.

–     Espero no importunarlos esta mañana tan temprano, mas no quisiera yo perturbarlos.

Me reí para mis adentros y le dije:

–     No se preocupe Ms. Pascal no hay nada que pueda perturbar, los hechos fantasmagóricos ya han acontecido en silencio y sin dejar huella algúna.

–     ¿De qué me hablas Dankha?- Y dijo más bien de buena gana-¿Estas recitando algún poema americano? ¿algún verso que desconozco?

–      No Monsieur, sólo le estoy adelantando algúnas respuestas que considero oportunas…

–     ¡Que lucidez perfecta Madame! bromeas a veces de una forma tan espeluznante petitte!

Al instante miró mi tobillo el protagonista estelar de estos días,  – Véo que se te deshace el vendaje, cherie, ¿no ha retornado aún la enfermera?

–     No. –contesté, señalándole con la mano que siguiera hasta la pequeña salita y que tomara asiento para que se diera nuestro encuentro.

–     ¡No me digas! ¡ya la llamaré yo! ¡pero que falta de atención es ésa!,- replicó.

No dije nada, solo volví a mirar mi vendaje que éstaba aún más desgastado que ayer.

El prosiguió con apuro un poco exaltando – ¡Vaya que momento tan nefasto mon petitte! –exhaló y suplicante continúo:

–     ¿Cómo es  qué te ha mordido la desdichada Jeune, Dankha? Ya me han contado de los horrendos crímenes de ese día, más yo no me lo podía creer, – en un tono tan dramático dijo: ¡Cómo ha pasado ésto! ¡Mon Dieu! a mala hora decidí pasar la semana entera fuera de Marsella! ¡Los negocios, siempre los negocios!

A modo de tranquilizarle le dije:

–     No se preocupe Ms. Pascal, aquí la menos afectada fui yo, de verdad que lamento mucho todo lo acontecido, pero descubrimos que fué un dia nefasto para todos, creo que más bien ese día todos fuimos testigos de un hecho casi sobrenatural. Nunca pensamos que algo así sucedería…

–     ¿Por qué lo dices petitte ? ¡Mejor calma mi íntriga Cheri!, quiero escuchar de tus propios labios todo lo acontecido en ese fatídico día, donde una perla salió mal  herida y la otra se ha perdido en vida.

Exhalé entrecerrando mis ojos, lentamente como pude, organicé tramo a tramo mis pensamientos, traje a mi memoria el triste episodio de tres días atrás, se me víno el recuerdo fresco y se empezó a armar el rompecabezas en mi memoria, tragué saliva para comenzar a hablar. Aparté los ojos de mi visita y miré la ventana en la salita donde las nubes se reflejaban, parecía una bonita mañana y él no estaba.

–     Esa mañana Ms. Pascal,- comencé mi relato- Había amanecido el día gris, habían muchas nubes a lo lejos  que presagiaban agua, Laurence H. y yo salimos a pesar del tiempo, él quería buscar unos libros de mitologia griega pues habiamos pasado dias hablando de algunos de los Dioses griegos, íbamos cerca, a la librería en la próxima callecita, como las cortinas estaban entrecerradas no se veía la lluvia tan próxima. Me dijó que volveríamos en unos minutos y que me leería unos versos a modo de aprendérselos de memoria estaba fascina con Hades. Bajámos como de costumbre, pasámos el largo pasillo que úne ésta casa con el teatro, bajámos los largos escalónes y caminámos hasta llegar a la puerta principal del teatro, seguímos, dejándolo a nuestras espaldas y encarando ya la esquina final, fue cuando Laurence se dió cuenta de que estaba Jeune con sus perritos en una caja que álguien había improvisado àsa mañana, pues habían ya nacido los perritos, la vímos desprovista de techo para la lluvia, como Jeune estaba casi escondida en la parte de atrás del teatro, nosotros no nos habíamos dado cuenta antes, Laurence se paró a medio camino, me tomó de la mano y me dijo:

–     Dankha, Jeune y sus crías han de mojarse, ya viene la lluvia y no sería bueno que se mojen.

Volteé para mirar a qué se refería y me dí cuenta, de que Jeune cerca de la caja iba y venía como con desespero, supongo que también le preocupaba la lluvia.

–     ¿Quieres ir a hacerle un techo?- le pregunté.

Exhaló y asentó con la cabeza con rasgo de preocupación.

Dejámos el camino a la librería y nos dispusimos a entrar al teatro, entramos, pasamos la puerta principal, seguimos por el pasillo, seguimos por la puerta privada que conduce al fondo y abrimos la puerta que dá a los salones. Abrimos la puerta de la carpintería; yo me senté en la silla pequeñita blanca de Marcel; Laurence H. siguió a la estantería, abrió las puertecitas, tomó el martillo, unos clavos, dos cuchillos, unas cuerdas y cerró. Miró a los lados a modo de buscar más materiales para su nueva misión, encontró el baúl que dice rotulado: “Cortinas Negras”.

Dirigió su mirada a mí y con una media sonrisa y abriendo los ojos con sorpresa me dijo: – ¡Éso ya no se usa!- le sonreí de vuelta. Abrió el baúl sacó las cortinas, sacudió el polvo, estiró, midió, y al final se decidió y rasgó la tela con uno de los cuchillos. Cerró el baúl y volvió a decir: – Un pedacito mínimo no le hará falta a nadie-. Enrolló la tela a modo de cojín, tomó dos pedazos de madera apostados al lado de la escalera, envolvió todo allí y metió uno de los cuchillos en su bolsillo, y dijo:

– Nos vamos.

Salimos de la misma manera en la que entramos, pero ésta vez ya estaba un poco concurrida la sala de la entrada del teatro todos entraron por la puerta principal para guarecerse de las gotas que ya empezaban a caer. Laurence vió a Lio y le dijo que le acompañara a una obra de caridad inesperada,  Louis lo miró como extrañado, mirò el pedazo de tela envuelta que tenía el en sus manos, arrugó los labios a modo de adivinanza y le dijo:

-¿Se van a guarecer de la lluvia con eso?

Laurence y yo nos miramos, lo  miramos a él y respondimos los dos al mismo tiempo: -Jeune-

Louis asintió entendiendo todo en el momento, levantó la mano a modo de llamado a sus demás amigos que en seguida voltearon  a verle, así se fueron Pierre, Marcel, Dan, Thomas, Mike, Lio y Laurent arreglarle la vida a Jeune.

–     Todo fué mi culpa, yo sòlo debí esperarlos – continúe, devolviéndole la mirada a mi visita.

–     No te culpes Cheri, pocas son las veces que tú no das sorpresas, él seguramente ya te esperaba.

Laurence H, me tomò de la mano y me apartó de la reunión  de los “nuevos obreros”, me mostró una silla cortésmente con la palma de su mano, la movió un poco cerca de la puerta principal.

–     Siéntate, -me pidió-  se agachó para hablarme y mirándome a los ojos dijo:

– Creo que ya no puedes venir, mira la lluvia, ha empezado a llover mas fuerte, yo no quiero que te enefermes, y solo me llevara unos minutos ponerle un pequeño techo a Jeune, ya tengo los cortes en mi memoria de la madera que voy a utilizar, ya he enfocado en mi mente donde los voy a martillar. La pondremos debajo, y volveré por contigo.

Me quedé mirándolo, miré luego la puerta y en efecto ya llovía mucho más, – támpoco quiero que te mojes pero se estan mojando Jeune y los cachorritos, finalmente -asenté con la cabeza y le dije:

-!Anda amor mio! le toqué una de sus mejillas, lo besé y se fueron todos.

Había pasado no se cuanto tiempo, cuando me di cuenta de que ellos no llegaban y que la lluvia se había convertido en un fuerte aguacero, me dije para mis adentros: < ya el techito no va a servir, llueve muy fuerte tienen que traer a todos los perros adentro>.

Me levanté de la silla, tomé un magazine de la puerta del teatro, me lo puse en la cabeza a modo de protección y me fuí a buscarlos con la idea de que todos pudiéramos traerlos a todos adentro. Salí y pronto llegué a la parte de atrás del teatro, ellos estaban en su faena de colgar todavía un techo, ¡claro que no servía! La lluvia había mojado la tela muchísimo, me acerqué al alboroto y Laurence arqueo una ceja y me dijo:

–     ¿Qué te pedi? !Quédate adentro Dankha!

–     Se están mojando los perritos, le contesté.

Extendió su mano y me acercó por el brazo hasta donde estaba él, me acomodó el magazine en mi cabeza, y escuché un apenas audible:

– ¡Mais oui! .. pero ya te estas mojando tu como un pavo.

Enseguida le dije alarmada:

– Vamos a llevárnoslo adentro, – y le señalé a los pequeños en la caja.

Lio se acercó mientras goteaba sobre rostro la lluvia, había escuchado todo y dijo:

– No creo que sea buena idea la de tocarle los perros a Jeune, ya sabes como es de fiera.

Y el resto de los “nuevos obreros” asintieron como en un coro. Pero Jeune se veía muy ansiosa estaba preocupada por los perritos, se movía de un lado a otro.

Hablé a todos, tratando de que escapáramos rápido del aguacero :

–    ! Allors!  Voy  hacerlo yo, Juene es diferente conmigo, ya nos conocemos demasiado, sacaré al primer perro, Jeune me verá y se dará cuenta de que todos vamos adentro por el aguacero y vendrá conmigo, ustedes traerán al resto de los perros, y fin del plan. ¿d´ accord?

Todos asintieron bastante convencidos y muy optimistas con la idea de sacar sus frías narices de la lluvia.  Preparándose todos cerca de los perritos, Jeune se sentó al lado de la caja de los cachorritos como si hubiera entendido lo que yo había dicho, se veía como expectante mientras las gotas de lluvia le corrían por sus orejas. Laurence se me quedó viendo y me mostro sus manos en señal de que todo estaba decidido, pero en un instante cambió, dudó y dijo:

-¿Estas segura cheri?

Yo solo le dije:

– No hay más remedio-.

Coloqué el magazine en el piso, me agaché cerca de la caja lentamente esperando alguna reacción de Jeune, nada, ella seguía sentada sobre sus dos patas,

-muy bien, muy bien- susurré.

Estiré la mano a razón de tomar el primer cachorro para dar marcha a nuestro plan, cuando apenas había tocado el suave pobrecillo, Jeune me enseñò los dientes y me dejò escuchar sus ladridos, me le quedè viendo y retiré la mano a modo de que se tranquilizara, Laurence H. se agachó también y se colocó a mi lado pero codeando la pared. Más confiada volví a estirar la mano, esta vez tomando sí al perrito por el cuello, cuando me deponía a recoger el brazo, Jeune dió una zancada y con un ladrido pude sentir el vaho en mi mano, por la sorpresa me resbalé y  quede sentada en un húmedo charco, antes de que Jeune se me abalanzara encima Laurence me arrastró por el piso hasta sacarme de la escena dejándome fuera de las fosas de Jeune, aquella ya estaba furiosa, seguía ladrando y enseñando los colmillos, cuando reaccioné pude mover las piernas a modo de empujarme aún más hacia atrás, pues eso no le gusto a Juene quien apresò unos de mis tobillos con un fuerte mordisco, cerrò su hocico y movió su cabeza en señal de que había ganado.

Laurence empujó a Jeune para que me soltara, mi alarido se escucho aun más  fuerte ¡Ay! ¡ Mamuska!…No!, Jeune no!, ya no había nada que hacer Juene ya estaba dispuesta defenderse con la presa en sus garras, como yo sostenía ya al perrito, con mi otra mano libre me apoye para levantarme y en eso vi los ojos de Jeune a dos milímetros de mi cara enseñándome los dientes por segunda vez, cuando tomé el impulso para levantarme Jeune abrió el hocico  y sólo me quedó colocar mi mano a modo de protección en mi rostro y me aparte  lo mas que pude, pero no conseguí levantarme,  cuando ya casi sentía el mordisco en mi cabeza, Laurence saco  el cuchillo y se lo clavo a Juene en la garganta, dejándola ya sin respirar.  En breve Juene cayó en el suelo.

Me costó reaccionar ante el último aullido de ella , los gritos de los mozos, la lluvia, el alarido opaco de Laurence y el dolor en el pie, supongo que fué por lo rápido que se había presentado la escena.

Al siguiente momento todos se quedaron en silencio sumamente impactados, a Laurence le corría el agua por su cabello largo, tenia ojos tan diferentes que no se los pude descifrar, creo que era dolor con rabia y humillación, todavía tenia el cuchillo en la mano, cuando Lio salió de su punto de espanto, se me acercó  y me arrastro aún más lejos de aquello, tomó el perrito que tenía entre mi brazo y con la otra mano libre trato de cargarme para levantarme, a lo que Laurence poseído por no sé que espíritu le grito:

–     ¿Qué haces? ¿A dónde te la llevas? ¡Ni muerto la saca álguien de aquí que no sea yo, oíste!– su pose era como si otra persona hubiera estado dentro de él, tenia los ojos en llamas, profundos como si hubiera pasado por un túnel del tiempo y encarnado otro escenario en otra vida, era como si no estuviera allí con nosotros, como si fuera otro, y dijo:

–     ¿Contéstame, Linton es que crees que te la vas a volver a llevar? ¡ Damn you all ! this not gonna happen to me twice, no way! y lentamente con desprecio, dijo: ¡Remove- your- hand -away- from -her!

Lio, asombrado y paralizado con ojos alarmantes y bien molesto, dijo:

–     ¡ Mais Laurence tu ne peux pas fais tous Monsieur!¿ ¡Por Dios qué te pasa!, ¡Tíra de la caja de los perros y vámonos!

El Laurence en trance se acercó a nosotros como a modo de amenaza para Lio, todavía con el cuchillo en mano y los ojos delirantes, pero éste lo conocía muy bien y quitó su vista de él y dijo: ¡Pierre! ¡Marcel! ¡Vous prenez touts les chiens avec vous! ¡Aller!, y siguió diciendo ahora a mí:

-Ho!  Dankha! ¡Quel malhuer! ¡Quel horreur! ¡Dankha!

¡Dankha! -dijo, a modo de susurro, salió de su estupor y soltó el cuchillo. Enarcó una ceja, volvió la mirada hacia mí, hacia mi pelo rojo oscuro, hacia  a mis ojos expectantes, hacia mis labios pálidos por el susto y miró mi ropa mojada y mi vestido enlodado, volvió en si, -supongo-, pestañeo y con esfuerzo como despertando de su posesión, dijo:

– ¿Dankha, my love are you hurt?, !Lord take my soul away!,!Ce n` esta pas posible mon Dieu, merde!

Corrió a liberarme del brazo de Lio, y èste a su vez lo miró retándole diciendo:

-¡Ne parles pas comme ça, ce n est ´pas gentil.

El no dijo nada, me levantó del suelo, pasé mi brazo por encima de su hombro, apoyé mi frente sobre su cuello y así me sostuve de él, dejándome llevar, luego susurré:- traigan a los perritos-

…Cuando abrí los ojos ya estaba la enfermera a mi lado, Dan la ayudaba con premura y Laurence me tomaba de la mano…en unas pocas horas la lluvia arreció y la estancia se oscureció como si el negro cielo fuera a meterse por la ventana…lloviò toda esa tarde y fue oscura y sombria…

–     ¿Pero dónde está ese desdichado?- interrumpió mi invitado-

– !Laurence pupilo mio! !Angel mio! que infortunio el de  Jeune! !Laurence ven aqui!…

–      ¡Llámalo! -me pidió-Debe estar todavía inconsolable! ¿pero dónde está que no ha salido a recibirme?

***

marzo 29, 2012

Capitulo III Laurence

por thesecretwriteraboutyou

Puerto de Marsella

                                                                                        Capitulo III

He dormido álgo, lo sé porqué ha salido el sol y puedo verlo desde la ventana, es un día más bien poco soleado pero no puedo digerírlo, mis gélidos párpados ya no entienden de sol ni de calor, no puedo sentir nada, no estoy corpórea, me siento etérea. ¿Esto ésta pasando en realidad? fué lo primero que pensé en el segúndo en que abrí los ojos, me he podido mover unos centímetros para alcanzar su almohada, tacarla y apretarla a modo de tapar el hueco que siento con álgo súyo, el dolor en mi pecho no me deja respirar, no puedo hacer simples movimientos con precisión, mi cordura se ha esfumado, ¿podría la vida ser mas dolorosa?. Con gran esfuerzo después de decidirme a vivir por hoy, sólo he podido levantarme y arrástrame hasta la silla ésta mañana, estoy sentada en la ventana con la bata de enfermedad blanca, en el sillón de color salmón mis manos están extendidas sobre los posaderos de madera, tráspaso la ventana con mis ojos, pero mi mente está más allá, bordeando descalza el camino por el cual camina Heathcliff y no puedo hallarle.

Estoy a punto de pensar que nunca túve que venir a Francia, ¿porqué túve que encontrarle aquí?, ¿dos veces en una misma vida?, ¿Quién se encuentra dos veces en Marsella? ¿en el mismo punto en La Canebière?,

La primera vez fué un viernes, muy temprano en la mañana, yo salía a buscar algúnas frutas al despuntar el primer rayo de sol, pués, es la única manera en que en el mercadillo mas antíguo de Francia  se encuentren las más deliciosas  y bellas frutas, el pescado más fresco, y el pan nuevo, nuevo. Había caminado ya unas cuantas callecitas, ya estaba el cielo dando todos los colores. Me adentré en el mercadillo tan rápido y me perdí en las caras de los vendedores. Me detuve allí, en el puestito violeta. Cuando me dispuse a buscar dentro de los cestos las manzanas, ví en el muelle del Vieux-Port que había llegado un barco con marineros de álguna parte, lo estaban ánclando al viejo muelle, yo pensé para mis adentros: <vaya que llegó la fiesta del oro>, Me fijé que uno de los marineros átaba todavía  los cabos que habían tirado desde el barco, con qué astucia se desenvolvía,<buen marinero seguro>- pensè, las gaviotas con sus escandalosos quejídos parece que le daban la bienvenida.

–     Aller! Mademoisuelle, – me dijo el marchante, entregándome la bolsa para meter las manzanas ya dispuestas a venderse.

–     Mais, oui, excuse moi,! , merci monsieur,- tomé solo algunas, las más rojas, cerré la bolsa, dí un franco y así me despedí de ese puestecito.

Saqué la primera manzana de la bolsa y la probé, <!que sabor!>-dije para mis adentros-, mientras veía como salían los marineros del “Olympus of the Sea”,-Liverpool-, nombre que leían mis ojos en letras doradas de buen tamaño, grabadas en la madera del recién llegado barco.

Camínaba en dirección al muelle, y fuí observando cómo poco a poco, salían los caballeros del  barco, ¡Vaya! Que no tenían uniforme de marineros, me pregunté si serían presos o delincuentes, me reí  y pensé para mis adentros: < Aquí no entran tan fácil a menos que vengan a fusilarlos>. Seguí caminnado sin  apartar la vista de las gaviotas, del mar que estaba a ésa hora más bien azul con chispas plateadas, degusté el delicioso ároma del mar tan salado y dulce como un higo, miré el cielo y las nubes perfectas formaban figuras de terciopelo, me fui aparatando así, del mercadillo, de la gente que cómpraba, de las frutas que relucían desbordadas sobre sus pequeñas canastas, del pescado expuesto a la vista del más custodio público, de los aceites que se vendían con tanta premura, de las galletas que rechinaban envueltas en sus papelitos rojos, del olor a café que venía del puesto de Jean Cloud, que hacía el ambiente típico de una mañana en el mercado, particularmente a esa hora sonaba un violín a lo lejos a modo de ambiente, traté de grabar esa melodía en mi memoria con el nombre de “Vieux-Port song” allí quedaron las palomas en el suelo picando los pocos desechos del pan, las señoras ya preparadas para conseguir las más sonoras ofertas, ya no me envolvía todo aquello, quería seguir mirando el barco y su ajetreada llegada , seguí caminando hasta acercarme a la baranda que separa el muelle de la callecita, entonces allí, en ese preciso instante, fué que lo ví.

Bajába de la rampa de madera que comunicaba el muelle con el barco, se distinguía del resto como una persona en particular, alta, más bien como bronceada, con pelo negro largo, lo ví  fornido, vestido con pantalón gris oscuro, una camisa entre abierta blanca que déjaba ver su pecho bien formado, brillante, podía decir que se veía muy joven más tenía un semblante de haber vivido cien años, llevaba al hombro su saco negro, aquél que ya sé donde está y qué significa para mí.

En las manos llévaba papeles, parecía tranquilo a pesar de verse sumamente perdido, ¡parecía que lo hubieran sacado de un hábitad en  particular!

–     Eh! Aller! Aller! Mon Dieu! Voila Le France!  – le dijo un marinero, dando palmadas a su hombro, venía vestido similar a él pero con mejor acomodo, tenía una sombrerillo blanco que hacía juego con su fresca camisa blanca, qué guapo era, muy rúbio y con una sonrisa hermosa. Heathcliff lo miró, casi sin ganas, sin expresión de alegría o curiosidad algúna, daba la impresión de haber perdido una batalla donde nadie podía devolverle el botín. Y le dijo entonces en ingles:

-¡ What the hell are you saying to me!, ¿cant´ you see?, !I didn’t sleep in days..! I can’t even remember my own name or say it!-

El mozo pareció haberle entendido en su malestar y cansancio, parece que hubiera surgido una compasión de amigos o  quizás  de una sociedad en una charla previa durante el viaje, acercándose aún más a él sin dejar de tocar su hombro, le dijo:

–     Verás Heathcliff, has de cambiarte el nombre, o por lo menos ubicar uno un poco más parecido al francés, así se hará mas fácil tu estadía y allá en el astillero necesitaras uno, la construcción de los barcos la hacemos entre Ingleses y Franceses y eso es complicado, ya sabrás de qué hablo.

-¡Váya que has tenido suerte la verdad! – volvió a decirle con ánimo- ¡Mírate!, ¡dilo por tí mismo! ¡El último recluta de la marina Inglesa que viaja desde Liverpool hasta Marsella!, ¡sólo por haber podído cargar en el barco las pesadas municiones él solo! ¡Váya que eres fuerte Heathcliff! ¡Ésta noche lo celebraremos en la taberna!

Heathcliff támpoco ésta vez expresó nada en su mirada, no contesto ni una sola palabra, solo observó con frialdad el resto de los marineros que caminaban hacia el final del muelle justo donde comienza la callecita del mercado y donde yo estaba parada todavía con una manzana y unos gatos ronroneándome bajo el véstido.

-¡Laurence! , ¡Laurence! – vuélve no te váyas tan léjos, si vas a alimentar a las gaviotas hazlo desde aquí donde yo te pueda ver- Dijo, una señorita a su nenito que se distraía con las gaviotas, el alboroto del barco, los marineros y la colorida y ruidosa callecita.

Volteó la mirada hasta ella, enarcó una ceja, miró al nenito en el suelo con désgana, miró las migas de pan atiborradas en el suelo, se quedó fijo allí, estaba deliberando. En minutos volvió a mirar a su amigo el otro marinero, respiró aire hasta llenar sus pulmones, exhaló y mostró un poco la palma de su mano diciendo:

-Muy bien, llámame ahora  Laurence Heathcliff, o sólo Laurence H.- y levantó su dedo para apuntarle y comenzó de nuevo – ¡Llámame también vino, nunca he de haber tomado tanto vino!,-

El otro se rió, y levantó su mano en señal de haber acertado.

El nuevo Laurence esperó hasta que el otro marinero cogiera su saco y sus cuerdas, sacudieron sus botas de las gotas de agua y de las algas que se habían desprendido de un cabo del barco, dispusieron la marcha justo hacia mi dirección, caminaron con cansancio, observando todo a su alrededor, señalaron algúnos diferentes puntos en la lejanía a medída de pregunta y respuesta, hablaron entre sí hasta llegar a la baranda de la puerta del muelle.

Allí estaba yo, mordiendo y masticando una manzana sin expresión algúna, complacida con la vista de la mañana. Pasó a dos centímetros de mí, así pude mirar sus inexpresivos y hermosos ojos, un par de palmeras azules, <que magnífico galán sombrío>, -pensé para mis adentros-. Al pasar por mi lado aún mas cerca, nos miramos de reojo los dos, yo miré poco por miedo a que descubriera que había presenciado completamente  la escena anterior, él seguramente lo hizo por no comprender con claridad si quien lo miraba era una esfinge o un fastasma.  Volvió la cabeza y dirigió su media mirada por segúnda vez hacia mí, volví la mía justo después de la de él. Se miraron así dos almas perdidas en la misma dirección.

Percibí su aroma y lo respiré por unos segúndos más, cerré los ojos y sentí como en mi pecho se abría un corte que sentí  llagar hasta a mis pupílas, exhalé dos veces y me sóstuve de la baranda con fuerza. Ya he dicho antes que él olía a la bruma del mar. No es cuestión de sorpresa.

Esa misma tarde ya partí a San Petersburgo, a mi tierra natal Rusia, habia pasado una semana inolvidable, conocí el famoso teatro pero no pude por cosas del destino a entrevistarme con el dueño asi volví a la casa de la tórtura, a los recuerdos de Mamsuka, al asfixiante veneno, al estado de nervios en vílo, a la désdicha desmedida de una juventúd casi perdída, llevába de Marsella la sapiencia de que siempre hay un sitio mejor, un pueblo mejor, un corazón mejor, como por ejemplo el de Jean Claude, quien fue mi amigo desde la primera vez que fuí al mercadillo, y a cambio de poesías rusas me regaló caramelos.

“Au Revoir ¡ Jean Claude!”

“Good bye sailor, I really didn’t expecting you. I carry you now like the hole in my chest, I wish you just luck”- <díje para mis adentros>.

****

“Dhanka, mon cher, no sé nada de tí, sé que estás arriba y no te he visto bajar, ya hoy es mi último día aquí en la taberna del teatro, en dos días abro mi joya preciada, ya tú sabes “Le Arrete avec Lio” no va a ser fácil volver a vernos tan seguido, no es tan cercana distancia y sé que los horarios del teatro no te permitirán ser mi huésped a menudo, ¿podríamos conversar?, no te he visto desde la mordida del perro, te he estado buscando, tengo vino, acompáñame, en las penas de la despedida sólo me dijo tres cosas:  la primera: Debo ya mismo enfrentar mi vida y enfrentar a mi alma, la segúnda: no es traidor el sendero bien conocido, es más bien una ventaja conocer las rocas una a una , la tercera: es el esperar un delirio y el acometido un alivio.
Déjame saber si te busco para que puedas bajar con facilidad.
¿Te espero Dankhuska?
También me siento como tú,
Lio.

Me he levantado con mas esfuerzo aún de la silla donde estoy desde ésta mañana, ¿Qué hora es? Hace rato  que hay luna, está reflejada en la ventana en vez del sol, todo esta oscuro, debo encender algúnas velas.

He escuchado levemente a lo lejos dentro de mi meditación y delírio que álguien tocó mi puerta, supongo que al no responder a su llamado ha dejado la nota debajo de la puerta, seguramente no pestañeé ni siquiera al saber que llámaban, pues sé que no es Laurence H., ya no lo siento aquí. ¿Qué otra cosa  podría levantarme?

Lio finalmente se vá, ha sido como mi hermano aquí en Marsella, es el único a quien le dejo llamarme Dankhuska aquí, apenas he pasado mis ojos por su nota, la he dejado en la mesita, no sé que poeta de turno habrá citado para su despedida, pero me parece un pensamiento muy acertado para mi no corazón y para mi nueva desolación. Si de verdad supiera qué me ocurre no diría “también me siento como tú»…

En tantas oportunidades ha hecho papeles muy pequeños para Pascal, pero parece que se le hace más fácil servir y lidiar con los embriagados actores, poetas, letrados, damiselas desesperadas, cuentístas de toda índole, payasos y demás personajes bohemios. ¡Piensará que mi aflicción solo puede venir a causa de que ya no pueda verle abajo en la taberna del teatro!  si, claro, seguramente….

Ah! ¿Si tanto nos quiere como puede cambiarse de una taberna a la suya propia fuera del teatro?¿En qué demonios piensa?, yo nada mas concluyo que es tarde para que diga eso, se suma otra miseria que en otra ocasión podría haber sido tristisima, ya hoy no lo es…

Él no sabe nada, nadie sabe lo que en realidad esta pasando, un pequeño  mundo se víno abajo, nadie se ha dado cuenta de que Heathcliff, no está, se ha ído, sé que han pasado solo pocas horas, pero para mi cada minuto se ha vuelto una recurrente tortura, ¿cómo el dolor físico se apodera de un alma y la deja en este estado?. Siento tanto que ya no siento nada. Quiero y no quiero ver a Lio, no puedo pronunciar palabras elocuentes ya hoy, no puedo despedirme, hoy menos que ningún otro día. ¡Au revoir! Lio que mal día has escogido tú también para despedirte. Sé que mañana vendrá a buscarlo Monsieur Pascal, ya parecerá raro que nínguno de los dos nos hemos dejado ver, Necesitará que él comience sus ensayos de Otelo, vendrá seguro a buscarlo y no lo encontrará, tendré que hablar… que esfuerzo tan agonizante… oír mi propia voz vacía sin el…

Volveré a recostarme en la almohada de L.H, quiero arrastrarme hasta la cama, el vendaje de mi tobillo se ésta deshaciendo más y més, ¿Cómo podré ahora, así?  La verdad ya no me duele la herida en el pie, ¿será que ya no noto ese dolor menos intenso? La última vez que pude sentir el pinchazo agúdo en mi herida del tobillo, fué sólo hace unas cuantas horas, cuando “Hades” a modo de que yo no hiciera ni el mínimo esfuerzo para sostenerme con ese pie, se apoyó de la pared apoyándome de espaldas contra él, sintiendo su corazón latir, para susurrarme al oído las últimas palabras que escucharía de su dulce voz…

*****

También he recordado que hoy es domingo.